“La intersexualidad es tan desconocida que muchas personas intersexuales no saben que lo son”

Intersexual

Marta Cuervo

'Enhorabuena, acaban de tener una niña preciosa'. La mayoría de las veces los doctores dan la buena noticia de que el parto ha salido bien, de cuánto ha medido la criatura al nacer, cuánto pesa e, incluso, pueden bromear sobre a qué familia se parece más. Pero, aunque nos olvidemos, en la vida no todo es blanco o negro. Las noticias difíciles también llegan, a veces, y el mayor de los problemas se presenta cuando los médicos notan 'que algo no va bien', sin tener la certeza de qué es ese algo y de cómo comunicárselo a los padres. La Intersexualidad es un término que en general se utiliza para una variedad de situaciones en las cuales, una persona nace con una anatomía reproductiva o sexual que no parece encajar en las definiciones típicas de masculino y femenino. Por ejemplo, una persona puede nacer con formas genitales típicamente de una mujer, pero en su interior puede tener testículos. O una persona puede nacer con genitales que parecen estar en un estado intermedio entre los típicos genitales masculinos y femeninos –por ejemplo, un bebé puede nacer con un clítoris más largo que el promedio, o carecer de la apertura vaginal, o tener un conducto común en donde desemboca la uretra y la vagina; o puede nacer con un falo que se considera más pequeño que el pene promedio, o con un escroto que está dividido de manera que asemeja más unos labios vaginales. O una persona puede nacer con una composición genética denominada de “mosaico”, es decir unas células tienen cromosomas XX y otras tienen XY, o sus cromosomas son XXY. De esta manera, en las personas con variaciones intersexuales, las características sexuales innatas parecen ser masculinas y femeninas al mismo tiempo, o no del todo masculinas o femeninas, o ni masculinas ni femeninas.

Descubriendo ser intersexual

Olga es una joven como otra cualquiera de un pequeño pueblo en la provincia de León. Pero le ha tocado vivir una realidad diferente, mucho más complicada de la que la mayoría podría soportar. Al nacer, los médicos que asistieron el parto notaron lo que ellos llamaron “una pequeña 'malformación' genital”. A los pocos días Olga se deshidrató, circunstancia que podría volver a ocurrir en el futuro, según informaron los médicos a sus padres. “A los 3 años tuve que ser operada de una hernia y, de paso, los doctores aprovecharon para hacerme la clitoridectomía”, recuerda.

Olga es intersexual, y en su caso, 'Hiperplasia Suprarrenal Congénita con pérdida de sal', la enfermedad se diagnostica al nacer porque el bebé sufre una deshidratación que sino se trata acaba con la muerte de éste, explica la joven. “Otros casos no, por ejemplo el alfa-reductasa. Este es muy curioso, es llamado el síndrome de los ”guevedoces“, y es muy común en una zona de república dominicana. Se da en niños XY, cuyos genitales son femeninos y por tanto son criados como niñas. Al llegar la pubertad, con el aumento de testosterona los genitales masculinos se desarrollan y se ve que realmente son hombres. Algunos nunca se sintieron niñas y continúan su vida adulta como hombres (lo que en ocasiones da lugar a burlas, problemas sociales...) otros en cambio se sienten mujeres y prefieren someterse a una cirugía de reasignación”.

La primera vez que me enteré que algo 'raro' pasaba fue cuando, en una clase de ciencias, me enteré de que las mujeres 'normales' tienen tres orificios (uretra, vagina y ano), mientras que yo solo tenía dos (la uretra y el ano)

Pero no siempre es fácil aceptarlo, sobre todo cuando se desconoce qué es lo que está pasando con tu cuerpo. “Yo me di cuenta en la adolescencia. De pequeña siempre fui muy masculina, y tenía que tomar mi medicación pero, a parte de eso, fui una niña feliz. En la adolescencia fue cuando me di cuenta de que algo sucedía porque mi conducto uretrovaginal es el mismo, los senos no me crecían... Sin embargo, ahí no fue cuando comencé a interesarme, digamos que mi subconsciente lo ”escondió“, nunca hice preguntas y tampoco se me dieron nunca las respuestas. Por ello, una de las cosas que considero necesarias es que el niño tenga un seguimiento psicológico explicando en todo momento lo que le ocurre y el porqué”, explica.

Realmente, y aunque el camino para esta joven leonesa no ha sido nada fácil, Olga descubrió hace poco que era intersexual, “cuando ya había aceptado muchas cosas en sí misma”. “La verdad es que no me costó aceptarlo, ni a mí, ni a mi familia/amigos. Pero lo que me molestó es que entendí muchas cosas que no entendía cuando era niña y adolescente y que de haberlas sabido podrían haberme ayudado a entender porque soy así. Por eso pienso que la desinformación es el mayor problema, es un tema tan desconocido que incluso las mismas personas intersexuales no saben que lo son, los padres someten a los niños a cirugías innecesarias, los doctores les convencen de ello siguiendo un protocolo anticuado y que puede tener graves consecuencias en los niñ@s... Si la intersexualidad fuera conocida, como es la transexualidad, sería aceptada, porque es algo natural. El problema es que no se conoce, y lo que no se conoce, no existe”, apunta contundente.

