Ignacio Escolar: “En España, los diarios son mucho más conservadores que la sociedad”

Ignacio Escolar / NAFRÍA

asturias24.es

Un acuerdo de colaboración recién suscrito entre Asturias24 y el diario que posee y dirige trae a Ignacio Escolar a Asturias, donde tendrá ocasión de mostrar su serena indignación por el rechazo de Podemos a pactar con el PSOE que ha regalado la alcaldía de Gijón al partido de Francisco Álvarez-Cascos. Será al final de esta larga entrevista dividida, como la vida política española hasta el año pasado, en dos partes: una dedicada a reflexionar sobre el presente y el futuro del periodismo en plena reconversión digital, otra consistente en un minucioso abordaje del complejo momento político que vive España, que Escolar no tiene ningún inconveniente en denominar segunda transición.

Burgalés del 75, aficionado a la música indie, republicano sin complejos, incipiente novelista y coautor de un ensayo sobre el imaginario nacional castellano, Escolar es el Gran Timonel de eldiario.es desde 2011, cuando diez periodistas sentados en torno a una mesa echaron a andar un proyecto que hoy ocupa una espaciosa redacción del centro de Madrid y paga buenos sueldos a cincuenta profesionales.

Son buenos tiempos para ser Ignacio Escolar. eldiario.es es ya el segundo diario nativo digital más leído de España y sus cinco millones de lectores mensuales empiezan a hacer de él un competidor serio para los grandes periódicos del país en general. La apuesta por hacer «periodismo a pesar de todo» sobre los escombros del diario Público ha resultado ser exitosa. Sobre por qué lo ha sido versa también esta entrevista.

Decía Arthur Miller que un buen periódico es una nación hablándose a sí misma. ¿A qué nación habla eldiario.es?

Pues a esa enorme España que cree en la igualdad, en los derechos humanos, en la democracia, en mejorar esta democracia, en la libertad... A gente con una sensibilidad de izquierdas o progresista que cree en unos determinados valores que comparte con nosotros y que espera de nosotros que seamos un medio ideológico, pero no uno de partido, que es donde yo creo que está la gran frontera entre ser o no ser honesto dentro del periodismo político.

¿A pesar de qué hace periodismo eldiario.es?

A pesar de todo, y ese todo son muchas cosas: por un lado, la dificultad industrial que atraviesa el sector de la prensa, que está en medio de una reconversión tecnológica; por otro, las dificultades generales que atraviesa el país y sobre todo las que atravesaba cuando nacimos. Nosotros empezamos en el año 2012, en un momento dificilísimo para los medios de comunicación y para la sociedad española en general, y lo hicimos reivindicando que lo que está en crisis no es ni la manera de contar las noticias, ni la función del periodismo, ni el oficio de periodista: está en crisis el modelo de negocio, y a lo que hay que ir es a un nuevo modelo que por lo demás aplique la vieja escuela del periodismo.

En una imagen que circuló mucho por las redes hace unos meses se veía, apilados en un quiosco, cuatro montones de periódicos correspondientes a las cuatro principales cabeceras del país, todos ellos con la misma portada: un anuncio del Banco Santander. ¿Hay prensa libre e independiente en España?

Yo creo que sí que hay prensa libre e independiente en España, incluso no todos los días y no en todas las noticias, pero sí en muchos de los periódicos que iban embutidos en aquel anuncio del Santander. Yo soy muy crítico con la prensa en papel, pero creo que en ese caso la imagen era un poco injusta. Lo preocupante de los periódicos no es que haya anuncios de bancos: lo preocupante es que muchos son propiedad de los bancos. No hay que alarmarse cuando aparece publicidad de un banco, sino cuando una información publicitaria aparece camuflada como una noticia normal.

¿Es eldiario.es un diario libre e independiente?

Yo creo modestamente que sí lo somos. Lo somos porque hemos construido una empresa periodística no basada exclusivamente en la confianza que los lectores puedan tener en mí como director, sino en más cosas. Por ejemplo, la propiedad del diario pertenece a la redacción. No hay ningún interés ajeno a la redacción en esta empresa periodística. Los lectores saben a ciencia cierta que detrás de nosotros no hay ningún constructor que quiera recalificar un terreno, ni ninguna empresa que quiera manipular a la opinión pública en un sentido o en otro, ni ningún partido, ni nada por el estilo. Eso es una garantía para los lectores. Otra es la transparencia: nosotros hacemos públicas nuestras cuentas, nuestros gastos y nuestros ingresos, dos veces al año.

