Fiscal y acusaciones: “Juzgamos a Montserrat, Triana y Raquel, no a Isabel Carrasco”

EFE/J. Casares. POOL. Público en la sala de vistas de la Audiencia Provincial

C.J. Domínguez / M. Cuervo

Todos a una. Desde el fiscal del caso a los abogados de las acusaciones saben que el principal riesgo del juicio por el asesinato de Isabel Carrasco es que el jurado popular caiga en la tentación de la principal estrategia maga mella en ellos, girando las tornas y haciendo ver que la culpable era la presidenta de la Diputación.

Por eso, en sus alegaciones han insistido erre que erre en la misma línea argumental, como un mantra: “Juzgamos a Montserrat, Triana y Raquel, no a Isabel Carrasco”. El letrado del Ministerio Fiscal, Emilio Fernández, fue uno de los que mejor relató esta idea, de manera dura y directa, porque “asesinato es cuando la víctima no tiene ninguna posibilidad de defenderse” y argumentos como un presunto acoso sexual y de otras formas “no se pueden comprobar porque Isabel Carrasco está muerta, ¿cómo lo va a contradecir?”. “A los muertos en España no se les puede juzgar, y fuera lo que fuera lo que pasara no se puede justificar que se la mate, y menos de una forma tan cobarde como se hizo”, resumió.

Beatriz Llamas, la letrada de la acusación que representa a la hija de la víctima, Loreto, reclamó a los nueve miembros del tribunal “sólo dos cosas, que sean justos y que apliquen la Ley”. La abogada insistió en que “nada justifica un crimen y no deben caer en todo lo que les quieran hacer creer”, más allá de que a su juicio “se trata de un plan estructurado por tres personas y sin la actuación del policía jubilado -que siguió a la presunta asesina- no estaríamosa aquí”.

Llamas aventuró que “se intentará demonizar a Isabel Carrasco pero aquí juzgamos unos hechos claros” que van mucho más allá de argumentos “inventados y novedosos” como el del acoso sexual, que, recuerda, Triana negó en su primera declaración policial.

Carlos Rivera, por la acusación que representa a la pareja de la presidenta, Jesús López Brea, lamentó que esa estrategia de la defensa de madre e hija “les quieran hacer creer que la culpable era la víctima, que está bien matada, que era casi necesario” e incluso “que todos los políticos tienen actitudes graves” que justificarían hechos tan graves. Pero al contrario, solicitó a los miembros del tribunal que atiendan a lo que a su juicio será demostrable: “Que el arma la disparó Montserrat, que la recogió Triana y que la guardó Raquel Gago, no deben olvidarlo”.

Finalmente, en nombre del PP, Ricardo Gavilanes fue el más escueto y además el que más escenificó su alegato de acusación, porque se puso en pie para dirigirse al tribunal. Escueto porque dijo que no repetiría “los mismos argumentos” de sus colegas precedentes, pero remarcando que las tres acusadas pusieron en práctica “un plan con maldad y frialdad, muy conscientes de lo que hacían”.

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