1.095 días después

III Marcha Negra

Vanesa Silván/ Ical

El lunes se cumplen tres años de la última Marcha Negra, tres años del inicio de ese épico recorrido que unió andando a mineros asturianos, leoneses, palentinos y aragoneses para reivindicar el cumplimiento de los compromisos adquiridos con la minería en el Plan del Carbón y evitar el cese de la actividad. Unas reivindicaciones que continúan hoy en día porque, lamentablemente, 1.095 días después los incumplimientos del Gobierno y del Ministerio de Industria siguen siendo los mismos con sector del carbón que podría estar dando sus últimas bocanadas si no se pone remedio de forma urgente e inmediata.

El 22 de junio de 2012 dos columnas de mineros partían de Villablino y Bembibre, en las comarcas leonesas de Laciana y el Bierzo, que días después se unían en La Robla, a la columna que ese mismo día salía desde Mieres, Asturias. Mientras, desde Aragón salía una cuarta columna con decenas de mineros haciendo a pie cientos de kilómetros con un destino, la capital madrileña, donde ya todos juntos entraron en la noche del 10 de julio. Allí fueron recibidos y arropados por un millón de personas, alumbrando Madrid con sus lámparas mineras en un emotivo recorrido hasta la Puerta del Sol, en la jornada previa a la multitudinaria manifestación, que acabó marcada por el bronco enfrentamiento con los antidisturbios.

Una movilización que finalmente no consiguió su objetivo de dar estabilidad y normalizar la actividad en el sector minero, cuya situación ahora es incluso peor que hace tres años, más agónica y desesperada con la mayoría de las empresas y auxiliares en expedientes de regulación de empleo o en concurso de acreedores y también subcontratas al borde de la liquidación, con muchos trabajadores mineros que ya han agotado todas sus prestaciones. “Por desgracia después de tres años estamos en una situación mucho peor”, advierte el secretario regional de FITAG-UGT, Jorge Díez.

En ese mismo sentido se expresa el responsable de Industrias Extractivas de CCOO en Castilla y León, Jesús Magadán, que reconoce que la minería “esta muy mal”. “Hace tres años empezamos unas movilizaciones por ese incumplimiento que había del Plan del Carbón con una bajada brutal de las ayudas previstas para las empresas de más del 65 por ciento que estaba estipuladas y, a partir de ahí, si fuimos capaces de sentarnos con el ministro Soria tras esas protestas y negociar un nuevo Plan del Carbón”, apunta.

Un Marco de Actuación Minería del Carbón y Comarcas Mineras 2013-2018 que ha resultado “absolutamente inservible” por su incumplimiento por parte del Ejecutivo central. Para Magadán, los anteriores planes había dado una estabilidad y unos parámetros de producciones, plantilla y prejubilaciones que se iban cumpliendo, pero este último acuerdo “no ha servido para nada” derivando en un sector con sus empresas en ERE, tanto principales como subcontratas. “En este momento la situación es la mas critica y la peor de los últimos 30 años en el sector carbonero de este país”, advierte.

¿Un cierre encubierto?

Desde ambos sindicatos critican la actitud del Ministerio de Industria y la pasividad del ministro José Manuel Soria ante la agonía del sector desde el mismo momento en que se puso al frente de esta cartera ministerial y que ha tenido un último capítulo en la dilación y el retraso “injustificable” de la puesta en marcha del nuevo mecanismo que garantice el consumo de carbón autóctono por parte de las centrales térmicas. La minería espera desde el 1 de enero a esa orden ministerial, con unas condiciones que finalmente han sido “impuestas” por Industria y en desacuerdo con sindicatos mineros, empresas y eléctricas.

“Creo que esto es un cierre encubierto porque, evidentemente, ellos sabían que tenían que sacar el nuevo mecanismo desde principios de años, han estado dilatándolo y al final lo han presentado con la oposición y con el desacuerdo del resto de las partes, parece que lo tenían premeditado”, advierte Jorge Díez, que teme que “estamos llegando a julio y esto puede tardar aún otros tres o cuatro meses” y que haya empresas mineras que ya hayan desaparecido para ese entonces. “A este gobierno le da absolutamente todo igual y, si sale para el año que viene y ya no existen las empresas, de poco lo va a servir la orden a este sector”, apostilla.

Una desazón que comparte su compañero de CCOO, Jesús Magadán, que califica de “desesperante” que haya un plan formado que fija ayudas, plantillas y producciones y que el Gobierno del PP los esté incumpliendo de forma sistemática. Así, el responsable sindical teme que aunque se saque la orden ministerial ya no haya futuro para el carbón y sus empresas. “Va a ser complicado porque, si esto sigue así, va a haber una mayor oferta de carbón que demanda de las propias eléctricas”, valora Magadán, que teme que cuanto más tiempo se prolongue esta situación más difícil será poder volver a “arrancar”, especialmente en la explotaciones de interior como la Hullera Vasco Leonesa o Minas del Bierzo Alto.

Lo poco que queda

La minería no es en la actualidad ni la sombra de lo que fue hace años y los sindicatos mineros ven “con temor y preocupación” la falta de compromiso del Gobierno con el carbón que se refleja en una actividad prácticamente inexistente, en compás de espera por esa orden ministerial que no llega y que impide a las mineras vender su mineral. En estos tres años, el sector ha presenciado la “muerte” de la minería en Palencia, que también está tocada en la comarca de Laciana donde la actividad extractiva ha quedado “a cero” tras el despido de todos los trabajadores de la subcontrata de Hijos de Baldomero García (HBG) en la mina La Escondida, en Caboalles.

Mientras, la Hullera Vasco Leonesa está actualmente en concurso voluntario de acreedores y en el Bierzo la situación no es muy distinta. La actividad apenas se limita al pozo Salgueiro en Santa Cruz de Montes de Uminsa, cuyas subcontratas están ERE y alguna incluso podría entrar en liquidación este mes, y a Carbones Arlanza, que ya ha echado una de sus subcontratas y que, sin cupo, cualquier día enviará al ERE a la empresa matriz. Junto a ellas, Minas del Bierzo Alto, que no acaba de arrancar tras su adjudicación al empresario José Simón Ramos Campazas y sin posibilidad de meter mineral en térmica.

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