Una testigo denuncia presiones judiciales en 2014 y fiscalía y acusaciones le piden falso testimonio ahora

“Fui presionada por la jueza en aquel interrogatorio, me decía todo el rato 'tiene que decirlo, tiene que decirlo, tiene que decirlo' y yo no podía, y yo estaba súper nerviosa, no sabía ni lo que decía, me estaba presionando y al final firmé mi declaración pero no la leí”. De este modo explicó hoy, por sorpresa, la testigo Ana Isabel Martínez, la profesora de restauración de la clase a la que acudía Raquel Gago en la Casa de Cultura de Trobajo del Cerecedo, que no recordaba el retraso con el que Raquel Gago llegó en la tarde del asesinato de Isabel Carrasco ni que para justificarse hubiera dicho que se había quedado dormida.
Ante este cambio de declaración, ya que en Juzgado de Instrucción número 4 que realizó las primeras diligencias por el asesinato de Isabel Carrasco había asegurado que ese comentario se lo había dicho otra alumna, el fiscal, Emilio Fernández, y los tres abogados de las acusaciones, coincidieron en solicitar al juez la averiguación de si esta testigo ha podido cometer un delito de falso testimonio en la jornada de hoy, algo a lo que se opusieron a su vez los letrados de las defensas de Montserrat González, Triana Martínez y Raquel Gago.
Especialmente duro fue el fiscal, quien era también fiscal cuando a la profesora se le interrogó en el Juzgado 4 en 2014, considerando que es grave que ahora hable de presiones “y esté diciendo que la juez ha cometido delitos allí ese día, y que éste fiscal lo ha permitido”.
Previamente, otra alumna como Gago, María Rodríguez, sí admitió que recordaba que Gago había justificado su tardanza ese día en que “se había quedado en el sofá o así”, recordando además al poco de llegar la agente de policía “comenzaron a llegarnos mensajes de whatsapp que habían matado a Isabel Carrasco; yo le dije, ¿por qué no llamas al cuartel que te digan? Y me contestó 'Vamos a dar algo de tiempo'”. En aquel momento ella no sabía que Triana, a la que esta chica también conocía de un par de veces, había sido detenida por el asesinato.
Ambas mujeres aseguraron que encontraron a Raquel Gago totalmente normal, nada nerviosa. Su compañera sí recordó que sobre las ocho y cuarto volvió a hablar con Gago, admitiendo ya entonces que una de las sospechosas había sido su amiga Triana, “que estaba bloqueada, que no entendía nada de lo que había pasado”, aunque reconoció que “no me dijo” que había estado en su casa esa misma tarde tomando café con ella.
El policía compañero de Gago también ve “mala intención” de la jueza
Más adelante, el compañero de patrulla de Policía Local de Raquel Gago también mencionó la insistencia “con mala intención” de la jueza del número 4 a la hora de interrogarle en el juzgado, y no sólo a él, sobre la tendencia homosexual de Triana, sugiriendo a posible una relación sexual con Raquel Gago. “La jueza lo decía con cierta mala intención”, insistió, y justificó también que algunos compañeros agentes comentaran de manera “más bien machista” la posible tendencia de Gago como lesbiana, pero por el simple hecho de que durante años nadie le conociera pareja masculina.