20 años rompiendo barreras

César Sánchez / ICAL El presidente de la Asociación de Minusválidos del Bierzo, AMBI, Jose Antonio Fierro

D. Álvarez/ ICAL

La Asociación de Personas con Discapacidad Física del Bierzo (Ambi) celebra este año sus dos primeras décadas de existencia, reforzando sus proyectos destinados a la formación, la promoción del empleo y la visibilidad de los problemas que afectan al colectivo de personas con movilidad reducida. La asociación, que cobija a más de 600 socios, reivindica en este aniversario su utilidad a la sociedad berciana y continúa su lucha por hacer accesible la ciudad de Ponferrada y, especialmente, las localidades del medio rural de la comarca.

Al respecto, el presidente de Ambi, José Antonio Fierro, reconoce que “acercar los servicios y posibilidades que ofrece la asociación al medio rural” es uno de los retos más importantes que afrontan. “Creemos que esas personas también tienen derecho a tener oportunidades”, asegura Fierro, que recuerda que “si Ponferrada está muy mal, los pueblos ya ni digamos”, y destaca la labor de Ambi en el asesoramiento a los diferentes ayuntamientos bercianos a la hora de realizar obras. En esa línea, uno de los últimos proyectos puestos en marcha por la asociación es el servicio de transporte puerta a puerta, que ofrece a los asociados la posibilidad de desplazarse en una furgoneta adaptada, tanto para que entre una silla de ruedas como en el puesto de conductor.

En cuanto a las dificultades a las que las personas del colectivo tienen que enfrentarse a la hora de circular por la ciudad de Ponferrada, Fierro recuerda que la elaboración, en el año 2012, de un estudio de accesibilidad por parte de Ambi permitió la creación de un Observatorio municipal que diera visibilidad a la problemática de las barreras arquitectónicas. “Nos hemos encontrado con la colaboración de los técnicos municipales, que se están concienciando y sensibilizando sobre estos temas”, explica Fierro.

Entre las últimas iniciativas en este terreno, destaca la reciente instalación del ascensor que permite el acceso al salón de plenos del Consistorio, la eliminación de los alcorques de los árboles en varias zonas de la ciudad y la instalación de una zona de juegos adaptada en el parque del Plantío. “Todas esas ideas surgen del observatorio que Ambi promovió”, explica Fierro, que critica la existencia de barreras arquitectónicas aún presentes, especialmente en lo referente a los rebajes de los pasos de cebra, que “están mal diseñados y mal ejecutados, con bordillos de tres o cuatro centímetros, que provocan que cualquier persona con movilidad reducida pueda tropezar y caerse”. “Hace falta meterle mano a prácticamente todas las aceras”, recuerda Fierro, que considera que “la ciudad no puede tener limitaciones para las personas”.

Hacer visible la discapacidad

La asociación también lleva a cabo proyectos de atención social, de apoyo psicológico, campañas de sensibilización y programas de ocio y formación dirigidas a las personas con discapacidad. “A nivel social, es imprescindible que las personas con discapacidad tengan los mismos derechos y oportunidades que cualquier otra persona”, resume Fierro, que recuerda que existen “carencias y estigmas interiorizados por las propias personas con discapacidad”. “La sociedad tiene que entender que existimos y que necesitamos una serie de pequeños apoyos para llevar una vida normal”, explica el presidente de Ambi, que considera que “aún existen barreras que hay que romper”.

En ese sentido, uno de los pilares de la asociación para “hacer visible la discapacidad” lo integran las campañas de sensibilización en colegios de la comarca sobre los problemas que afronta el colectivo en asuntos como accesibilidad, educación, sanidad, empleo, vivienda, ocio y tiempo libre. Las charlas se complementan con el certamen sobre dibujo y discapacidad que Ambi organiza cada año desde el 2006 con motivo de la Semana de la discapacidad y que en la última edición ha contado con la participación de más de 1.500 niños. “Educar a los niños es el mejor camino, pero también trabajamos con los adultos, con las familias y con las empresas”, resume Fierro.

Al respecto, otra de las líneas de trabajo de Ambi es la oferta formativa constante en temas como las nuevas tecnologías o los talleres de estimulación cognitiva. “Conseguimos equipamiento para montar un aula informática a través de una subvención de La Caixa”, relata Fierro, que recuerda que la iniciativa ha servido para que “montones de personas que no sabían ni lo que era un ratón, hoy navegan por internet y manejan un dispositivo móvil”. En esa línea, Fierro destaca que la celebración de esos talleres ha permitido facilitar la vida de los asociados. “La brecha tecnológica se ha roto y eso es muy importante, ya que casi cualquier trámite se puede hacer online”, explica.

