Montserrat: “Planté marihuana en Carrizo porque me salía más barato, me animé”

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C.J. Domínguez

La espectación por ver por primera vez sentadas en el banquillo de los acusados a Montserrat González, la presunta asesina de la presidenta del PP y la Diputación, Isabel carrasco, y su hija Triana Martínez, aunque bajo la acusación esta vez de un delito de tráfico de drogas por los 620 gramos encontrados en su casa, fue la nota dominante del juicio celebrado esta mañana en el Juzgado de lo Penal 2 de León.

Ambas aparecieron en la sala donde se hacinaban casi una veintena de periodistas casi como únicos testigos y lo hicieron flanqueadas por tres policías nacionales, tranquilas, delgadas y, contra lo que es habitual, con las manos esposadas, algo que trataban de disimular con sendos pañuelos.

Así afrontaron un acusación de la Fiscalía que les supondría penas de dos años de prisión y 3.000 euros de multa de observar el juez indicios de un delito contra la salud pública que su defensa y ellas, unos argumentos idénticos, trataban de desmontar. Porque contra el argumento acusatorio de que el hachís provenía de una plantación realizada por ellas en la finca de la abuela de Triana -que admitieron- y de que el hecho de que apareciera repartido después en siete bolsitas con anotaciones en el armario de Montserrat evidenciaría ue estaban preparadas para su venta, las dos mujeres negaban la mayor.

Todo era cosa de “mamá”

Triana intervino primero para descargar el uso de la marihuana en “mamá”, término que repetía, por sus problemas de dolores de espalda desde 1996, dignosticados en una clínica de Gijón en 2013. “Fumaba cuando estaba más incómoda y también en infusión, como un té americano, con leche”, defendía la hija.

Mientras, la madre también reconocía que se inició en el consumo por recomendación de una amiga para uso terapéutico y que ella misma se lo vendía, aunque con el tiempo esa misma amiga “me dijo que ella iba a plantar porque salía más barato y me animé y lo puse”. Se referían a la plantación de Carrizo donde, según consta en autos, las dos se fotografiaban asiduamente durante los dos años, las dos cosechas que impulsaron, en actitud alegre, como constatan las muchas fotografías que aparecieron en los registros de su material informático.

“Lo guardé en bolsas de congelados que encontré por casa”

A preguntas de la fiscal y su propio abogado, Lorenzo Álvarez Quintana, no sólo negaron haber vendido jamás la sustancia sino que justificaron su preparación en aparenres dosis porque “lo guardé en bolsas de congelados que encontré por casa”. El problema, para la fiscal, era que sus versiones de hoy contradecían las que realizaron el día del primer registro domiciliario tras el asesinato, cuando Montserrat llegó a decir que la droga “se la dio un señor que le pidió el favor de guardarla y a cambio le suministraría una pistola para cuando la necesitara”, algo que negó tajante la madre acusada, justificándose en que “no estaba yo para pensar”, teniendo en cuenta que eran “las dos o las tres de la mañana” y que acababa de admitir haber 'ejecutado' a Isabel Carrasco.

En sus conclusiones, previas a quedar visto para una rápida sentencia, la Fiscalía quiso ver una clara “estrategia de defensa” en la coincidencia de las declaraciones de ambas, incidiendo en la preparación que presentaba la droga, en que no hay informe médico alguno que justificara el uso terapéutico de la sustancia y que hay “abundante jurisprudencia” del Tribunal Supremo y otros que considera delito de tráfico por encima de 250 gramos de marihuana, cuando las acusadas tenían casi tres veces más en su poder.

Sin rastro de balanzas ni compradores

Por contra, su defensor resaltó sentencias absolutorias para plantaciones de hasta 27 kilos de 'maría', además de que en el domicilio no aparecieron balanzas ni otros artilugios habituales para preparar dosis para la venta ni hay testimonios de que a su piso en la calle Cruz Roja acuieran personas desconocidas que pudieran ser tomadas por compradores.

La solución, la primera sentencia contra ellas derivada por un caso nacido del Caso Carrasco que se juzgará en enero, se conocerá en fechas no muy lejanas. La esperarán en la prisión de Villahierro, en Mansilla de las Mulas, de la que salieron hoy muy temprano y a la que regresaron tras este juicio que ha sido un ensayo reducido del enorme que se dirimirá en menos de cuatro meses.

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