Farmacia Merino: la “otra” herencia de Juan Madrazo

Mirador central de la Farmacia Merino.

ileon.com

Desde 1827, la farmacia Merino es una referencia inconfundible de la Calle Ancha. Han pasado las décadas y sigue allí, como fiel testigo de los paseos y celebraciones leonesas.

Una característica que destacan arquitectos y restauradores es un excelente estado de conservación, no sólo del edificio sino también de los “elementos livianos” como lámparas, muebles e instrumentos relacionados con la actividad que desarrolla la familia.

Es obra del arquitecto Juan Madrazo y Kuntz, que llegó a León como restaurador de la Catedral, cargo que desempeñó entre 1869 y 1879.

Tiene un elemento característico: el mirador central. Según la guía sobre arquitectura de León editada por el Colegio de Arquitectos, se trata de un elemento muy apetecido por la burguesía de la época, para entretenerse “con el trasiego callejero y de algún modo, ser contemplado”.

La misma guía admite que se desconoce el uso inicial que se daba a la primera planta, actualmente destinada a vivienda. Especulan sin embargo con que probablemente “fuera mentidero para las intrigas políticas locales durante la Restauración borbónica, ya que la farmacia pasó después a Fernando Merino Villarino, diputado a Cortes de 1885, casado con la condesa de Sagasta, hija del conocido político Práxedes Mateo Sagasta, jefe de los fusionistas”.

Sobre su arquitectura destaca la simetría de la fachada, con carácter marcadamente horizontal, que que desarrolla sólo dos plantas en un frente de 23 metros.

Etiquetas
stats