Promoción del empleo

En el año 2006, Ambi impulsó la creación en León de la delegación de la federación de asociaciones Cocemfe, que ya estaba implantada en provincias como Salamanca, Burgos y Palencia. El presidente de Ambi, que también preside la delegación leonesa de la federación, recuerda que la puesta en marcha de Cocemfe en la provincia permitió “ofrecer servicios de manera permanente que nosotros, como asociación, no podíamos dar, porque son muy costosos de mantener”. En ese sentido, Fierro recuerda que la federación de asociaciones goza de “un gran prestigio en temas de apoyo al empleo de personas con discapacidad”, un tema que Ambi considera “imprescindible”.

“Teníamos un número importante de socios que quería trabajar, pero que solo se encontraba con problemas. No existía una bolsa de empleo específica, ni orientadores profesionales, ni se había hecho prospección y estímulo entre las empresas de la zona. Era un terreno sin explotar en la comarca”, resume. El servicio de integración laboral ha permitido desde entonces romper esa barrera psicológica entre los socios. “Empezamos a decirle a las personas con discapacidad que, aunque no se lo creyeran, ellos también podían trabajar”, recuerda el presidente de Ambi.

Utilidad pública

Además, Ambi dispone desde el año 2011 de un certificado de calidad ISO 9001 y en el año 2014, la entidad fue declarada de utilidad pública. “Significa que la asociación está haciendo un trabajo que repercute positivamente en la sociedad”, explica Fierro, que admite sentirse “muy orgulloso” por un “reconocimiento social del máximo prestigio”.

En la misma línea, el presidente considera que las diferentes memorias de actividades de Ambi son “el principal aval” de la asociación a la hora de presentarse ante el público. “Todo está ahí a disposición del que lo quiera consultar, es nuestro compromiso con la transparencia”, explica Fierro, que considera que esa “es la mejor manera de que la gente se dé cuenta de que esta es una asociación abierta pero rigurosa, que trabaja por los derechos de las personas discapacitadas. Eso es lo único que nos mueve, no tenemos otro fin ni otro interés”.

Referente de la discapacidad

A lo largo de estas dos décadas, Ambi ha dado respuesta a “la necesidad de hacer algo para que las personas con discapacidad pudieran hacer actividades y reivindicar mejoras de la accesibilidad”. La asociación, con origen en Ponferrada, celebró sus primeras reuniones en domicilios particulares. “Fueron los años más complejos”, recuerda su presidente, que celebra que Ambi “ha ido madurando poco a poco hasta convertirse en un referente de la discapacidad física en la comarca”.

La consolidación de la asociación coincidió, recuerda Fierro, con la primera ocasión en la que Ambi dispuso de un pequeño local propio, cedido por el Ayuntamiento en el centro de acción social de la avenida del Ferrocarril allá por el 2004. “Desde aquel despachito minúsculo, pudimos empezar a ofrecer atención todos los días”, explica el presidente, que subraya que “tener un punto de referencia es muy importante”. Es en esos años cuando la asociación modificó sus estatutos para cambiar su nombre y eliminar la referencia a los “minusválidos”. “Era un término un poco peyorativo y creímos que era el momento de pasar página”, explica Fierro.

En esa línea, el “verdadero punto de inflexión” fue el traslado de la sede, en abril del 2006, a los locales de los bajos del Toralín. “Se multiplicó el número de atenciones y pudimos impulsar más proyectos y desarrollar otras actividades”, recuerda Fierro, que subraya la “velocidad enorme” a la que creció el colectivo. “De los 30 socios que había en 2002, ahora somos 620 personas. Todos los años crecemos entre 70 y 80 socios nuevos, es un goteo constante”, valora el presidente.

Además de esos socios, Ambi también cuenta con 82 colaboradores que prestan ayuda económica a la asociación, así como un grupo de cerca de 20 voluntarios. “Yo creo que lo más importante que ha hecho Ambi y de lo que más orgullosos nos sentimos es de las miles y miles de personas con discapacidad que han pasado por aquí, a las que hemos ayudado. Atender a esas personas es para nosotros imprescindible. Es lo que da fuerza y vida a la asociación, su fin principal”, resume Fierro.

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