Éxito en la charla de Cepteco 'Alcohol y otras drogas cotidianas. Lo que la sociedad actual normaliza'

Montero

Este jueves, tuvo lugar en CEPTECO (Centro Psicológico de Terapia de Conducta) de León la sexta charla-coloquio gratuita del ciclo Por el bienestar emocional. Con el título Alcohol y otras drogas cotidianas. Lo que la sociedad actual normaliza ha sido llevada a cabo por Javier Montero, médico de Atención Primaria del SACYL.

Después de la excelente exposición del doctor, se mantuvo un vivo coloquio entre los presentes, en el que se discutió sobre esta problemática y se propusieron estrategias de afrontamiento de la misma tanto a nivel familiar como a nivel de los profesionales sanitarios.

En su exposición comentó que el consumo de alcohol y tabaco está socialmente aceptado en nuestra cultura y sociedad. Sin embargo, las consecuencias derivadas de un consumo excesivo son alarmantes produciendo efectos tanto en el propio individuo consumidor, así como en personas de su entorno, a nivel académico, laboral, social y familiar, convirtiéndose en un importante problema de salud pública.

Los resultados obtenidos de la encuesta ESTUDES 2013, realizada a menores de Castilla y León entre 14 y 18 años, indican que las drogas de mayor consumo son las legales, siendo el alcohol la sustancia de consumo más extendida entre estas edades (80%) y como segunda de mayor consumo el tabaco (74%), el cannabis, no considerado como droga legal pasaría a ser la tercera sustancia más consumida.

Las cifras de consumo son similares en ambos sexos en cuanto al alcohol se refiere. Lo que ha variado en la evolución del consumo han sido las formas: dándose un consumo en mayor cantidad en menor tiempo.

Afirmó que aumenta la prevalencia de las coloquialmente llamadas “borracheras” entre el sexo femenino, dato novedoso y significativo. La percepción del riesgo por parte de los estudiantes es baja en lo que al alcohol se refiere y ha aumentado en el caso del tabaco, dicho aumento trae consigo una disminución de fumadores habituales, así pues desciende el consumo diario al aumentar la percepción de riesgo. Un 31% reconocen el consumo de alcohol y tabaco en su grupo de iguales.

En cuanto al cannabis, cabe decir que el consumo de riesgo aumenta desde 2006-2012 a pesar del descenso del consumo respecto a 2006. Un dato llamativo es el aumento del consumo en mujeres, aunque el consumo diario es mayor en hombres. Los chicos lo consumen en mayor proporción que las chicas, pero no hay diferencias en la edad de inicio de consumo (en torno a los 13 años).

Tratándose de otras sustancias tales como alucinógenos, cocaína, anfetaminas, heroína... los estudiantes declaran un consumo bastante menor, siendo bastante probable que este dato no sea fiel a la realidad ya que son sustancias peor vistas socialmente, lo que complica el reconocimiento abierto de su consumo, pero es un hecho constatado que el consumo de cocaína ha ido en aumento y cabe decir que los adolescentes perciben gran facilidad para acceder a estas sustancias.

Un 36% de los estudiantes mantienen una actitud de policonsumo (consumo múltiple de varias drogas) frente al 44% que consume una única sustancia. La edad de inicio del consumo se establece entre los 13 y 15 años, dependiendo de la sustancia.

Entre las consecuencias del consumo se encuentran las peleas, detenciones, el absentismo escolar, la hora de regreso a casa... y las proporciones van en aumento.

Comentó que un 72% del los estudiantes han sido bien informados respecto al uso de sustancias y sus consecuencias frente a un 28% que están mal informados o no lo están.

Es frecuente que los padres acudan a consultas de atención primaria ante las sospechas del consumo de sus hijos, solicitando ayuda al profesional sanitario y pruebas fisiológicas para conocer la realidad de sus sospechas.

Desde el campo médico se plantea que el objetivo es minimizar los riesgos que conlleva el consumo, dado que la abstinencia absoluta es muy poco probable. Aunque en la mayoría de los casos se trata de consumos experimentales o esporádicos, se pretende evitar un consumo problemático. Los padres deben de tener en cuenta una serie de pautas como prestar atención a los signos de cambios de conducta en los menores ya que es importante la detección precoz, intentar obtener la información directamente del propio hijo mediante una conversación tranquila en un momento adecuado, cuantificar el consumo, informarles abiertamente sobre las fatales consecuencias y escuchar su opinión sin olvidar que el objetivo es reducir en lo posible el consumo de riesgo.

Por todo ello se hace necesario llevar a cabo prácticas de prevención e información para dar a conocer realmente los efectos que producen el abuso de alcohol, tabaco, cannabis y otras sustancias.

La próxima charla-coloquio se llevará a cabo el 28 de abril con el título ¿Familia especial? No, diferente. Será impartida por D. Maximiano Merino, ex-presidente de ASPACE.

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