Los trabajadores de la Hullera anuncian movilizaciones desde este sábado tras el anuncio de ERE

Carlos S. Campillo / ICAL Una concentración de protesta frente a las oficinas de La Vasco en León en 2014.

S. Gallo/Ical

Los trabajadores de la Hullera Vasco-Leonesa decidieron hoy en las asambleas celebradas medidas de protesta entre las que no descartan “nada” en protesta por la situación de la compañía después de que anunciara la semana pasada anunciara un preconcurso de acreedores y un ERTE a partir de finales de este mes. En una situación “desesperada”, los trabajadores han convocado dos concentraciones en los próximos días, además de que han solicitado reuniones con responsables políticos, unas medidas “comedidas” que podrían radicalizarse a partir de abril si no se plantean soluciones a este conflicto laboral, porque se teme por la pérdida de más de 700 empleos.

La primera de las concentraciones está prevista para el próximo sábado, a partir de las 12 horas en la térmica de La Robla y el día 12 de marzo la protesta se trasladará, a partir de las 18 horas, a la sede del PP de la capital leonesa. También, se han solicitado reuniones con el subdelegado del Gobierno en León, Juan Carlos Suárez-Quiñones “para que nos eche un guante” y con los alcaldes de municipios mineros como Matallana, Villamanín, La Robla y Pola de Gordón.

Los trabajadores de la Hullera Vasco-Leonesa han hecho un llamamiento también a la Junta de Castilla y León para que “salga del cascarón” y ayude a un sector que se encuentra en serias dificultades, igual que ha hecho con otras empresas de la comunidad, porque en este tiempo no se ha apreciado “ningún hecho” por su parte. “Ya no es una lucha por cobrar un salario, hablamos de un empleo”, recordó el responsable de minería de Fitag-UGT en Castilla y León, José Antonio Colinas.

La Hullera cuenta en la actualidad con 385 trabajadores, aunque el resto hasta aproximadamente 700 forman parte de otras empresas auxiliares, un volumen importante de puestos de trabajo que se ve peligrar si no se adopta una solución inmediata en la que se advierte de que las protestas van a ser “moderadas” antes de “cambiar el chip” a partir de abril si no hay resolución positiva. “Parece que la estatal también se va a poner manos a la obra, porque es una cascada para todas las empresas”, lamenta Colinas, que insiste en que “nadie quiere quemar el carbón”.

En el cuarto ERE al que tiene que hacer frente la empresa, Colinas incide en que “ninguno tenía las condiciones de este” porque, a día de hoy, se aprecia que “no hay capacidad de venta”, una situación que no sólo afecta a la Vasco, sino que “todos estamos igual”. A partir de ahora, y después de que se haya presentado el preconcurso de acreedores, hay un periodo de tres meses “para levantar la empresa”, aunque el mes de junio “es demasiado tarde”, denuncia Colinas. “O tenemos un comprador y se empieza a vender carbón, o no tenemos nada que hacer”, reitera.

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