Raquel Gago: “Me gustaría saber si (el jurado) duermen por la noche. Se equivocaron de pleno”
Raquel Gago, la policía local de León condenada como cómplice por el asesinato de la que fuera presidenta de la Diputación y del PP provincial, Isabel Carrasco, 'ejecutada' el 12 de mayo de 2014, asegura en una entrevista exclusiva que publica en su edición de hoy el periódico La Nueva Crónica -primer medio nacional que consigue una entrevista de Gago- que es “víctima de una situación política”.
Tres días después de que el Tribunal Supremo le aumentara la pena de 12 a 14 años al considerarla cómplice de asesinato y atribuirle además un delito de tenencia ilícita de armas, Gago insiste en su inocencia. “Es una lucha contra, no sé, contra titanes y contra una mano que hay detrás y que lo único que quiere es que haya cuantos más culpables mejor”, relata.
La agente de Policía Local se muestra aún incrédula por su situación personal y no duda en apuntar hacia el enconamiento en su contra del fiscal y de las acusaciones, así como en el resultado de la deliberación del jurado popular, con el que se muestra especialmente crítico.
“Siento que no hay Justicia”
“Mi valoración ahora mismo es que no se ha hecho justicia, evidentemente. Yo cuando se empezó a leer el veredicto tuve la sensación de que el jurado no había estado en esa sala, porque si hubiera estado habría contestado otras cosas. Me gustaría saber si duermen por la noche. Y también les puedo pasar a ellos la documentación si lo desean, pueden comprobar que se equivocaron de pleno, que han contestado cosas que ni siquiera se han hablado en el juicio, que simplemente las han escuchado en palabras de la acusación particular y del fiscal, que quizá sea su trabajo, pero eran ellos [el jurado] los que tenían que valorar, y se les dijo en todo momento que tenían que valorar las pruebas, las testificales y periciales, y eso no lo valoraron. Y como se lo puedo hacer ver de una manera muy sencilla, lo que me siento es que no hay justicia”.
Portada de la edición de hoy de La Nueva Crónica.
Gago, que está a la espera de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) decida si ingresa de inmediato en prisión, advierte de las “muchas mentiras y barbaridades” que se dijeron durante el juicio. “La acusación particular y el fiscal, se han creado o se han imaginado, no sé cuál es la mejor palabra, una situación real de algo que era irreal, que es irreal y que siempre será irreal”, explica Gago, que recuerda que su condena llegó “sin que exista una sola prueba de cargo”.
Un fatal cúmulo de “coincidencias” que “me van a llevar a prisión 14 años”
Gago admite nuevamente que se reunió con Triana “para tomar un café” pero niega su implicación en los hechos que acabaron con la vida de Isabel Carrasco y los atribuye a “coincidencias”, aunque lamenta que “a mí, mis coincidencias me van a llevar a prisión 14 años”. “Yo no quiero convencer a nadie por mis palabras, yo quiero que lo vean”, explica Gago, que admite sentir “impotencia” por la situación. “No sabes por dónde salir, parece que quieres gritar y nadie te escucha”, asegura.
“Hemos tenido que probar mi inocencia”
“Siempre nos han dicho que si te condenan tiene que ser con pruebas o que es la acusación la que tiene que probar que eres culpable. En este caso no ha sido así, porque no han tenido ninguna prueba ni han realizado ellos ninguna prueba en la que haya salido que yo soy culpable. Simplemente han sido sus palabras, y para mí es muy duro, y para muchas personas [se emociona] que solamente con palabras te culpen... Entonces, eso, crees que tienen que probar que es cierto eso de lo que te acusan, quieres creer que todo va a salir bien porque sabes y ves que no se puede probar nada y no se prueba nada. Pero no, al final yo he tenido la sensación de que nosotros hemos ido teniendo que probar mi inocencia. Te sientes impotente, no sabes por dónde salir, parece que quieres gritar y nadie te escucha”, comenta en otro momento de la entrevista, que tendrá más entregas en próximas ediciones.
Vale la pena leer y oir de primera mano las palabras de Raquel Gago, en este enlace de La Nueva Crónica.
