Niveles de alarma en los ríos Omaña, Tuerto y el Órbigo que desbordan su cauce

La Confederación Hidrográfica del Duero informa de los ríos que han alcanzado sus niveles de alarma, tal y como registran las estaciones de aforo, en la provincia leonesa. En concreto, se está sufriendo una situación de alarma por desbordamientos en el río Omaña, en Las Omañas, el Tuerto, a su paso por San Félix de la Vega, y en el Órbigo, en Cebrones del Río.
Ante la posibilidad de que haya zonas afectadas por inundaciones, la Agencia de Protección Civil recomienda seguir una serie de consejos para evitar incidentes:
- Hay que notificar la situación al 1-1-2 lo antes posible. Especificar la zona dónde se encuentra, las zonas que están afectadas, el nivel de agua, el número de personas afectadas y la posible evolución.
- Es conveniente retirar del exterior de su casa los muebles y cualquier objeto que pueda ser arrastrado por las aguas, así como desconectar todos los aparatos eléctricos.
- Es importante abandonar la vivienda y acudir al lugar preestablecido, tanto en el caso de que esté en peligro como si lo ordenan las autoridades competentes. También hay que evitar bajar a los subterráneos o permanecer en sitios bajos.
- Si se está en un vehículo es conveniente que se circule con por rutas principales y autopistas y se aminore la velocidad, evitando estacionar a la orilla de ríos, cauces de barrancos, torrentes y sus puentes. Además, es desaconsejable cruzar con un vehículo vados de cursos de agua.
- En caso de que el agua empiece a subir de nivel en la carretera, si el vehículo se atasca, si al cruzar una corriente el agua está por encima del eje o si llega más arriba de la rodilla, hay que prepararse para abandonar el coche y dirigirse a las zonas más altas. Si el vehículo está sumergiéndose en el agua y hay dificultades para abrir la puerta lo aconsejable es salir por las ventanillas.
- En el caso de que la inundación sea en la calle o en la montaña, hay que localizar los puntos más altos y dirigirse hacia ellos, tratando de alejarse de las bases de colinas para no verse atrapado por el agua que cae por las laderas, que a menudo arrastran barro y piedras.