Alguna vez ha explicado que la diferencia entre el salario más bajo y el más alto de la redacción es una proporción 1:3 que contrasta vivamente con la de otros diarios, que puede llegar a ser de 1:150.

Sí, ésa es una de las cosas que aplicamos y que entra dentro de los parámetros de una empresa sostenible. No es tan difícil. Ojo, de esa horquilla de sueldos de 1:3 están descontados los becarios, pero yo a los becarios no los considero trabajadores como tal, sino estudiantes en aprendizaje que tienen características peculiares como no poder renovar más de un número limitado de veces, no hacer jornada completa sino media jornada o tener asignado un tutor. Si quitas a los becarios, ese margen 1:3 puede funcionar perfectamente. Desde que fundamos el periódico, el sueldo más bajo de la redacción ha pasado de ser de 12.000 euros al año, unos 1000 euros brutos al mes, a 20.000, que es como está ahora, pero vamos a seguir subiendo los sueldos. Los de toda la redacción: desde los de los redactores más junior, que cobran menos porque llevan menos tiempo, hasta los de gente que tiene mucha experiencia y aporta más al periódico, y por lo tanto cobra salarios más altos. Se puede poner en marcha un periódico perfectamente con esos criterios.

¿Por qué todos los diarios de papel españoles son conservadores o, en el mejor de los casos, liberales? ¿Por qué no ha lugar a un gran diario de papel de izquierdas?

Es cierto que los diarios españoles son mucho más conservadores que la sociedad, pero lo son porque para hacer un periódico hace falta mucho dinero, y evidentemente el dinero es mucho más conservador que la sociedad. Un periódico de papel es un negocio industrial carísimo, que requiere inversiones enormes. Ahora mismo, además de carísimo es ruinoso, con lo cual lanzar un periódico de papel nuevo sólo tiene sentido si lo que uno pretende no es informar, sino otra cosa. Si hay tantos periódicos deficitarios que pierden muchísimo dinero pero siguen existiendo es porque no venden periódicos, sino la capacidad de manipular a la opinión pública. El beneficio no está en la cuenta de resultados de ese periódico, sino en otro tipo de negocio. Yo me rebelo contra ese modelo. Creo que tenemos que reivindicar un periodismo que sea rentable por sí mismo, porque sólo de esa manera tendremos la certeza de que no hay un interés oculto detrás. Cuando no sabes quién paga un periódico, probablemente lo estés pagando tú, pero no con el euro que pagas, sino con la intoxicación informativa que recibes.

¿Cómo se financia eldiario.es?

Tenemos dos vías de ingresos: una, los lectores; otra, los anunciantes. Aproximadamente el 70% de nuestros ingresos proviene de la publicidad. El 30% restante, de nuestros socios, de los lectores. La ventaja es que los lectores en conjunto suman más que cualquier anunciante por separado. Mucho más. No hay ningún anunciante que llegue ni a la mitad de lo que nos aportan conjuntamente los lectores, con lo cual para nosotros los lectores son el primer cliente. Para mí es muy importante mantener esa proporción; que si crecen los ingresos por publicidad aumente el número de socios, porque de esa manera tendremos un periódico equilibrado en cuanto a dependencias. Como decía antes, a mí no me preocupa la publicidad. La publicidad es sana, y es más preocupante que no la haya, porque de nuevo habrá que preguntarse quién paga eso que no tiene publicidad. El problema de la falta de independencia de los periódicos en general no proviene de la publicidad, por más que a muchos lectores les pueda chirriar eso que comentabas tú antes de que en un quiosco todos los periódicos vayan forrados con el mismo anuncio. El problema es cuando los anunciantes se convierten en propietarios. En España, antes de la crisis, el crédito era muy barato y un montón de periódicos se endeudaron, y esas deudas acabaron convirtiéndose en acciones de los grupos acreedores. Eso sí es un problema, porque una empresa cotizada, sea cual sea su sector, tiene intereses muy distintos a los de un medio de comunicación.

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