Los jóvenes de Castilla y León son los terceros que más tarde se emancipan de España

Alquiler León cartel

R. Travesí/Ical

Los jóvenes de entre 16 y 29 años en Castilla y León presentan la tercera tasa de emancipación residencial más baja de España, solo por detrás de Galicia y Cantabria. El 81,5 por ciento de los menores de 30 años de la Comunidad todavía vive en casa de sus padres frente al 77,9 por ciento de la media española o el 73 por ciento de Baleares, que cuenta con el índice más bajo. La estadística no mejora entre las personas entre 30 y 34 años puesto que la tasa de emancipación se sitúa en la región en el 69,3 por ciento, la cuarta más inferior del país (72,9 por ciento).

El Observatorio de Emancipación, correspondiente al primer trimestre de 2015 que publica el Consejo de la Juventud de España, señala que la salida del hogar por parte de los jóvenes de la Comunidad no aumenta pese a la “permeabilidad” del mercado inmobiliario de la región por la reducción de los precios de la vivienda, tanto en compra como en alquiler. El estudio, al que ha tenido acceso la Agencia Ical, reconoce que la emancipación residencial en solitario sería “inviable” económicamente para una persona joven asalariada aunque, en la actualidad, es posible un hogar compartido por varios jóvenes y hacer frente al pago de una hipoteca o un alquiler, sin dedicar más del 30 por ciento de sus ingresos.

Pero el problema radica en que el 66,2 por ciento de la población joven está desocupada y no dispone de un salario. Una elevada tasa de paro juvenil del 34,9 por ciento, junto a la “subocupación” por la insuficiencia de horas y sobrecualificación, impide que el colectivo pueda dar el paso de salir de casa de sus padres.

Las condiciones laborales de la población joven de Castilla y León han empeorado con respecto a hace un año. Eso se traduce, por ejemplo, en que el 57 por ciento de los asalariados tiene empleos que requieren una cualificación profesional inferior a la poseída. Pero también que la temporalidad laboral alcanza al 48 por ciento de los trabajadores con menos de 30 años. Y de esos contratos, más de la mitad tiene menos de un año de duración. Además, el 52 por ciento de los parados lleva más de doce meses en búsqueda de un empleo. Con estas condiciones, es imposible la emancipación.

Nivel formativo

El informe señala que la población joven de la Comunidad se caracteriza por un nivel formativo por encima de la media. Tanto que el 58 por ciento de los menores de 30 años tiene estudios secundarios o superiores. Además, el porcentaje de los que siguen formándose es mayor que la media de España. Es un dato relevante porque el observatorio constata que una mayor formación favorece encontrar antes un empleo de calidad y, por tanto, independizarse del hogar familiar. La tasa de emancipación entre los castellanos y leoneses que tienen estudios superiores es del 26,8 por ciento frente al 18,5 por ciento del total.

En cuanto a la subocupación, el análisis de la organización juvenil apunta que el 22,3 por ciento de los trabajadores por debajo de los 30 años en la región realizaba a principios del año pasado menos horas laborales de las deseadas.

En el primer trimestre de 2015, había 58.880 jóvenes de menores de 30 años emancipados en Castilla y León, además de otros 103.595 con edades comprendidas entre 30 y 34. Y eso que el trabajo del Consejo de la Juventud destaca que la Comunidad es la segunda región española que más activos de entre 30 y 34 años ha perdido a consecuencia de los flujos migratorios dentro del país.

Bajo el umbral de la pobreza

El Observatorio de Emancipación menciona otro dato relevante como que la pobreza entre la población joven de menos de 30 años de la Comunidad alcanzó en 2014 alcanzó al 36 por ciento del colectivo. Un porcentaje que se dispara hasta el 63 por ciento entre los desempleados que están bajo el umbral de la pobreza que, según el indicador Arope, supone ingresar menos del 60 por ciento de la renta media, residir en un hogar con una carencia material severa y/o en los que ninguno de sus miembros trabaja o lo hace un número de horas insuficiente. La situación tampoco mejora mucho, según el estudio, entre los jóvenes con un salario puesto que la tasa de pobreza se sitúa en el 34 por ciento, casi nueve puntos más que la media de España.

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