El primer producto Fab Lab León

Dicyt

Un dispositivo que facilita el doblado de patillas y diodos de diferentes tamaños, para adaptarlos a placas electrónicas, es el primer invento con relevancia internacional producido en el Fab Lab de León. Presentado hace unas semanas, este espacio pretende promover la “microfabricación”, y pone a disposición de sus usuarios una serie de tecnologías para materializar sus ideas. Este primer resultado ha sido incluido en la web Thingiverse, en la que se comparten diferentes diseños digitales.

Desarrollado por David Benéitez, uno de los encargados del Fab Lab de León, el proyecto está destinado al doblado de componentes electrónicos de diferentes tamaños para ajustarlos a placas electrónicas, como si de una regla se tratara. Cada hueco de este doblador de patillas de resistencias es múltiplo de 2,54 milímetros, el espaciado estandar de componentes. Puede ser usado para doblar resistencias de medio ohmnio, un cuarto de ohmnio, o diodos, según la descripción que aparece en Thingiverse.

La idea de este componente surgió de la necesidad de su creador de amoldar las resistencias de la mejor forma posible mientras construia un circuito electrónico. “Cuando compras estas resistencias ves que vienen con unas patillas largas para que las dobles y las coloques como tú quieras. El problema está en que si en un mismo circuito hay varias resistencias, es difícil que todas queden dobladas igual, por lo que es difícil hacerlo perfecto y que, por tanto, tenga el mayor aspecto comercial posible”, ha explicado a DiCYT Rubén Ferrero, uno de los responsables de FabLab León.

El producto es una pequeña cuña de plástico, relativamente sencilla de fabricar, pero no tan fácil de encontrar en el mercado, de ahí su utilidad. Ferrero ha incidido en que, precisamente, una parte importante de la filosofía de esta nueva instalación pasa porque sus usuarios respondan a sus necesidades, muchas veces de complicada resolución, a base de sus propios ingenios.

Soluciones globales para problemas locales

Dar soluciones globales a problemas locales es una de las pretensiones de estos laboratorios de “microfabricación”. “Hay piezas de uso cotidiano que son difíciles de encontrar. Un ejemplo sería la tapa de las pilas de un mando a distancia o de una cámara de fotos. Muchas veces se recurre a intentar sujetarla con celofán, pero en otras es necesario pedirlas. Y recibirlas puede llevar un tiempo y un alto coste”. Si este hecho influyera en otro producto necesario para fabricar algún objeto en el Fab Lab, y que fuera de difícil adquisición, se correspondería más con la filosofía de este proyecto el que sus miembros lo fabricaran que el que lo intentaran comprar, ha afirmado.

El archivo digital de este doblador de resistencias está listo para descargar y se puede imprimir en tres dimensiones al momento si se dispone de una impresora digital del tipo MakerBot. El Fab Lab de León dispone de dos impresoras de objetos en tres dimensiones (3D). En el caso de la MakerBot, crea los objetos capa a capa sobre una plataforma robótica, utilizando como materia prima plástico caliente a través de un inyector. Está basada en software de código abierto y por lo tanto se podrían realizar modificaciones en su funcionamiento, según datos de Fab Lab.

Haciendo una comparación, el plástico en esta tecnología funcionaría como la tinta en una impresora normal, de tal manera que a partir de un diseño creado por un usuario en un ordenador, la herramienta lo iría reproduciendo siguiendo las instrucciones del usuario.

Ferrero ha destacado que los usuarios de Thingiverse han expresado opiniones positivas acerca de este invento. Todos los que estén interesados en éste y en otros productos compartidos en esta página, pueden seguir las instrucciones que en ella figuran para su fabricación, ha apuntado.

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