Los trabajadores de Everest se reúnen este lunes con el presidente de la Junta
El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, recibe mañana lunes por la mañana a los representantes de los trabajadores de Everest, en un encuentro en el que se hablará sobre la situación en la que se encuentra la editorial leonesa. En las horas previas a este encuentro, los trabajadores confiaron en que no se produzcan solo “buenas palabras, sino también algún hecho” para poder “salvar” la empresa, y más concretamente la sección de Evergráficas, que se encuentra en situación de concurso de acreedores y de liquidación de los 80 empleos de sus trabajadores.
A la espera de conocer qué mensaje les transmite el presidente del Ejecutivo autonómico, los trabajadores plantearán a Herrera que medie con la Dirección y posibles compradores interesados en la compañía para poder reconducir la situación en la que se encuentra la editorial leonesa. También se pondrá sobre la mesa el crédito que no se ha concedido a Everest al entender que no ofrecía las garantías suficientes. Desde el comité de empresa reclaman que, si hay un posible comprador, no sólo faciliten datos sobre la empresa, sino que también pueda concederse el crédito a ese nuevo empresario para sacar a flote la compañía.
El presidente del comité de empresa, Enrique Reguero, consideró que se trata “una oportunidad”, tanto para la clase política, de quien esperan que no solo dé “buenas palabras”, sino también para la Dirección, para demostrar “que mira por el futuro de la empresa”, añadió.
En los últimos días se han producido varias visitas de un posible comprador interesado en adquirir la maquinaria y el taller, aunque los trabajadores aseguran no tener más noticias al respecto. Mientras, el administrador concursal mantiene “la intención de liquidar y extinguir los 80 puestos de trabajo de Evergráficas”, ante lo que los trabajadores entienden que habría que intentar “alargar el plazo para no extinguirlos”, que es “lo más fácil”.
Desde el comité de empresa se pidió “paciencia” en una situación “difícil” en la que abogaron por “ser inteligente y alargar los plazos”, aunque tampoco demasiado, algo que podría llevarse a cabo planteando, en lugar de un ERE de extinción, un ERE de suspensión temporal para aprovechar ese tiempo para intentar salvar la compañía.
