Los robos en las casas de las máximas autoridades de León causan estupor

Imagen del Equipo ROCA especial contra delitos rurales, uno de ellos en la provincia de León.

ileon.com

Que en los últimos años en la provincia de León, y muy en concreto en su mundo rural, se han incrementado notablemente los robos con fuerza y los hurtos en propiedades particulares es un hecho que demuestran las estadísticas. Tal es así que desde 2014 hasta hoy en la provincia leonesa trabaja de manera intensiva uno de los operativos especiales de la Guardia Civil para tratar de atajar estos delitos, no muy graves ni violentos pero si muy numerosos.

Se trata de patrullas especiales bajo el rimbombante nombre de Equipo ROCA (Equipos de Lucha contra el Robo en el Campo), una de las decisiones estrellas contra la delincuencia del actual ministro del Interior en funciones del PP, Jorge Fernández Díaz, para acallar las muchas quejas y denuncias ciudadanas canalizadas sobre todo a través de las organizaciones agrarias.

En chalés del Alfoz

Pero más allá de su real efectividad, o no, estos días se habla mucho de algunos episodios reiterados de robos en los domicilios de algunas de las máximas autoridades gubernativas y policiales de la provincia leonesa que demuestran que nadie, ni los que mandan en la Guardia Civil o incluso por encima de ellos, están exentos de este tipo de acciones de los cacos.

En su propia piel han sufrido esta lacra del mundo rural. Al menos en tres llamativos casos y los tres coincide que se han producido en municipios del Alfoz de la capital leonesa, es decir, dentro de la jurisdicción de la Guardia Civil y no de la Policía Nacional. En pleno territorio ROCA, vamos.

Disgusto de fin de semana

La Subdelegada del Gobierno en León, Teresa Mata, junto al general Jefe de la Zona de Castilla y León, José Manuel Diez Cubelos; el director gerente de la Fundación Guardia Civil, general José Antonio Sánchez Arroyo; y el teniente coronel jefe de la Comandancia de León, Julio Gutiérrez. / Carlos S. Campillo / ICAL

El último de ellos afectó de lleno hace doce días al chalé de la máxima autoridad del Gobierno en la provincia leonesa. Ocurrió en fin de semana. Cuando ella regresó a su vivienda en un municipio colindante con el de León comprobó, con el lógico disgusto que cualquier ciudadano anónimo sufriría, que los ladrones habían conseguido acceder al interior del chalé por la fuerza y se habían llevado numerosos efectivos de considerable valor.

El caso podría haber quedado como anecdótico si no fuera por que no es, ni mucho menos, la primera vez que ocurre a personalidades que ostentan altos cargos a nivel provincial. Porque según ha podido confirmar iLeon.com de fuentes de toda solvencia, no mucho tiempo atrás y con similar modus operandi la víctima del robo con fuerza en otro chalé fue un alto mando de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en León.

Y para más inri, inmediatamente todos recordaron que a quien ocupara el mismo alto cargo de éste último antes que él, hoy ascendido con destino más al noroeste de España, también le había pasado idéntico episodio y los ladrones le habían desvalijado. Tres casos muy llamativos en relativamente poco tiempo, algo que se asume con cierto estupor.

Profesionales, rápidos y discretos que roban metálico y joyas

Nada parecer indicar que las tres importantes víctimas fueran objeto de robos en calidad de sus altos cargos sino que, más bien, son víctimas como tantas otras en los últimos años; es decir, que los cacos no tenían conocimiento de que robaban a los que más mandan en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Al contrario, con ellos ocurriría como estos delincuentes suelen hacerlo, al igual que en la última oleada muy seria en chalés del municipio Sariegos el pasado mes de enero de este año: los ladrones, muy profesionales, entran en las viviendas preferentemente aisladas tipo chalé, cuyos movimientos vigilan durante un tiempo para averiguar qué horas y días son más propicios, y cuando llega el momento oportuno entran en su interior forzando alguno de sus accesos, bien puertas traseras de los porches) o ventanas discretas. Dentro, el botín suele ser preferentemente de joyas y de dinero en metálico, si bien no le hacen ascos a otros objetos tecnológicos de cierto valor y fácil venta, como móviles, ordenadores, tablets... que, ojo, podrían contener información relevante.

Uniformes públicos en vez de seguridad privada

Pero el estupor no acaba aquí, porque no son pocas las personas conocedoras de estos llamativos hechos delictivos contra autoridades que se preguntan si es de recibo que en estos casos, al contrario de lo que ocurre con cualquier otro ciudadano anónimo de la provincia leonesa, se haya dado orden de que tras el robo la vivienda sea patrullada 24 horas por funcionarios de esos Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, con el consiguiente refuerzo público de la seguridad en urbanizaciones que, de no ser las de estos altos cargos, tendrían que sufragar los servicios de agentes de seguridad privada. Y costa, malician algunos, de la exigua plantilla de agentes que tienen que cubrir la inmensidad de una provincia como León y de todos los muchísimos delitos que contabiliza, para los que hay una clara escasez de efectivos.

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