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Este es un espacio donde opinar sobre Sevilla y su provincia. Sus problemas, sus virtudes, sus carencias, su gente. Con voces que animen el debate y la conversación. Porque Sevilla nos importa.

Las tetas

Imagen de la lona de clínicas Dorsia.

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A veces la vida te coge en tetas. Así me cogió a mí en El Palmar la polémica por la lona gigante que anunciaba un futuro mejor, más voluptuoso. “Otro verano más cambiando el panorama de las playas”, rezaba el mensaje con tono festivo, optimista, por un cambio, sin duda, a mejor, porque ¿quién querría cambiar a peor?

Podría ser un buen anuncio para una editorial, para una empresa de telecomunicaciones o para una marca de tumbonas (que falta haría diseñar alguna bonita y cómoda, por cierto, que se llena todo de una malla flúor que da pena mirar). Pero no, sorpresa, era sobre nuestros pechos, senos, mamas, domingas, peras, perolas. Así que, quien no interviene sus tetas no está ayudando a ese nuevo paradigma, ¡estáis frenando el progreso!

Un poco señalada, levanté la vista del móvil y miré alrededor buscando a alguna aliada. A lo lejos, encontré a otra insensata perteneciente también a este club en el que he entrado llamado la mediana edad. Sin embargo, aunque escudriñé por encima de lo que me enorgullece reconocer, apenas encontré a alguna joven retirada y boca abajo sin parte de arriba.

Una buena idea sería colocar junto al anuncio alguna imagen, como en las cajetillas de tabaco, con las posibles infecciones, drenajes, encapsulaciones, malas cicatrizaciones u operaciones de vuelta atrás a las que se expone

Ya en marzo un amigo me preguntó si en aquella playa se hacía nudismo, a lo que yo le contesté “sí”, así, rotundamente, basándome únicamente en la estadística que me ofrecían mis recuerdos. Aunque después le aclaré, una vez pensada mejor la respuesta, que había visto una disminución paulatina de mujeres sin parte de arriba en los últimos años; por lo tanto, hay que reconocerles a estos anunciantes que algo de razón llevan y que todas estas campañas, junto con otras, pueden que estén cambiando el panorama.

Si os ha dado la curiosidad, ya habréis mirado las cifras de intervenciones estéticas, aumentando en número cada año y decreciendo en edad media de las pacientes, perdón, de las clientas, usemos aquí el femenino inclusivo, ya que conforman el 85% del total.

Siempre llego tarde a la noticia y resulta que ya han quitado la lona. Entiendo que las cambiarán por otras y para anticiparme, por una vez, me gustaría exponer una serie de ideas que se me fueron ocurriendo para las nuevas campañas.

Como conozco a pocas mujeres que tras una intervención de este tipo no hayan tenido algún problema de menor a mayor grado, una buena idea sería colocar junto al anuncio alguna imagen, como en las cajetillas de tabaco, con las posibles infecciones, drenajes, encapsulaciones, malas cicatrizaciones u operaciones de vuelta atrás a las que se expone.

Si queremos conseguir un panorama en el que físicamente todas tengamos el mismo aspecto cual clones Kardashian, deberíamos potenciar también el aumento de intervenciones masculinas, o llegará un día en el que parezcamos seres de dos especies distintas e irreconciliables

Tampoco quiero ser agorera, mucho menos la abogada de la naturalidad ni el palo en la rueda de la evolución humana, pero eso sí, si queremos conseguir un panorama en el que físicamente todas tengamos el mismo aspecto cual clones Kardashian, deberíamos potenciar también el aumento de intervenciones masculinas, o llegará un día en el que parezcamos seres de dos especies distintas e irreconciliables. Se me ocurre que se podría incentivar colocando, junto al cartel de la chica con escote turgente, una imagen en paralelo de un señor con sus testículos bien recogidos y hermosos; debajo un bonito eslogan que abogara por la belleza a pesar de la gravedad y de la edad, ¡también tienen derecho a luchar!

De hecho, por soñar con un mundo más estético y sin necesidad de intervenciones, se me ocurre explosionar el mercado de la lencería con bañadores y calzoncillos moldeadores que escondan esa tripita tan encantadora o con almohadillas aquí y allá donde más se necesite, estanterías y estanterías con calzoncillos de distinto tamaño de copa.

Quizás hay ahora algún emprendedor diciendo, “pues mira” y buscando si la idea está registrada, pero siento decirte que no es un buen negocio, porque para que funcionara harían falta siglos y muchísimo trabajo de cosificación, sexualización y debilitamiento de la autoestima sobre el cuerpo masculino, cosa de la que nos tendríamos que encargar mayormente nosotras, pero ya estamos muy ocupadas resolviendo nuestras propias movidas del odio hacia nuestros cuerpos.

Así que, por terminar con alguna idea factible, me conformaría con que con la lona que han retirado nos hagan bolsitas a todas para la playa, para poder guardar la parte de arriba del bikini por si por un momento nos venimos arriba y nos da igual que la vida nos pille en tetas.

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