Los romanos no perdonaron tras ocho años de derrotas

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Miles de personas han presenciado los Ludus Apolinaris en la Plaza de Toros de Astorga y han disfrutado con las luchas y peripecias entre astures y reomanos. Los primeros en salir a la arena fueron los representantes del el pueblo astur, acompañados por su caudillo Sebius y a continuación fue el turno de los romanos con su césar Octavio Augusto. Tras este desfile, comenzaron los juegos del gran circo romano que decidirían el ganador de este año.

En la primera prueba, la carrera de velocidad, los astures ganaron con una gran ventaja, pero en las tres rondas de fuerza que consistía en tirar de una soga, los romanos se apuntaron dos victorias frente a los astures. Esta prueba resultó realmente dura para los concursantes, ya que ambos equipos estaban muy igualados en fuerzas.

Más tarde le llegó el turno a una yincana que mantuvo en vilo al público, ya que una parte de la misma consistía en correr por los pasadizos de la plaza, a escondidas de los asistentes. En la siguiente prueba se disputaron los puntos en un mini partido de baloncesto con porteros, en el que los romanos volvieron a ganar.

En la clásica carrera de literas con relevos, los astures dieron el do de pecho y resultaron ganadores, a pesar de los grandes esfuerzos de los romanos por seguir manteniendo la victoria. Para finalizar, le tocó el turno a la prueba decisiva 'pasa la sandía y mójate' en la que cinco participantes de cada pueblo tenían que cruzar la piscina con sandías en los brazos sin perder el equilibrio, ya que si se tocaba el agua el jugador quedaba eliminado.

Fue esta la prueba que más inquietó al público, ya que todo se podía torcer de un momento a otro. Finalmente, el último superviviente astur no pudo mantener el equilibrio al portar tres sandías entre sus brazos, y cayó el agua, dándole la victoria a los romanos.

En esta edición tampoco faltó la lucha de gladiadores, que todos los años ameniza al público, así como las 'olas' continuadas por todos los presentes de la plaza astorgana. En esta ocasión también se contó con una representación de las guerras Cántabras contra un romano, en la que el último resultó ser el perdedor.

Este espectáculo que cautiva cada año a más público sigue representando fielmente los espectáculos vividos en Asturica Augusta hace 2000 años, especialmente la rivalidad que aparentan tener unos contra otros durante esta semana de fiesta. Las actividades en la Plaza de Toros concluyeron con la celebración en la arena de todos los romanos, quienes veneraron notablemente a su César.

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