Un alcalde en la memoria... y el callejero

Recorte de prensa del accidente ferroviario del túnel de Prada, en el que participó activamente en las labores de asistencia. / Archivo familiar de José Luis García Herrero

V. Silván / ICAL

El nombre de Juan García Arias volverá a las calles de Ponferrada. Por fin, el último alcalde republicano de la capital berciana será reconocido y se resarcirá del olvido al que ha estado condenado durante décadas con una calle que llevará su nombre y que servirá de merecido homenaje a este hombre, que fue condenado a muerte y fusilado el 30 de julio de 1936. “Calle Alcalde García Arias” rezará la placa que desde este domingo recuperará su memoria en la calle donde se ubica el Museo del Ferrocarril, un guiño a su profesión de ferroviario.

En el descubrimiento de la placa estará su hija pequeña, Rosario García Herrero, que no llegó a conocerlo, y también sus nietos y parte de la familia, según cuenta Amparo Carballo, viuda de su hijo José Luis García Herrero. “Es la última hija que queda, que vive en Burgos, ella no lo conoció a él porque cuando lo fusilaron su mujer estaba embarazada”, explica Carballo, que considera que es “un justo reconocimiento a un hombre bueno, el último alcalde republicano de Ponferrada y que durante muchos años permaneció olvidado”.

Arias con su hija. / Archivo familiar de José Luis García Herrero.

Un olvido contra el que luchó su hijo José Luis, que lamentablemente falleció hace unos años y tampoco podrá ser testigo de este merecido homenaje. “Estaría muy satisfecho porque la pérdida de su padre fue muy terrible, una tragedia grandísima y ahora ambos, padre e hijo, quedarán en la memoria a salvo del olvido”, destaca Carballo, que reconoce que esa fue siempre una asignatura pendiente para su marido.

Precisamente, de esa lucha contra el olvido surgió 'Juan García Arias. Memoria histórica del último alcalde republicano de Ponferrada', un libro en el que José Luis García Herrero -con la colaboración del periodista Javier Santiago y el entonces vicepresidente de la ARMH, Santiago Macías- repasa la vida de su padre, abre su álbum familiar, revela su faceta como poeta y muestra los documentos que marcaron sus últimos días, desde la orden de cumplimiento de la sentencia a muerte a la carta de despedida a su mujer y sus hijos.

León-Palencia-Ponferrada

Juan García Arias nació en León y formaba parte de una familia obrera, “muy modesta y de izquierdas”. Ingresó en el PSOE desde muy joven y, por vocación y formación, participó en diversos actos culturales, además de colaborar habitualmente en prensa, especialmente en la revista 'León Moderno'. Tras conseguir por oposición una plaza de administrativo en la compañía Ferrocarriles del Norte de España se tuvo que desplazar a Palencia, donde conocería a la mujer de su vida, Mercedes, con la que tendría tres hijos: José Luis, Juan y Rosario.

Un ascenso supuso un nuevo traslado para García Arias. Ponferrada era su destino, donde muy pronto empezó a destacar, tanto por su actividad profesional, intelectual y política como por, subraya su hijo en el libro, “su personal humanismo, tolerancia y respeto a otras creencias e ideas”. Llegó al cargo de alcalde de Ponferrada en mayo de 1936 después de la crisis municipal del Frente Popular de Izquierdas que obligó a la constitución de una gestora.

Solo un mes después ya tendrá que gestionar y afrontar un triste episodio, prácticamente olvidado, en la historia de la capital berciana, el accidente ferroviario del túnel de las Fragas, donde chocaron dos trenes. “No está claro el número de víctimas que se produjeron en el siniestro. En cualquier caso, periódicos de la época publicaron imágenes del cementerio de la capital berciana rebosante de gente para tributar un último adiós a los fallecidos”, recoge.

Los últimos días

Tras el alzamiento del 18 de julio de 1936, Juan García Arias trató de mantener el orden en la ciudad hasta la llegada, apenas dos días después, de las fuerzas del ejército sublevado, que terminaría deteniéndole y enviándole a la cárcel leonesa de San Marcos, donde fue sometido a un juicio sumarísimo. La sentencia, condena a muerte, junto al síndico Arturo Pita y el guardia de asalto Alejandro García.

“Como contestación a su oficio de esta fecha he designado las 5 horas del día de mañana para que en el campo de tiro de Puente Castro se cumpla la sentencia a muerte recaída en el teniente de asalto Don Alejandro García Menéndez y paisanos Juan García Arias y Arturo Pita Pérez”, señalaba la orden, fechada el 29 de julio. Así, el último alcalde republicano aprovechó para despedirse de su mujer y sus hijos en una emotiva carta, conociendo ya su triste destino, con las letras emborronadas por las lágrimas.

“Mi queridísima Mercedes y mis queridísimos hijos: No tengo ánimos para nada más que para deciros adiós con toda mi alma”, empieza a escribir, pidiéndole también a su mujer que haga hombres a sus dos hijos y “que guarden un buen recuerdo de su pobre padre”. Esas fueron las últimas palabras de García Arias dedicadas a su familia. Unas horas después, 30 de julio de 1936, un pelotón de fusilamiento se llevaba su vida, con apenas 32 años, y con ella su memoria que, poco a poco, vuelve a resurgir en las calles de Ponferrada.

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