Una persona de cada dos mil tiene algún tipo de intersexualidad, un número mucho más alto que de transexuales

Quizás debido a esta desinformación, con 15 años el doctor habló a Olga acerca de la vaginoplastia, a la que dio su consentimiento. “Como mis senos no crecían, acordamos hacer una mamoplastia también. Así que entré al quirófano por segunda vez”. Pero al no soportar el dolor de las dilatacioes para convertir su vagina en 'funcional', unos años más tarde Olga se operó por tercera vez, está vez haciendo las dilataciones pertinentes. “Al principio fueron dolorosas, con el tiempo me fui acostumbrando, pero nunca, jamás han sido placenteras. Como tampoco lo fue el sexo. Es ahí donde me empecé a preocupar, había pasado por tanto, ¿para eso? Y a partir de esto también me empecé a interesar más por la Hiperplasia Suprarrenal Congénita (HSC), y en definitiva, por mí misma”, declara.

Volviendo la vista atrás, la condición de ser intersexual le ha supuesto a Olga, a nivel físico, cirugías de normalización traumáticas que le han ocasionado muchos problemas a nivel sexual. “Aunque también tengo que decir que ha habido una parte importante mental (que quizá se hubiera solucionado con terapia psicológica de niña, o quizá no). También el sexo asignado (mujer) coincide con mi sexo biológico (XX). Esto no siempre es así, por eso vuelvo a repetir que las cirugías no son recomendables por lo menos hasta la adolescencia, donde es el niño el que tiene que decidir si quiere reasignarse a mujer, hombre o incluso seguir como está. Y vuelvo a repetir, con apoyo psicológico”.

Ser intersexual no es ser hermafrodita

La intersexualidad es tan desconocida que las mismas personas intersexuales no saben que lo son

El término antiguo para esta afección era hermafroditismo y ha sido reemplazado por la mayoría de los expertos, dado que es engañoso, confuso e insensible. Este grupo de afecciones se conocen científicamente como trastornos del desarrollo sexual. ¿Cómo ha afectado esta condición en el desarrollo afectivo y sexual de Olga? “Cuando trato de explicar la intersexualidad a alguien que no conoce el tema, siempre me sale con lo de hermafrodita y no, no es lo mismo. Un hermafrodita verdadero posee sexo tanto masculino como femenino, así como los dos sistemas reproductivos funcionales. Esto es muy raro de ver en seres humanos, los casos de intersexualidad son mucho más frecuentes, no así en animales, donde hay varias especies hermafroditas (los caracoles por ejemplo)”.

“En cuanto a mi desarrollo afectivo y sexual, nunca he tenido problemas de relación ni con mi familia ni con mis amigos, siempre he sido una persona muy sociable y abierta, igual que mis padres. Pero si que he tenido muchos problemas a nivel sexual, considero que las cirugías de normalización son innecesarias no sólo a nivel físico, sino también por los problemas que ocasional a nivel psicológico. Poco a poco estoy superándolos, pero lo he pasado bastante mal”, añade abiertamente.

Falta de información, de conocimiento y de acción

Según explica Olga, en realidad, el hecho de que se englobe dentro de las siglas LBGTI es bastante reciente, de hecho muchas veces la I ni siquiera está englobada. “Aquí en Madrid ha sido añadida en el Programa LGTBI este mismo año 2016, pero aun es mucho más desconocida que la misma transexualidad (a pesar de que una persona de cada dos mil tiene algún tipo de intersexualidad, un número mucho más alto que de transexuales). El motivo es precisamente porque tiene ciertas similitudes a la transexualidad, un transexual es una persona cuyo género no se identifica con su sexo, mientras que un intersexual tiene ciertas diferencias a nivel físico que a veces hacen que su género no concorde con su sexo asignado, mientras que otras veces sí”.

Algunas personas son mosaicas, no son ni hombres ni mujeres

La leonesa apunta que existen muchas formas de intersexualidad -síndrome de Mayer-Rokitansky, Hiperplasia Suprarrenal, Síndrome de Insensibilización a los Andrógenos, Síndrome de Morris...etc- que afectan tanto hombres como a mujeres. “De hecho, como he comentado antes a veces el sexo asignado al bebé intersexual no coincide con el género con el que se identifican, lo que da lugar a problemas futuros para el niño, sobre todo cuando hay cirugías de normalización de por medio y también al hecho de que no exista ningún tipo de terapia psicológica. E incluso algunas personas son mosaicas, esto es ni son hombres ni mujeres. En realidad no existe nadie que sea 100% hombre o 100% mujer, todos tenemos más o menos estrógenos y andrógenos, hay mujeres con más testosterona, más vello, hombres más andróginos, con la voz más aguda...el prototipo de macho o hembra perfectos no existe realmente”, analiza.

Si la intersexualidad fuera conocida, como es la transexualidad, sería aceptada, porque es algo natural

A pesar de que existen numerosas personas con intersexualidad en España, lo único que existe en el país es el programa LGTBI de Madrid, y asociaciones de cada enfermedad. Pero no hay asesoramiento, ni apoyo ni información, y mucho menos a nivel provincial. En otros países como EEUU, Alemania y Francia la realidad es muy diferente, con organismos y asociaciones dedicadas a este tema.

Aunque parezca 'normal' Olga sí que es una chica diferente: es una luchadora nata, una joven valiente que ha conseguido conocerse y aceptarse a sí misma, y ha sabido comprometerse con la condición que le ha tocado vivir, con sus dificultades. Valora y regala positividad a quien quiera escuchar su historia, colaborando de esta forma a ayudar a entender a otras personas intersexuales qué es lo que les pasa. “Mis metas serían acabar con las cirugías en recién nacidos, cosa que ya se ha conseguido gracias a la nueva ley de identidad de género aprobada el 29 de Marzo, apoyo psicológico para los niños durante la infancia y una normalización de la intersexualidad como ocurre ya con la transexualidad, la homosexualidad y demás identidades sexuales.

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