El fiscal exige que un juzgado investigue y castigue la 'espantada' del abogado de Raquel Gago
El fiscal del caso Carrasco, Emilio Fernández, no le perdona al abogado defensor de Raquel Gago, el letrado Fermín Guerrero, su 'espantada' en la jornada del juicio del pasado 24 de enero, cuando durante horas se le considero desaparecido y causó la pérdida de una jornada completa de la sesión y una frenética búsqueda policial que acabó cuando apareció, sano y salvo, a la tarde del día siguiente asegurando no recordar lo que le había pasado.
Por eso, hoy, al finalizar sus conclusiones del juicio en sí por el asesinato de Carrasco, Fernández exigió que un juzgado de instrucción “investigue lo que pasó” aquella jornada porque consideró que “a día de hoy” todavía no existe “una justificación objetiva” de las razones que le llevaron a no dar señales de vida, y porque a su juicio “no basta una petición de disculpas ni una explicación”.
Emilio Fernández recordó que lo ocurrido, para él, conlleva un delito recogido en el artículo 463 del Código Penal y pidió especial ejemplaridad contra Fermín Guerrero porque su actitud, insistió ,“afectó al jurado, al juez, a los abogados, a las acusadas, a León y a España entera”, en referencia a la repercusión mediática que aquellos hechos tuvieron.
La respuesta del afectado, Ferín Guerrero, no se hizo esperar, y contestó al ataque con otro. “Tal vez se deba a la denuncia que le pusieron -al fiscal- hace dos semanas por su actuación”, afirmó en el receso, en referencia a la queja formal (que no es denuncia realmente) por las declaraciones previas al juicio en las que Emilio Fernández habló de “un plan de sicarios propio de El Padrino” a la prensa.
“En cualquier caso, yo estoy tranquilo, todo está justificado y todo lo que ha dicho es mentira, una mentira más; ya se ha aportado toda la documentación al presidente de la Audiencia”, aseguró. “En fin, inquina generalizada, pero no hay ningún problema, todo se aclarará”, concluyó en su defensa el letrado murciano que protege los intereses de Gago.
