La consejera de Educación de Asturias cree que la Lomce busca “eliminar gente del sistema educativo porque cuesta dinero”

Peio García / Ical. La consejera de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias, Ana González, participa en una jornada de Educación inclusiva en el Musac.

Elena F. Gordón/ Ical

“Vienen malos tiempos para la educación. Muy malos”. Es el vaticinio de la consejera de Educación, Cultura y Deporte del Principado de Asturias, Ana González, quien hoy afirmó en León que la Lomce (Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa) “está pensada para ir eliminando gente del sistema educativo porque se piensa que cuesta dinero. Formar ciudadanía, personas, nunca cuesta dinero... ganamos porque es tal el beneficio social y personal que lo que acumulamos es riqueza colectiva”.

Ana González, quien clausuró una jornada sobre el valor de la diversidad en la educación inclusiva organizada por el gabinete parlamentario de relaciones con la sociedad y celebrada en el Musac, recalcó que la Lomce “pretende echar a la gente de la escuela y lo que dice, básicamente, es que hay unos alumnos que tienen más talento que otros. Y aquí no hablamos de talento, hablamos de derechos. No hablamos de listos y no listos sino del derecho a poder vivir tu vida y decidir sobre tu vida”, subrayó.

Para la consejera, el panorama actual empieza a presentar situaciones como la creación de grupos diferenciados tales como la escuela rural frente a la urbana, o el coste de cada una de ellas. Unos cálculos que considera inválidos porque “no se puede medir es esos parámetros. Un niño o una niña que vive en un pueblo tiene derecho a la mejor educación posible, en ese pueblo o en el de al lado y hay que ver con qué tipo de escuela se saca el mejor beneficio y hay un principio clave: la cercanía. ¿Si en las ciudades queremos que la escuela esté cerca de casa, por qué van a querer otra cosa en el ámbito rural?”.

Otra separación que ve es la que se establece entre gente que estudia más o menos, gente que quiere seguir un tramo académico o uno profesional, algo que implica una clasificación y jerarquización que rechaza. “La educación sólo puede abrir puertas, nunca cerrarlas y cada persona tiene que decidir qué umbral de puerta traspasa”, señaló. Además, defendió que si la educación es entendida como un derecho, sólo puede ser inclusiva porque tiene que garantizar que todos los que entran en el sistema, al final de su tramo educativo sean ciudadanos plenos y hayan desarrollado las competencias necesarias para tener su proyecto de vida individual.

Estamos en un momento, añadió, en el que se ponen en duda derechos fundamentales y la educación lo es, pero además tiene una característica que la singulariza, “y es que es la puerta de otros derechos y en función de la educación que tengamos seremos capaces de ejercitar los otros derechos. Por eso la gente lo siente como importante y hay un sentimiento social de que es algo demasiado importante”. Lo es, afirmó, porque tiene beneficios individuales, “nos hace ciudadanos y ciudadanas, y tiene beneficios sociales porque construye un modelo social y nos prepara para la participación social, para ejercer la ciudadanía activa”.

La consejera hizo estas manifestaciones en un foro en el que el secretario provincial del PSOE leonés, Tino Rodríguez, destacó la importancia de que “todos nos concienciemos de que lograr una plena educación inclusiva hay que entenderlo como un reto y no como un problema; un reto que nos permite superar muchas barreras, como la diferencia entre la escuela rural y la escuela urbana, más en una provincia como León que tiene 1.300 pueblos, infraestructuras deficitarias y transportes deficientes”.

La educación inclusiva, añadió, lucha contra obstáculos que necesitan un punto de encuentro común de todos, “que es que es un beneficio para todos y necesita la implicación, en este caso de las organizaciones políticas, que tenemos la obligación de escuchar a los colectivos y transformar sus demandas en iniciativas que den cobertura a sus necesidades”. Si el esfuerzo común es avanzar hacia una sociedad que no excluya a nadie, es decir, inclusiva, más importante todavía -dijo- es avanzar hacia una educación plenamente inclusiva. “Porque la educación es un derecho de todos y ha de ser para todos”, concluyó. La cita contó con la participación de educadores, psicólogos, abogados, sindicatos y diversas asociaciones.

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