Con las maletas de León... a Bloemfontein

Borja Linage.

Marta Cuervo

Aún conserva en su retina el brillo indescriptible de haber contemplado los atardeceres más bonitos de la Tierra, la emoción de haber visitado las minas más profundas del mundo y la satisfacción de haber robado una instantánea a un rinoceronte blanco en pleno paraíso natural. Borja es capaz de contagiar el entusiasmo vivido en Sudáfrica, sus experiencias buenas, y las malas también, pero siempre desde una perspectiva positiva, que invita a reflexionar sobre la importancia de su trabajo, y la necesidad de vivir al máximo una estancia de dos años y medio en uno de los países más peligrosos de los cinco continentes. Empapándose de su cultura, sin miedo a las adversidades y dejándose contagiar por la magia de África y de sus habitantes, este joven leonés nos abre las puertas a su mundo, a sus estudios de postdoctorado dentro del 'Proyecto Internacional sobre los Límites de la Vida en la corteza terrestre'.

Borja estudió Ingeniería Agrícola con la especialidad de Explotaciones Agropecuarias en la Universidad de León. Después se licenció en Ciencia y Tecnología de los Alimentos en la Facultad de Veterinaria, y se doctoró también en Veterinaria en el departamento de Producción Animal. Tras leer la tesis estuvo trabajando en el departamento de Higiene y Tecnología de los alimentos, realizando proyectos de patógenos de origen alimentario y clínico. Su curiosidad, la constancia en sus estudios y su afán por el mundo de la investigación, le llevaron a formar parte de un proyecto internacional, y así fue como este leonés amante de la pesca terminó con una beca postdoc en Bloemfontein (Sudáfrica), en la Universidad del Estado Libre (UFS).

“El proyecto 'Deep Carbon Observatory' es internacional, y está formado por 40 países. Toma este nombre porque estudian el carbono en sus diferentes formas, así como ciclos en los que se involucra e incluso su influencia en el origen y sustento de la vida. Se encuentra presente en los seres vivos, así como en la atmósfera, petróleo, gas natural y es un factor importante en la economía mundial... La diferencia es que todo el carbono que encontramos en la atmósfera, superficie, océanos y seres vivos, sólo representa el 10% del total del planeta azul, el resto se encuentra en la corteza terrestre. Desde hace diez años, el proyecto está intentando responder a preguntas; ¿Cuánto carbono hay en la corteza?, ¿Cómo se mueve?, ¿Qué formas adopta?, ¿Cómo se relaciona con la vida?”, explica Borja, con la virtud de convertir en sencillo lo complejo de su investigación.

Location. Autor: Borja Linage.

“De las cuatro comunidades que hay yo trabajaba en 'Deep Life'. Nos dedicábamos a investigar los microorganismos que viven en la corteza terrestre. Teníamos que bajar a las minas más profundas del mundo que se encuentran en Sudáfrica, cogíamos muestras de agua, de gas, y de rocas para analizar elementos químicos, isótopos, muestras biológicas... En concreto, me dedicaba a estudiar filogenética de los microorganismos, a parte del uso de técnicas moleculares, y de bioinformática. Buscábamos el punto más profundo de la tierra donde se pudiese encontrar vida. Para poder investigar genes aún no descritos, por ejemplo, que pueden ser aplicados a las industrias”, añade, destacando además los intereses económicos que el desarrollo de su trabajo conlleva.

Borja trabajaba en un grupo con un catedrático belga y un estudiante de doctorado de Nigeria, con quienes formaba un gran equipo. “Éramos el equipo científico que se dedicaba a bajar a las minas, y los encargados de recoger las muestras para los diferentes equipos de investigación de otros países, y las nuestras propias”.

De León a... Bloemfontein

La selección fue muy dura, sólo tres personas en todo el mundo fueron seleccionadas para la formación del equipo en el Borja trabajaba.

“La ciencia tiene un proceso brutal, complejo y desconocido. Se ofrecen plazas a nivel mundial y los interesados se presentan. Tras una selección se considera quién es el mejor candidato para el puesto en concreto. Pero para enterarte de estas cosas tienes que buscar continuamente por Internet y enviar muchos currículum en muchos grupos de investigación. Además de ser lo suficientemente bueno para ser elegido. No es nada fácil”, reconoce.

Una experiencia dura, pero maravillosa

Borja tiene claro la palabra que define su experiencia: “maravillosa”. “Nos han pasado muchas cosas buenas, pero también malas, como por ejemplo que nos entraron a robar muchas veces. Pero lo más importante es que aprendes a ver la vida de otra manera, vives con menos cosas y no tienes tanto apego a cosas innecesarias”, comenta.

Location. Autor: Borja Linage.

En el aspecto laboral, el tratamiento, para Borja es la mayor diferencia. “La gente en otros países, sobre todo de influencia anglosajona trata en cuestión de lo que has estudiado o del título que tienes, así una vez que se consigue el título de Doctor, ya no se recibe más el tratamiento de 'Mister'”

Según relata Borja, en África sólo trabaja el 25% de la población, y es un país con una tasa muy grande de paro, y muchos contratos en negro en los que la gente trabaja por menos de 100 euros al mes. “Para nosotros, que estamos en el mundo académico de investigación, no disponíamos de un sueldo demasiado bueno. En la ciencia no te haces rico. Nos dedicamos a investigar, a hacer el futuro, pero no se gana dinero. Aunque gastamos y movemos mucho dinero del proyecto internacional, no es para nosotros, es para conseguir publicaciones”, explica.

