Consejos para no perder la cabeza por series como Juego de Tronos

Juego de Tronos detalle

M.C.

Apenas dos días para que los fanáticos de todo el mundo dejen de controlar la ansiedad que les produce el estreno de la sexta temporada de Juego de Tronos. Es el tiempo que queda para que los seguidores acérrimos de la serie de la televisión americana por cable y satélite HBO resuelvan los misterios planteados en la temporada anterior, unan cabos, y averigüen el porvenir de sus personajes favoritos, vivos o muertos... Una emoción enfrascada durante un año; una espera que sólo ha sido alimentada por la publicación de algún trailer, y ciertas imágenes con spoilers incluidos. El nuevo capítulo de Juego de Tronos se estrenará este domingo en Estados Unidos, y seguramente el lunes estará disponible con subtítulos en español, pero, ¿existe una explicación sicológica para este 'fenómeno de masas'? ¿Está justificada la espera, o nos estamos volviendo un poco locos?

Para comprender esta 'revolución social', en muchos casos a nivel individual, que provoca la serie que se estrenó en televisión el 17 de abril de hace cinco años, hablamos con el psicólogo Julio César Alvárez, parte del equipo de profesionales de Valenda Psicólogos.

“Desde la perspectiva histórica y situacional, el tema serial, o las novelas por entregas por ejemplo, es una larga tradición. Hay algo de moda cíclica en ello; cada cierto tiempo vuelven ciertos estilos, y en este sentido hacía mucho que la serie no triunfaba de este manera, estaba algo desacreditada desde su apogeo en los años 70 y 80, última gran época de series. Ahora el fenómeno vuelve a levantar. Además, hay muy buenos guionistas en Hollywood, gente que sabe cómo conectar con el público, con buenas técnicas cinematográficas... es la tormenta perfecta para que una cosa así ocurra”.

Las series han vuelto con toda la intensidad, utilizando técnicas conductistas perfeccionadas, y la gente las consume porque necesita épica en sus vidas

Para Julio el mecanismo sicológico que mueve esta 'obsesión' es muy sencillo: “Se trata de conductismo puro”. “Los conductistas dicen que, en el fondo, el estímulo intermitente genera adicción. Que te premien intermitente, ese 'dejarte a medias' es muy adictivo, y es lo que hacen siempre al final de cada episodio, no sabes qué va a ocurrir y esa sensación te obliga a ver el siguiente. Es algo similar al camello, que para mantener enganchado a sus clientes deja que prueben algo de la siguiente dosis, para que necesiten su droga”.

Además, se suma otro componente. “No es casualidad que las series que mejor hayan funcionado sean Juego de Tronos, o Perdidos hace unos años. Las dos tienen un componente fantasioso, están un poco alejadas de la realidad, con un universo propio. La gente siente sus vidas limitadas, sin perspectivas de futuro, y ¿qué mejor que habitar en un escenario perfecto?”, apunta el profesional.

Un año esperando... y no es casualidad

Todos los seguidores tienen sus personajes preferidos, y muchos se identifican con alguno de ellos, al menos en momentos concretos. “Es algo clave en lo literario, y en la construcción cinematográfica también. Si el lector no se identifica se diluye. Los personajes de Juego de Tronos representan rasgos de personalidad de una época, estilos y maneras de afrontar problemas. Los hay heroicos, más tímido... igual que las personas que componen la sociedad real”, explica el psicólogo y escritor, que añade que las muertes son elementos clave en el desarrollo de las series, haciendo alusión a las locuras del teatro griego; “todo está más que inventado”.

Julio César argumenta que la espera de un año entre temporadas, no es casualidad. “A parte de los tiempos lógicos de producción, y aspectos técnicos, mientras mayor es la espera, mayor es la expectación”.

Otro de los fenómenos que se está viviendo con esta nueva popularidad del género de las series es la vuelta a las reuniones de amigos y familiares para una visualización en conjunto, una mirada hacia atrás, hacia el mundo de las telenovelas. “Quizás el mundo sudamericano está más habituado, pero nadie ha inventado nada. Creo que quién retomó el gran efecto fue Perdidos, que llevó ese sentimiento hasta un extremo, lo actualizó, la gente se volvía a reunir, y eso no pasaba desde hacía michos años. Decían que con Cristal, telenovela del año 1985, se paralizaba la ciudad y no había gente por la calle a las 4 de la tarde, porque todos la estaban viendo”.

Consejos para no perder la cabeza por una serie

En muchos casos el objetivo final de entretenimiento que tiene una serie, acarrea problemas a la hora de gestionar la frustración que la espera de más contenido provoca. “Hay personas que pueden desarrollar problemas a la hora manejar la frustración, por la espera, pero no es sólo por la serie. En el tiempo en el que vivimos fomentan mucho la gratificación inmediata, que todo lo tengas 'aquí y ahora y ya', aunque sea con dinero. Cualquier cosa que se demore un poco crea tensión, y hay personas que lo llevan mal, se frustran por no conseguir lo que quieren. Pero es necesario aprender a gestionar la demora y la gratificación”, explica el profesional de la psicología.

Julio César asegura que no hay nada de malo en ser un 'groupie' de las series y aconseja “aprender que en esta vida no todo puede estar disponible inmediatamente”. “Hay que aprender a saber esperar”. La clave para el psicólogo, tomarse la vida con humor: “Es sólo una serie, es importante tomarlo con humor. Disfruta, aprende y modifica tu visión del mundo. Las historias nos ayudan a entender nuestras vidas”.

Etiquetas
stats