Asprona, 50 años de trabajo incansable

Peio García / ICAL Directivos e internos del centro de Asprona en Quintana Raneros se funden en un abrazo

S. Gallo/Ical

“Asprona aporta calidad de vida, y les tengo que dar muchas gracias por darnos trabajo y una vivienda”. Así de tajante se muestra Isidro Arias. Posee una discapacidad ligera por la que lleva ya 21 años en Asprona, tiempo en el que ha trabajado en diferentes lugares, aunque en la actualidad se dedica a la carpintería. “Sobre todo me dedico a cortar, porque para las cosas manuales soy un poco negado”, reconoce.

Isidro comparte piso, entre otros, con su compañero Jesús Moreno, también con una discapacidad ligera y miembro de Asprona desde el año 1982. “Me gusta estar trabajando con mis compañeros y allí estoy más entretenido”, aunque explica que también le gusta jugar al fútbol sala. De hecho, acaba de proclamarse campeón de Liga y de España. “Es mi hobby”, dice.

Junto a ellos está Perico, el centro de atención de un encuentro en el que elude decir su edad. “Tengo 50 más 14”, dice ante una risa general. Con una discapacidad en grado ocupacional, se enfada si alguien se mete con el Real Madrid y sorprende una y otra vez con sus continuas muestras de cariño, besos y abrazos, a todos los presentes en una pequeña sala de la sede de Asprona en León.

Son tan sólo algunas historias de superación que, para una persona sin dicapacidad supondrían un hecho más en el día a día cotidiano, pero que para los discapacitados se convierten en un auténtico reto y en un afán de superación que poco a poco sigue rompiendo barreras. En sus palabras es imposible no detectar un sentimiento de orgullo que se ve reforzado por una enorme sonrisa de agradecimiento por lo que simplemente es escuchar unas experiencias, admirables y que podrían servir de ejemplo a muchos de los mortales.

La madre Teresa de Calcuta decía: “El dinero sólo puede comprar cosas materiales, como alimentos, ropas y viviendas. Pero se necesita algo más. Hay males que no se pueden curar con dinero, sólo con amor”. Y de amor saben mucho las personas con discapacidad, a quienes no es necesario conocer desde hace mucho tiempo para recibir un sentido y cariñoso abrazo.

Y el amor y el cariño son los mejores ingredientes para hacer felices a estas personas. En este sentido, el responsable de Calidad y coordinador de los centros de Asprona en León, Pedro Barrios, relata la historia de Borja, una persona autista a la que se pudo hacer feliz con “algo tan sencillo” como viajar a Valladolid para asistir a un concierto de Paco de Lucía. “Es tutelado de Asprona, porque no tiene vinculación familiar, y a la hora de desarrollar la planificación sabíamos que le gusta mucho la música y conocimos que Paco de Lucía era su auténtica pasión”.

Así que el equipo de Asprona se puso manos a la obra y Borja viajó a Valladolid y, no sólo asistió al concierto de Paco de Lucía, sino que pudo conocerle en persona, lo que sin duda fue toda una experiencia. “Hay que atender los sueños de las personas”, explica Pedro Barrios, que aclara que para eso se juntan los grupos de apoyo de las personas con discapacidad, que tienen “como referencia” a la gente de su entorno que elijan o que resulten “más significativas” para el desarrollo de su plan de vida.

Es un trabajo 'a la carta' para atender las necesidades de cada una de las personas, siguiendo el dicho de que 'cada persona es única'. Este es uno de los muchos aspectos que han ido evolucionando con el paso del tiempo desde que Asprona diera sus primeros pasos, allá por el año 1964. Hace unos años, al hablar de integración se aludía a que era la persona quien tenía que adaptarse al medio, un concepto que ha variado enormemente, porque ahora lo que se pretende es “que el entorno se adapte a la persona según los apoyos que requiere en los diferentes ámbitos en los que se integre”, explica Pedro Barrios.

“Antes se programaban los servicios y los centros y había que adaptarse a esa programación y ahora las programaciones son individuales y son los centros y servicios quienes tienen que adaptarse a las necesidades de cada uno”, incide Barrios, que aclara que es “principal logro” de los muchos que se han alcanzado en estas décadas en la organización y que ha requerido de una profesionalización de la entidad.

Los orígenes de Asprona

Asprona León nació hace 50 años a partir de las reuniones periódicas de una serie de padres de hijos con discapacidad, que buscaban la manera de hacer que sus hijos “pudieran salir y estuvieran entretenidos”. Pero estos encuentros fueron evolucionando, gracias también a una mentalidad “muy cambiante”. El nombre original con el que se fundó la asociación fue Asociación Protectora de Niños Anormales de la Provincia de León, denominación que dio paso a Asociación Protectora de Subnormales de la Provincia de León para pasar a ser la Asociación de Deficientes Mentales. Hoy en día es la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad, un nombre en el que también es apreciable la adaptación a los nuevos tiempos.

