La micropigmentación como ayuda y terapia frente a la adversidad de una enfermedad

Sandra Castillo Micropigmentación detalle

Marta Cuervo

Las transformaciones o cambios que se producen como consecuencia de una enfermedad que provoca pérdidas corporales significativas –cicatrices, pérdida de cabello y otras alteraciones en el cuerpo- suelen manifestarse emocionalmente con reacciones de ansiedad, depresión, disminución en la autoestima y cambios en la sexualidad que afectan notablemente a la persona, requiriendo en muchas ocasiones atención y tratamiento especializado, tal y como explican los psicólogos de Cepteco David Cueto (Psicólogo Sanitario) y Miguel Ángel Cueto (Psicólogo Clínico).

Un conjunto de variables individuales: edad, nivel cultural, creencias, personalidad, significado y las diferencias culturales, modulan y determinan la intensidad y duración de la respuesta emocional.

Para ayudar a recuperar la confianza perdida en estos casos, Sandra Castillo, se dedica a trabajar la estética de cada persona que acude a sus manos, a mejorar a la imagen y lograr un mejor aspecto. “Cada persona es un mundo y se trata de una manera particular. Hay casos en los que acude a mí gente con calvicie parcial, por ejemplo. No tiene problemas de salud, pero su condición empieza a afectarle de manera seria, a acomplejarle. La imagen cuenta mucho, puede desarrollar problemas de ansiedad y depresión”, explica la técnico en micropigmentación.

La micropigmentación como ayuda a las mujeres mastectomizadas

Aunque Sandra determina que cada persona “lo vivirá a su manera”, añade que solucionar estos problemas estéticos para algunas personas es importantísimo. “A una persona a la que le hayan realizado una mastectomía, le hayan quitado un pecho, le hayan implantado uno, y no tenga pezón o una cicatriz muy grande, puede encontrar calma y ayuda psicológica en la micropigmentación”. En este caso concreto, las mujeres mastectomizadas, que son las más afectadas, recuperan el desnudo. “Se retoca la areola para que el color quede igual al otro pecho, con la misma forma, y con algún 'defectillo', incluso, para que parezca natural”, comenta Sandra.

Desde un punto de vista psicológico, David y Miguel Ángel Cueto apuntan que algunos autores consideran que la convulsión psicológica causada por la cirugía radical de la mama es diferente a la de cualquier otro tratamiento contra el cáncer y afecta a algo que es distintivo de feminidad, a la autoestima, a la percepción de la propia imagen y a la sexualidad, además del impacto causado por la propia enfermedad.

“Aunque depende de la personalidad, autoestima y edad de cada mujer en concreto, todo medio que contribuya a que se vea mejor físicamente ayudará también a nivel psicológico. Así todo, si la mujer desarrolla desajustes emocionales que deterioran su calidad de vida significativamente y se prolongan por un tiempo superior a lo razonable, convendría realizar una terapia psicológica que le ayude a superar esos desajustes”, añaden.

La importancia de verse bien mientras se lucha contra la enfermedad

Aunque también es muy importante tener en cuenta que durante la lucha contra la enfermedad ayuda mantener una buena presencia física. “El modo como nos sintamos con respecto a nosotros mismos afecta, de forma decisiva, a todos los aspectos de nuestra experiencia, a la manera en que funcionamos y a las posibilidades de crecimiento y desarrollo. En este sentido, la enfermedad y los tratamientos se viven como una amenaza para los sentimientos de poder, seguridad, valía y dignidad. Una enfermedad ayuda a que el ser humano sea muy vulnerable. Por ello, se valorará cómo los cambios corporales afectan al estilo de vida de la persona enferma para ayudar a separar el aspecto físico de los sentimientos de valía personal, reforzando aspectos positivos y respetando siempre su identidad cultural y religiosa. No obstante, es beneficioso buscar medios que disminuyan el impacto causado por cualquier desfiguración por medio de la ropa, pelucas o cosméticos”, explican los psicólogos Sanitario y Clínico.

