Embajadores de la solidaridad

Ical

Miles de personas luchan a diario para erradicar la pobreza en el mundo, para ayudar a las víctimas de catástrofes naturales y para intentar asegurar la supervivencia de los miles de damnificados y exiliados que provocan las guerras. Como integrantes de ese ejército de cooperantes que ponen rostro a la solidaridad internacional figuran 2.788 españoles, entre los que se encuentran 350 castellanos y leoneses, según se recoge en el último estudio de la Agencia Española de Cooperación (Aecid) del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación.

Sólo Madrid, con 662 cooperantes internacionales (24 por ciento del total) y Cataluña, con 393 (14 por ciento), superan a Castilla y León (13 por ciento), que se convierte en la tercera comunidad con más personas trabajando en misiones humanitarias en el extranjero, por delante de regiones como Andalucía (287), País Vasco (189), Valencia (138) y Galicia (126).

El salmantino Miguel Ángel Rodríguez es uno de los rostros de estos 350 castellanos y leoneses que prestan su ayuda a miles de kilómetros de su hogar. En su caso, desde 2003 ha recorrido medio mundo en operaciones humanitarias como responsable de la Unidad de Comunicación de Emergencias de Cruz Roja, cargo al que suma también el de jefe de comunicación externa de la ONG.

Su primer destino en el extranjero fue Iraq, en el año 2003 con motivo de la guerra, y desde entonces ha participando en un sinfín de misiones: terremoto de Marruecos (2004), guerra de Darfur -Sudán- (2004), tsunami sur de Indonesia (2004-2005), terremoto de Pakistán (2005), terremoto de Java (2006), volcán Merapi -Java- (2006), crisis cólera Guinea Bissau (2009), crisis de refugiados en Burundi (2014), terremoto de Nepal (2015) y crisis de refugiados sirios -Grecia- (2015).

Este licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca, casado y con dos hijas pequeñas, tuvo su primer contacto con Cruz Roja en Salamanca, donde trabajó como voluntario organizando talleres en la cárcel de Topas. Después, lo hizo en varias organizaciones, algunas internacionales, hasta que en 2001 fue reclutado por Cruz Roja.

“Ninguno de los cooperantes somos masocas. Llegamos a conocer lo peor de la condición humana, pero también de las maravillosas cosas que puede hacer una persona. Tenemos la suerte de tener un trabajo muy gratificante y, aunque sea un tópico, recibimos más de lo que damos”, asegura, a la vez que reconoce que cada vez le cuesta más salir corriendo de casa y estar una temporada sin poder disfrutar de sus hijas.

Ingeniero de Renault

Diferente es el caso de José Luis Vázquez Raba, un ingeniero de la factoría vallisoletana de Renault que hace diez años decidió compaginar su trabajo con Médicos Sin Fronteras. Desde entonces, gracias a dos periodos de excedencia que le concedió su empresa y a periodos vacacionales, ya ha trabajado como responsable de logística de esta organización en Siria, República Centro Africana, Yemen, Sudán, Filipinas, Somalia y Sierra Leona, su último destino del que regresó en enero de este año.

“Siempre me ha encantado viajar, por lo que mi primera motivación a la hora de sumarme a Médicos Sin Fronteras fue la oportunidad de conocer países y hacerlo de otra forma. De todas formas, es un trabajo que te engancha en seguida, tanto a nivel profesional, como personalmente, a pesar de enfrentarte a situaciones límites”, confiesa Vázquez.

La hambruna de Somalia del año 2011, que se cobró la vida de más de 260.000 personas y obligó a desplazarse a más de 2,3 millones, fue la misión donde vivió “las experiencias más duras”, reconoce. Vázquez forma parte de la Unidad de Emergencias de Médicos Sin Fronteras, que es el primer equipo que manda la ONG en caso de urgencia, y es el responsable de que los médicos cuenten con un todo lo necesario para realizar su labor. “Cuando llegas a un país donde ya te conocen, es más sencillo, pero cuando vas a un sitió la labor se complica y cualquier trámite, por pequeño que sea, se puede convertir en una odisea”.

También dedicado a las tareas logísticas, pero en este caso de Cruz Roja, Ángel García es otro de los rostros de los cooperantes castellanos y leoneses en el extranjero. En su caso, además de ser director provincial de Cruz Roja de Salamanca, también forma parte de forma parte de la Unidad de Respuesta de Emergencias de la Federación Internacional, con la que ya ha trabajado en Honduras, Colombia, Timor Oriental, India, Haití o Nepal.

“En mi caso resulta muy gratificante ver cómo se cierra el círculo de la cooperación. Cómo desde Salamanca trabajas haciendo un llamamiento a la solidaridad de la gente para recaudar fondos, para luego comprobar sobre el terreno que ese caudal de ayuda acaba donde realmente hace falta”, reconoce Ángel.

Sin embargo, este salmantino de 44 años reconoce que este trabajo le ha cambiado la manera de ver y entender la vida. “Nunca olvidaré el llanto de una madre colombiana que, con su hijo en brazos, me suplicaba que me lo llevara a España para que pudiera tener una vida digna. Ante situaciones como ésta se te cae el alma a los pies. Te quedas tocado y, sin duda, te planteas la vida de otra forma”, confiesa Ángel García que, sin embargo, resalta que es un trabajo muy gratificante.

Zonas

En cuanto a las zonas geográficas de trabajo, la mayoría de los cooperantes, un 46 por ciento, se encuentra trabajando en África Subsahariana. Mientras, el 22 por ciento está asentado en América del Sur, el 17 por ciento en América Central y Caribe, el 7 por ciento en la región de Asia y Pacífico, y el 4 por ciento tanto en el Magreb como en Oriente Medio y Próximo.

Por otra parte, el 38 por ciento de los españoles que se dedican a la cooperación para el desarrollo en el exterior son religiosos. El segundo grupo mayoritario (27 por ciento) trabaja bajo la coordinación de organizaciones no gubernamentales de desarrollo, mientras que el 10 por ciento del total trabaja para organismos internacionales dedicados a la cooperación. El 8 por ciento del personal español destacado en el terreno se encuentra trabajando para la Agencia Española de Cooperación (Aecid).

Según el estudio, realizado con datos recientes, las mujeres que trabajan en cooperación para el desarrollo en el exterior constituyen el 51 por ciento del total. Por edades, el 72 por ciento de los profesionales españoles son mayores de 35 años. El informe realizado por la Cooperación Española recoge los datos de aquellas personas registradas en las embajadas y consulados españoles en aquellos países señalados por el Comité de Ayuda al Desarrollo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) susceptibles de recibir ayuda oficial al desarrollo.

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