“Hemos evolucionado en términos y en fines”, reconoce el director gerente de Asprona, José Blanco. De lo que comenzó siendo la búsqueda de un lugar de entretenimiento ha pasado a ser la búsqueda de una vivienda, integración o un empleo, en definitiva “ser uno más dentro de la sociedad”, añade al tiempo que se felicita porque lo que eran las utopías de unos padres “se han convertido en realidad”, un camino por el que se quiere continuar a partir de ahora porque “la meta no se ha alcanzado”.

Los objetivos de la entidad

Peio García / ICAL Dos internos en el Centro Ocupacional de Asprona, en Quintana Raneros

El empleo es un objetivo, como lo es también la integración o la vivienda. Sin embargo, todos estos fines están englobados en la necesidad de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, pero también de sus familias. “Luego hay objetivos más específicos en función de cada área”, aclara el presidente de Asprona.

Las familias también juegan un papel importante, no sólo de apoyo a los discapacitados, sino a la hora de recibir las recomendaciones y el respaldo de la entidad. Así lo expresa Juan Antonio Valbuena, que tiene un hermano en la residencia de Asprona en Quintana de Raneros, por lo que su relación con Asprona “viene de toda la vida”. De hecho, explica cómo su padre, junto a progenitores de otras personas con discapacidad, fueron los que pusieron en marcha la asociación.

En todo este tiempo, reconoce que se ha evolucionado “una barbaridad”, no sólo en lo que a instalaciones se refiere, sino en la integración de los discapacitados“. Además, insiste en que la aportación de Asprona ”es toda“ para los familiares, ya que además de suponer integración y trabajo, da a las familias ”la tranquilidad de saber que, si un día te pasa algo, siempre tendrá un sitio donde estar y donde poder vivir“.

Trabajo especifico

El trabajo es diferente en función de la discapacidad de cada persona. Con aquello que tienen un mayor grado se trabaja sobre todo en la rehabilitación y el mantenimiento de habilidades para que no haya “deterioros significativos”, que se aprecian especialmente y de manera “mucho más rápida” en edades más avanzadas. Pero también se trabaja en viviendas, centros asistenciales o centros de día, para personas con menor grado de discapacidad.

Pedro Barrios insiste en que también las familias se han convertido en un objetivo “muy concreto” de Asprona, sobre todo en lo que a asesoramiento e información se refiere, pero también en seguimiento y servicios como el apoyo domiciliario o los servicios de respiro.

Después de 50 años de vida, Asprona afronta un momento de “continuidad” en el que se quiere estar “abiertos a innovar” para seguir avanzando con todos los compromisos en el área de asistencia, vivienda, en el área educativa o de empleo. “La entidad tienen una base y hay que seguir creciendo hacia el mundo de la dependencia, a estar lo más integrados posible y a que nuestros centros sean generales o multiservicios”, explican.

Evolución de la sociedad

Si en algo están de acuerdos profesionales, familias y los propios discapacitados, es en la evolución que se ha experimentado en la integración de estas personas y en su imagen, y siempre “hacia un lado positivo”. Juan Antonio Valbuena recuerda cómo hace años estos niños “estéticamente no podían aparecer en televisión”. También Isidro reconoce que la gente, en general, ha dado “un paso muy grande”, aunque incide en que “todavía falta mucho”, además de que hace un llamamiento a las empresas para que ofrezcan más puestos de trabajo “porque trabajamos como cualquiera”, dice.

El propio Isidro insiste en que la gente joven “nos trata muy bien” y matiza que los mayores “piensan que no podemos ser una persona normal”, y aunque reconoce que en el trabajo requieren ayuda de su monitor en algunos momentos, agradece la posibilidad de permitirles mejorar en aquello en lo que se embarcan. Isidro alude a un monitor llamado José Antonio. “Antes me daban las medidas en la máquina, pero él dijo que lo podíamos hacer nosotros. El otro día le pedí que cambiara una lija y me dijo que la tenía que cambiar yo, aunque tardara dos horas en cambiarla”, porque es una persona “que quiere que lo hagamos nosotros”, explica.

Actividades conmemorativas

Con motivo de la celebración del 50 aniversario de la organización, Asprona ha elaborado un programa de actos durante los próximos meses, que tendrán su momento central el 22 de diciembre, día en el que se cumplen los 50 años de constitución de Asprona León, cuando está prevista una gala en el Auditorio 'Ciudad de León'. También se prevé la edición de un libro memoria del 50 aniversario, la propuesta para el nombramiento de socios de honor a personalidades relevantes, el diseño de una página web, la organización de jornadas técnicas sobre discapacidad y un congreso, la campaña '12 meses, 12 causas' o la celebración de unas jornadas de puertas abiertas para escolares, empresarios, instituciones y otros colectivos.

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