Ni Diputación ni Junta ni Gobierno saben cuántos pueblos y vecinos siguen aislados por la nevadona

Las carreteras han desaparecido y abrirlas conlleva un alto riesgo de aludes.

C.J. Domínguez / A. Vega / J. Vega

Cientos de habitantes de la montaña leonesa continúan hoy domingo, algunos por sexto día consecutivo, recluidos en sus pueblos por la peor nevada y ola de frío de los últimos 30 años. Pero ni la Diputación de León, ni la Junta de Castilla y León ni la Subdelegación del Gobierno han informado en modo alguno del número concreto de pueblos afectados por el aislamiento por carretera, ni mucho menos de los vecinos que están sufriendo una reclusión que se torna peligrosa dada la avanzada edad de gran parte de los afectados.

Enfrascados durante toda la semana en reabrir las carreteras principales, que en minutos volvían a quedar impracticables, y centrados en contabilizar las rutas de transporte escolar anuladas, recibir información de Iberdrola sobre los cortes de suministro eléctrico en varias poblaciones de la Montaña Oriental leonesa o de las evoluciones de la UME, lo cierto es que los pequeños dramas personales de quienes veían pasar horas y días sin poder salir ya no del pueblo, sino de su propia casa, han brillado por su ausencia. Esto ha pasado más de la mitad de la semana en Foncebadón, que hoy por fin ha podido ser abierto aunque hay que circular con cadenas.

Tal ha sido la desidia que incluso algunos alcaldes, que sí han estado en contacto permanente con los 'sepultados', elevan hoy el tono de sus críticas. “Hemos estado abandonados”, no duda en decir Tomás de la Sierra, alcalde popular de Boca de Huérgano, que aún hoy está pendiente de los 4 habitantes de Llánaves de la Reina, cuya carretera “ha sufrido ya cuatro aludes” y por eso “las máquinas es que ni se atreven a pasar, no vayamos a tener un enorme disgusto”. La quitanieves de la Diputación consiguió ayer sábado llegar a Valverde de la Sierra, otra población aislada cinco días enteros.

“La planificación no puede hacerse desde un despacho”

La Cueta, pueblo leonés sepultado literalmente.

Para él, el problema es que “ha habido un desastre de gestión y de coordinación porque esto estaba muy avisado desde que comenzó a nevar el 20 de enero, pero mucho”. Y tiene claro que “la planificación debe hacerse desde aquí, no desde un despacho, que así salen las cosas”. Boca ha sufrido también cortes de luz, ya solventados, pero “aún hoy no tienen señal de móvil ni en Portilla ni en Llánaves”, y eso significa que este último pueblo no sólo está aislado sino también incomunicado. “Que no pase nada”, reza en voz alta De la Sierra.

Seis pueblos de Arbas 'sepultados'

Pero si en la Montaña Oriental la cosa ha sido grave, que se lo pregunten en la Central, por ejemplo al alcalde de Villamanín, Óscar Gutiérrez. A pesar de haber conseguido, tras dar mucha 'guerra', que la Diputación abriera ayer Poladura de la Tercia, le quedan aún 'sepultados' todos los habitantes de nada menos que seis pueblos: Villadangos de Arbas, Casares de Arbas, Cubillas de Arbas, Camplongo, Tonín y Pendilla.

Gutiérrez sí se muestra “agradecido” por los medios que le han puesto a disposición pero reconoce que muchos de ellos no sirven de nada, como las cuñas: se requieren fresadoras para avanzar en los accesos a las poblaciones y retirar la ingente cantidad de nieve, pero una vez llegados a los pueblos “no tenemos dónde echarla, hay sitios muy estrechos y no puedes quitarla a un lado porque hay más casas”. El espectáculo cuando llegan a un pueblo es dantesco: “Los tejados amenazan con venirse abajo, las casas tienen tapadas puertas y ventanas...”.

La pírrica ayuda económica de la Diputación

Los alcaldes hacen lo que buenamente pueden, piden ayuda solidaria a los vecinos más jóvenes, contratan maquinaria, hacen frente a los enormes gastos del personal de esas máquinas. La Diputación les asegura que les pagará hasta el 80% de esas facturas que el temporal disparan a decenas de miles de euros... pero el presupuesto anual para todo problema de Protección Civil de 208 municipios de la provincia asciende a la ridícula cifra de 120.000 euros. No da ni para empezar.

