León, involucrada en la primera refinería multifuncional del mundo para 2017

El presidente de la Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) de León, Juan Antonio Rodríguez (C), presenta el proyecto de biorrefinería multifuncional en Barcial del Barco y muestra su apoyo a este proyecto. Le acompaña el coordinador ejecutivo de Magdala, Vicente Merino (2D). / Carlos S. Campillo / ICAL

S. Gallo / ICAL

La localidad de Barcial del Barco (Zamora) acogerá presumiblemente a finales del próximo año 2017 la que será la primera refinería multifuncional del mundo ya que será capaz de transformar remolacha y maíz en el norte de Zamora y en el sur de la provincia de León y que tendrá como principal ventaja la generación de riqueza “durante todo el año”. Así lo explicó el director del proyecto, Vicente Merino, que señaló que hasta el momento se dispone de los terrenos y de la autorización ambiental, así como de los acuerdos para el suministro de materias primas y la venta de los productos.

Con esta base, la construcción de este proyecto, que supondrá una inversión de 140 millones de euros, podría iniciarse en el primer semestre del próximo año y estará finalizado después de 20 meses. Así, la intención es “llegar a la campaña 2016-2017, aunque sabemos que vamos un poco justos”, declaró Merino, que recordó que hasta ahora se han producido “algunos retrasos” en esta iniciativa.

El proyecto inicial preveía trabajar únicamente con cereal aunque se modificó para que tuviera carácter multifuncional, lo que le otorga la peculiaridad que la hace diferente a lo existente hasta ahora. Después de diez años desde que esta idea diera sus primeros pasos, el proyecto está en disposición de trabajar con la remolacha para la producción de bioetanol y pulpas, y también con el maíz para la producción de bioetanol y piensos “estratégicos” para poder ayudar a líneas ganaderas y no solo beneficiar a los agricultores.

Esta biorrefinería se estima que podrá consumir entre 5.000 y 6.000 hectáreas de remolada cada campaña, que se complementará con unas 200.000 toneladas de maíz. Por eso, desde UCCL se quiere exigir a la administración que “de una vez por todas” lleve a cabo “proyectos reales y palpables” que garanticen la subsistencia de los agricultores. El responsable del sindicato agrario en León, Juan Antonio Rodríguez, advirtió de que “no se van a escatimar esfuerzos” para que este proyecto “sea una realidad” y cree riqueza en la zona y favorezca el desarrollo rural.

Su producción final sería de entre 155.000 y 160.000 metros cúbicos de bioetanol cada año y de entre 105.000 y 110.000 toneladas de pienso para lo que se requerirían de alrededor de 750.000 toneladas de remolacha, es decir, unas 6.000 hectáreas, y unas 14.000 hectáreas de maíz. Esta materia prima procedería mayoritariamente de las comarcas de Benavente y los valles, en Zamora, y del sur de León, aunque “puntualmente” se podría recibir de otros lugares, si bien se puntualizó que interesa trabajar en un radio de unos 60 kilómetros.

Merino también puso de manifiesto la importancia de este modelo “replicable” en otras zonas que podrían reindustrializarse con proyectos de este tipo después del cierre de azucareras en diferentes enclaves, y donde esta alternativa podría ser una posibilidad. Hasta ahora la Junta de Castilla y León ha mostrado un apoyo “importante” a esta iniciativa y de hecho se espera que próximamente pueda mantenerse una reunión con representantes del Ejecutivo y elaborar “la mejor estructura para el proyecto y la más barata”.

Merino insistió en que este modelo en comparación a otros “estacionales” supone “industria y movimiento todos los días” y en una primera fase productiva la planta generará bioetanol, piensos y un excedente “pequeño” de electricidad que se venderá al mercado y a partir de esta base de producirá azúcar “sobre una base industrial que trabaja todo el año”. Además, ya se han alcanzado acuerdos con las Universidades de Salamanca y León para el desarrollo de nuevas líneas y con el CO2 de los generadores se quieren abrir líneas para trabajar con microalgas. En una segunda fase se quiere introducir una planta de biomasa para producir electricidad y vapor con biomasa e incluso llegar a trabajar sin dependencia de combustible fósil, entre otros proyectos.

“Estamos convencidos de que este proyecto es el futuro para Europa para producir piensos, bioetanol y azúcar y un modelo estratégico no solo para Castila y León y España sino para Europa”, declaró. En cuanto a la financiación, ya se ha solicitado al Ejecutivo autonómico la posibilidad de presentar este proyecto al Plan Junker.

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