¿Cuándo la agresión a un político se considera atentado?

Cristina Sequí, la presidenta de VOX en Cuenca, fue atacada por unos desconocidos al grito de “fascistas”. Hace solo dos meses, un hombre golpeó en Madrid, en plena calle, a Gaspar Llamazares, el diputado asturiano de IU. Utilizó un objetivo contundente escondido en una bolsa. ¿Son dos casos muy distintos o estamos ante dos situaciones casi análogas? El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha calificado el ataque a Sequí como un atentado. Cuando sucedió lo de Llamazares, se habló de agresión. Esta diferencia no ha gustado al asturiano que ha utilizado su perfil en las redes sociales para difundir su opinión.

Llamazares, en primer lugar, ha explicado que es necesario condenar por igual cualquier agresión. “Rechazo la violencia y condenó todas las agresiones: incluidas la sufrida por la dirigente de VOX, las de los sin techo e incluso la mía”, resume en los 140 caracteres de un tuit, en el que también alude al caso del indigente brutalmente apaleado en Granada. Este posicionamiento le ha supuesto un alud de críticas, de perfiles que le acusan, incluso, de ponerse en el punto de mira. Para no dejar a dudas, ha vuelto a la carga y ha calificado a los ataques como “delitos de odio”. Ese segundo tuit es el siguiente: “Trato y condeno todas las agresiones por igual: delitos de odio. No a las cercanas como atentado y a las ajenas como agresión”.

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