Otra barrera a nivel personal cuando llegas a África es el idioma. “Sudafrica es un país en el que se hablan 12 lenguas oficiales. He aprendido mucho: hablo un poco de Afrikáans, de Sotho.. -comenta Borja sin perder la sonrisa, recordando algunas de las palabras adquiridas-. Lo bueno cuando trabajas en un grupo internacional es que todos hablamos en inglés, y se aprende a entender muchos acentos diferentes”.

Borja y su futuro en el mundo de la ciencia

Borja todavía no ha finalizado su trabajo en este proyecto: “Estamos a punto de terminar 5 publicaciones, sería muy importante para mi CV, para el del grupo, y para el de la Universidad del Estado Libre, ya que cada vez que publicas ellos obtienen un dinero que se utiliza otra vez para el grupo de investigación”. De esta forma es cómo circula el dinero; cuantas más publicaciones consiga un grupo de investigación más nivel y más fondos va adquiriendo la universidad, por eso muchas universidades buscan doctores extranjeros para atraer más tecnología y nuevas técnicas, según argumenta el científico leonés.

A parte de desarrollar técnicas en el laboratorio nos dedicamos conseguir publicaciones y más fondos

Por otro lado, Borja está pendiente de una opción de trabajo en Philadelphia, en Estados Unidos, dentro del mismo grupo internacional. A la vez, ha rellenando una propuesta para Calgary -Canadá-, donde ya se encuentra su compañero nigeriano en una investigación sobre Isótopos.

Ciencia: España versus Sudáfrica

Borja admira de Sudáfrica ´que es un país muy rico, con minas de oro, de diamantes y de platino, y muchos recursos naturales que saben explotar. “Las universidades son jóvenes. Ellos tienen menos universidades y más potentes. La Universidad en la que me encontraba es una de las tres mejores del país, tiene entre 30.000 y 40.000 estudiantes. Prefieren tener una sola universidad en todo el Estado pero que sea muy fuerte. Además, invierten mucho dinero en ciencia e investigación”, señala.

A pesar de esta gran diferencia en cuanto a la inversión que se produce en España para las partidas en ciencia e investigación, Borja rompe una lanza en favor de los profesionales del país: “He conocido a muchos españoles en los años que llevo viajando en congresos y colaboraciones y hay muchos de ellos por el mundo tan buenos o mejores que otros científicos. Si buscas entre las mejores publicaciones del mundo, en muchas ocasiones figura como autor un español, hemos demostrado que somos muy buenos, pero no tenemos opciones prácticamente nulas en nuestro país”, sentencia, reconociendo que le hubiera gustado quedarse en León, pero nunca ha tenido esa oportunidad.

“Antes de estar esperando o de estar en el paro, prefiero irme a otro país y seguir haciendo cosas, aunque todas las patentes que estamos consiguiendo, todas las publicaciones no son para España, y es una cosa que duele bastante. Son patentes de muchos millones y eso nunca queda en nuestro país porque no podemos estar adscritos a una Universidad española”, declara.

El guiño del rinoceronte blanco

Borja ha disfrutado de muchas cosas, como de formar parte del equipo de voleibol del estado sudafricano de acogida. “La naturaleza es impresionante, a pesar de la falta de tiempo he hecho muchas fotos, con escapadas a parques nacionales. Lo más impresionante que he vivido ha sido correr detrás de un rinoceronte blanco para conseguir hacerle una foto. Me costó horas, pero mereció la pena”, expresa radiante.

Lo que más ha echado de menos: la comida. “Los productos leoneses, son impresionante. Tenemos productos de altísima calidad, y sanos. En otros países comen comida prefabricada, de muy baja calidad. No sabemos lo que tenemos”, comenta.

Pero a pesar de todas las aventuras vividas, este investigador curioso y divertido, tenía ganas de volver a su tierra. “He nacido aquí, y me siento leonés y español. Aquí tengo a la familia y a la novia, es una dualidad que tengo que compartir. Pero mi siguiente paso va a ser irme a otro sitio. Es lo que me toca, aunque esta vez prefiero el ”primer mundo“, EEUU Canadá, o Europa”.

¿Hasta que punto entendemos el trabajo de un científico?

Dinaweng. Autor Borja Linage.

La ciencia tiene un estigma, difícil de explicar. “Estamos especializados en cosas muy diversas. Cualquiera puede hacerlo, pero requiere una preparación de años, se necesitan muchos conocimientos, mucho estudio para llegar a cada objetivo. Para que la gente lo entienda hay que saber explicarlo; todo el mundo puede entender que se estudien los límites de la vida en la corteza terrestre, el conocer cuál es la profundidad máxima que soporta vida, el estudio de microorganismos en condiciones extremas”, simplifica Borja. “En una ocasión descendimos una mina a 6 kilómetros de profundidad, donde el agua estaba a 75 grados, ¡y encontramos vida! La vida está ahí, siempre está ahí”, añade orgulloso.

Como consejo, a futuros científicos y a estudiantes en general, Borja recomienda viajar todo lo posible. “La imagen que tienen en el extranjero de España es totalmente diferente a la que deberíamos mostrar. Hay que demostrar que en España también se habla bien inglés, que mucha gente se sorprende de este hecho. Y es que, Borja tiene razón: ”Hay que moverse por el mundo, es una experiencia extraordinaria“.

Etiquetas
stats