Tampoco hay que olvidar, tal y como han expresado los psicólogos de Cepteco David y Miguel Ángel Cueto “que los cambios en la autoimagen derivados de una enfermedad, y sus posibles tratamientos, provocan reacciones emocionales de pérdida, disminución de la autoestima y depresión”, por lo que “una vez superada la enfermedad, conviene trabajar para superar los sentimientos negativos sobre el propio cuerpo: Aprender a gustarnos, a aceptarnos como somos. Darnos cuenta que somos seres humanos y aprendiendo a amar las partes de nuestro cuerpo que ahora son diferentes”.

En este sentido, los profesionales de la psicología apuntan que “es vital lograr asumir el cambio de imagen corporal que podría llevar una enfermedad que ha necesitado una cirugía reparadora. Aceptar las cicatrices o la pérdida de una parte de nosotros nos hacen madurar como personas, aceptar el haber vivido para superarlo o poder diferenciar lo urgente de lo importante. Intentar volver a sentirnos bien físicamente, en la medida de lo posible que nos permita la patología sufrida, es vital para superar las ideas de menor autoconcepto personal y superar la crisis que se ha padecido. Si nos es difícil hacerlo, no será descartable buscar ayuda para superarlo”.

Otros usos de la micropigmentación

La micropigmentación se trata de una especialidad enmarcada en el campo de la estética, gracias a la cual se pueden llegar a solucionar problemas estéticos en cejas, labios, ojos y más. Además, es una excelente opción para personas activas, con poco tiempo y con profesiones que impliquen una imagen física impecable, que deseen estar perfectas y continuamente maquilladas.

“Se pueden micropigmentar las cejas, la línea 'eye liner', la sombra de pestañas, los labios, las areolas, cicatrices, cubrir estrías rojas y manchas en la piel... Se puede hasta maquillar; realizar un sombreado en los ojos, no muy grande porque el pigmento puede migrar en ciertas zonas, colorete o rubor en las mejillas. Ahora está muy de moda hacerse pecas. También realizamos tricopigmentación en el cuero cabelludo, que causa un efecto rapado en las personas con poco pelo”, explica Sandra Castillo.

Tal y como explica la esteticista y técnico en micropigmentación, en cuanto a la calvicie parcial, a las personas con escaso cabello, la tricopigmentación da la sensación de tener más. “La cicatriz se trabaja de la misma manera, aunque no en todas se puede realizar”.

Diferencias entre tatuaje y miropigmentación

La principal diferencia entre micropigmentación y tatuaje reside principalmente en que se trabaja a diferente profundidad de las capas de la piel, y por eso la micropigmentaión es semipermanente, y se le conoce como maquillaje semipermanente, y el tatuaje es permanente. “La micropigmentación trabaja a nivel de epidermis, casi llegando a la dermis; el tatuaje trabaja en la parte profunda de la dermis, casi llegando a la hipodermis. También es diferente el tamaño de la molécula de los pigmentos, nosotros trabajamos con pigmentos de colores más naturales, los tatuadores con colores más vivo”, apunta la experta.

Una de las ventajas que Sandra Castillo destaca es la posibilidad de realizar un retoque tras un periodo de tiempo.

La técnico asegura que no se trata de un tratamiento caro, aunque las exigencias impuestas desde Sanidad, el uso obligatorio de pigmentos unidosis y las agujas de determinadas características hacen que el margen de beneficio de estos clientes sea muy bajo.

La micropigmentación está indicada para cualquier persona no presente contraindicación médica, y siempre se le debe realizar una prueba alérgica una semana antes del tratamiento, siempre con los pigmentos que se van a usar en su caso. Entre sus clientes, Sandra apunta que últimamente acude mucha gente con problemas médicos, con tratamientos de quimioterapia lo que más, pero hay muchas enfermedades que también hacen caer el pelo de las cejas y animan a las personas a visitar centros de micropigmentación.

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