63 días para llegar a la carretera general

Al final, los más de los posibles dramas los resuelven voluntarios, vecinos y profesionales de manera absolutamente solidaria. Como ese vecino del bar de Lugueros que atendió la petición de una anciana que no podía salir de su casa y tuvo que espalar horas para rescatarla. O la vecina de Rodiezmo que se pateó dos kilómetros hacia Villamanín para comprar pan para todos sus convecinos. En Rucayo los más viejos recuerdan cuando hace décadas “tardamos 63 días en abrir en hacendera una buelga (un sendero) para llegar a la carretera general. El problema, admiten, es que entonces los habitantes de la montaña eran jóvenes, fuertes; hoy son ancianos y tienen el miedo que jamás vivieron. Y no entienden que en el siglo XXI, con los medios actuales, pasen estas cosas.

Los medios “parecen de juguete”

El alcalde de San Emiliano, Basilio Barriada (PSOE), reconoce que “por más ayuda que nos llega nadie damos abasto” porque “no tenemos medios para una nevada como esta, parecen de juguete”. De tanto usarlos, sus camiones y cuñas se han ido averiando sistemáticamente. Tienen demasiados años. Y urge liberar a mucha gente, encerrada aun hoy en los pueblos de Villargusán, Candemuela, Genestosa, Torrebarrio y Torrestío. Casi nada. En este último pueblo, asegura el regidor que “hay un sitio que la ventisca ha acumulado 5 metros de nieve justo en la entrada”.

Sólo han podido atender las urgencias más graves de los aislados: “Paisanos que tenían que tomar el sintrón, llevar pañales a una señora... en Torrebarrio unos montañeros se prestaron a sacar a paladas a una mujer de su casa, que estaba sepultada, y con su madre dependiente”, admite.

Para más inri, un avería en Piedrafita ha dejado “a siete pueblos casi 3 días sin cobertura de móvil, esto es gravísimo donde no hay otra comunicación posible”. Y admite que aunque vayan llegando las 'fresas' a las localidades, no tienen dónde echar la nieve que retiran.

Nadie ha hecho este recuento de dramas. Se activó la máxima alerta del Plancal de la Junta de Castilla y León pero ni un dato de pueblos y personas aisladas y hasta totalmente incomunicadas. Hubiera bastado una simple llamada a los alcaldes de toda la montaña, éstos hubieran presentado una lista de localidades 'hundidas' en la nevadona y Protección Civil, entre otros, podría haber organizado operativos de rescate, enviado alimentos o medicinas, evacuado a algunos afectados que alcanzan los 101 años, como en La Velilla de Valdoré.

El presidente de la Diputción, Emilio Orejas, y el diputado de Fomento haciendo alarde el 22 de enero de los medios mecánicos provinciales, que usaron para invitar a comer a algunos medios en Valdelugueros. / Foto ICAL

Medios de la Diputación para un cocido a periodistas

La Diputación en toda esta semana ha enviado una sola nota de prensa para contar los medios de vialidad invernal disponibles. Según informaciones de la Delegación Territorial de la Junta, su presidente, Emilio Orejas, tan sólo acudió a la reunión de coordinación del viernes. Eso sí, el pasado 22 de enero invitó solo a ciertos medios de comunicación a su ayuntamiento, Valdelugueros, haciendo despliegue de maquinaria para 'vender' lo modernos que son y de paso invitar a comer un cocido con licores.

Las cifras de los medios... y la descoordinación

Todos los años, cada una de las tres administraciones hacen alarde de esos medios para la viabilidad invernal, a mayor gloria de cada uno de ellos. La Subdelegación airea sus 61 quitanieves, 41 de ellas para la red estatal y 20 para las dos autopistas (Asturias y Astorga), que deben mantener limpios 775 y 94 respectivamente. La Junta, por su parte, 'vende' las 66 máquinas disponibles y los 147 operarios que movilizan cada invierno, además de 462 voluntarios de Protección Civil.

Y la Diputación afronta sus más de 3.000 kilómetros de carreteras secundarias con 6 quitanieves dinámicas, 11 camiones con cuña, 3 vehículos polivalentes con cuña o fresa, 6 todoterreno, 1 góndola de transporte y, añaden siempre, 12 cuñas más cedidas a mancomunidades y Ayuntamientos.

Todo muy bonito si no fuera porque la coordinación real de tales medios, aunque demostradamente escasos para una ola de frío como la sufrida esta semana, es prácticamente nula: no se presentan juntos ni suelen trabajar para complementarse en la labor de evitar que un número aún hoy desconocido de leoneses sigan en este momento sufriendo tanta incomunicación como hace décadas.

Etiquetas
stats