Julio Llamazares le 'hace la cobra' al Premio de la Crítica de Castilla y León que otorga la Junta
El escritor leonés Julio Llamazares ya sabe de antemano que hay un premio literario que este año no ganará. Pero porque no quiere, algo sin duda extraordinario en el mundo de las letras. Y es que el novelista y poeta de Vegamián, siempre tan crítico con la realidad política y social de esta Comunidad autónoma, ha dejado por escrito que ni desea ser finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León que otorga el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, dependiente de la Junta de Castilla y León, ni lo aceptaría en el caso de que resultara ganador en la edición de este año, que hace la número XIV.
Hace dos días, el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua incluyó el nombre de Llamazares entre los diez finalistas al premio que se fallará el próximo 2 de marzo en Ávila y lo dio a conocer en una nota de prensa. Se trataba de valorar su obra más reciente, 'Distintas formas de mirar el agua'. Y según publica hoy La Nueva Crónica en un artículo firmado por Fulgencio Fernández, al parecer el autor se enteró por la prensa de esta preselección.
Inmediatamente, Llamazares escribió una nota sencilla dirigida a ese periódico para aclarar su postura. La nota reza así: “Ante la noticia aparecida en éste y otros periódicos en la que se señala mi condición de aspirante, por mi novela 'Distintas formas de mirar el agua', al Premio de la Crítica de Castilla y León del año 2015 que convoca y concede el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua, dependiente de la Junta de Castilla y León, quiero dejar claro que ni aspiro a tal premio ni lo aceptaría en el supuesto de que se me concediera. Dicho sea con todos los respetos para los escritores que ya han obtenido ese premio y para quienes figuran como finalistas en esta edición, algunos de los cuales cuentan con mi admiración”.
De las diez obras finalistas, seis son novelas, una un cuento firmado por el palentino Gonzalo Calcedo (Las inglesas), y dos obras poéticas a cargo del salmantino José Antonio González Iglesias (Confiado) y el vallisoletano Miguel Casado (El sentimiento de la vista). La décima obra finalista es el ensayo titulado Sobre Teresa de Jesús, escrita a cuatro manos por el escritor abulense José Jiménez Lozano y por el historiador charro Teófanes Egido.
Entre las novelas finalistas figuran las del leonés Julio Llamazares (Distintas formas de mirar el agua), el vallisoletano Gustavo Martín Garzo (Donde no estás), el vasco vinculado a Zamora Juan Manuel de Prada (El castillo de diamante), y el segoviano Andrés Sorel (...Y todo lo que es misterio). Y a todos ellos, se suman el zamorano José C. Vales, con la novela ganadora del Premio Nadal 2015, Cabaret Biarritz, y la también leonesa Elena Santiago, con su retorno a la novela con la obra titulada 'Nunca el olvido'.
De este modo, sólo si el premio recayera en Elena Santiago tendría nombre leonés, porque Llamazares se ha autoexcluido de manera clara. No es la primera vez que Julio Llamazares concurre a este premio, ya fue finalista en 2014 con 'Las lágrimas de San Lorenzo', que no ganó. Lo que no se sabe es si también entonces también fue incluido, por decirlo así, en contra de su voluntad.
Defensor a ultranza de la identidad leonesa
Llamazares, méritos literarios al margen, es conocido por criticar la configuración de la actual Comunidad autónoma de manera sistemática. Tanto o más que combatir el uso del término “castellano” para lo referente a León o incluso al viejo reino leonés. Suya es la frase de que decir “castellanoleoneses” es “algo así como ser ”austrohúngaro“ pero en pobre”. En una entrevista mantenía que “ni los estados son eternos, ni lo son las comunidades autónomas, por lo tanto tampoco lo es la de Castilla y León. La comunidad de Castilla y León es artificial y fue un error político desde el primer momento en el que se creó. Un error político que ahora se debe corregir” al tratarse de una decisión “antidemocrática”. Algo así como “un monstruo” creado “con los restos” de otras comunidades.
