El abogado de las acusadas insiste en que no se está juzgando el comportamiento de la víctima, pero hay que tenerlo en cuenta

J. Casares/EFE (Pool). El abogado José Ramón García con su defendida Triana Martínez.

M.C. / C.J.D. / A.M.

El abogado de las acusadas por el asesinato de Isabel Carrasco, Jose Ramón García García, ha reconocido la labor del testigo principal, Pedro Mielgo, el policía jubilado, “el héroe”, según el mismo letrado ha valorado: “Sin su intervención no voy a decir que no se hubiera logrado detener, la Policía es bastante buena, pero sin su intervención hubieran existido dificultades, por la cantidad de personas que lo hubieran podido cometer”.

Con estas declaraciones en su comparecencia, García ha insistido en que él no defiende que se haya cometido un asesinato, “aunque tiene que defender a sus patrocinadas” y que “se está juzgando un asesinato” y “no el comportamiento de la víctima”, pero sí que “hay que tenerlo en cuenta”.

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El letrado ha intentado demostrar que el tiempo entre las llamadas no es exacto, y que el cruce entre madre e hija cuando supuestamente, y bajo la teoría de Montserrat, ella se deshizo del arma en un garaje de la calle Lucas de Tuy pudo perfectamente ser fortuito. “El bolso lo podía haber tirado en el río si no hubiera habido nadie”, ha sentenciado el abogado, que insiste en que al ver que no la seguían tiró el bolso con el arma, “le daba igual donde tirar la bandolera porque había utilizado guantes”, en Lucas de Tuy.

El abogado ha recordado la llamada entre madre e hija, que pasados unos minutos podría coincidir con un encuentro casual en el que Triana fue al encuentro de su madre, y así la vio tirar la bandolera. “Teniendo en cuenta que es lista piensa lo que ha hecho su madre, y piensa que el arma es el del padre. No va desencaminada cuando el padre s lo primero que comprueba al enterarse del asesinato”.

Además, en este cruce de tiempos y llamadas, el abogado de la defensa ha tratado de demostrar que el seguimiento de Pedro Mielgo no fue inmediato. También ha preguntado en sus hipótesis por qué Pedro Mielgo no se reconoce en la llamada del 112, vuelve a repetir que “ha mentido”. “¿Por qué le han convencido para que mienta? ¿Qué está pasando aquí? ¿Cómo el testigo principal pasa de héroe a villano?”, ha sentenciado García García. “No puede venir a un Tribunal y faltar a la verdad. No sé por qué motivos dice que no la pierde de vista, a Montserrat, cuando la ha perdido”, ha añadido el abogado.

El abogado de las acusadas ha insistido en que las diligencias de este proceso “no se han hecho bien” y que sus patrocinadas fueron engañadas por la policía.

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El letrado de la defensa ha señalado a Raquel Gago, sentada en el bando de delante, diciendo “esta pobre mujer no tiene nada que ver en esto”. García García ha recordado como sus patrocinadas fueron “engañadas” por los policías de Burgos, que simularon dejarlas solas en comisaría cuando en realidad no lo estaban, según el mismo abogado. “Tienes que decir quien tiene el arma para que tu salgas libre, le dijo Montserrat a su hija, suponiendo que los policías estaban fuera, y Triana le dijo bajito a su madre que no se lo podía decir, quien tenía el arma, porque es policía”. “Si estuvieran las tres en el ajo no cuadra que le dijera eso a su madre porque Montserrat ya sabría que se trataba de una policía”.

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Hay que tener certezas para meter a alguien 23 años en la cárcel, ha finalizado la exposición del abogado José Ramón García García

En relación al episodio sexual, el abogado de la defensa ha reiterado que Triana no lo contó porque “le daba vergüenza”. “No había valorado, no le había dado importancia, sí a la persecución laboral”, ha sentenciado el letrado, “una persecución que viene por sentirse herida doña Isabel”.

García García no se ha cansado de repetir que Montserrat no sabía nada acerca de los planes que su madre estaba tramando para acabar con la vida de Isabel Carrasco. Según el abogado, cuando compró el arma en las Navidades de 2012 realizó un una prueba, para que no la “timasen”. “Montserrat compra el arma pero se lo oculta a su hija. (...) la guarda en la habitación de Montserrat, que es la que hace la casa, su hija no entra en esa habitación para nada. Montserrat ha venido a cuidar a su hija por el problema de depresión, no le interesa que sepa que hay un arma, para que no se pegue un tiro, entre otras cosas”, ha declarado José Ramón García García, que ha añadido que las búsquedas halladas después en los ordenadores en casa de Triana son de silenciadores.

Según ha defendido el abogado de la defensa, si Triana estuviese implicada no dejaría pruebas en su casa, ni recortes, ni manuscritos, ni la revista de Interviú, ni nada que le incriminase en el asesinato.

“Hay que tener certezas para meter a alguien 23 años en la cárcel”, ha finalizado la exposición del abogado José Ramón García García.

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