La ausencia del maquinista obligó a detenerse en León durante más de dos horas un Alvia entre Barcelona y Vigo
El Alvia que une Barcelona y Vigo permaneció detenido en la tarde de este miércoles durante más de dos horas en la estación de León después de que el conductor del tren que tenía que hacerse cargo del resto del trayecto hasta la ciudad gallega no se presentara en su puesto de trabajo. Esto provocó la demora del viaje y el consiguiente enfado de los 135 viajeros que ocupaban los vagones en dirección a Galicia.
El tren llegó a León con cierto retraso sobre la hora prevista, y ante la imposibilidad de continuar con el trayecto, los pasajeros tuvieron que abandonar el tren. Según fuentes oficiales, el problema estuvo en que el maquinista que tenía que comenzar el turno para finalizar el recorrido hasta Vigo, no se presentó por causas que se desconocen.
Ante la imposibilidad de localizar a este maquinista, se buscó a otro trabajador con la formación necesaria para conducir un tren de estas características, algo que no fue posible dado que en el periodo estival la plantilla se encuentra “muy ajustada”. Por ello, y para no prolongar la espera de los viajeros, se determinó continuar el viaje hasta Orense en otro tipo de tren, para el que sí fue posible localizar a un maquinista, y desde allí finalizar hasta Vigo el trayecto en autobús.
Según las mismas fuentes, el Alvia permanecerá en León hasta este jueves, cuando los viajeros que realicen el viaje en sentido contrario tendrán que hacerlo de la misma manera: en autobús desde Vigo a Orense, en tren desde Orense a León y desde la capital leonesa en el Alvia que ayer vio interrumpido su trayecto, hasta Barcelona. La compañía ferroviaria ya ha anunciado que indemnizará a los viajeros con la devolución de la totalidad del importe del billete.
Mientras tanto, se determinarán las causas por las que el maquinista no se personó en su puesto de trabajo para tomar las medidas que sean oportunas. Sin embargo, el enfado de los 135 viajeros que llenaban el tren, muchos de los que se dirigían a sus vacaciones en Galicia, no pudieron ocultar su enfado en la terminal de la estación de trenes de León durante las más de dos horas que permanecieron apeados de los vagones.
