A Isabel Carrasco hoy la llaman 'olvido'

Documental 'Muerte en León' Isabel Carrasco

Jesús María López de Uribe

A Isabel Carrasco la odiaban en vida, pero resulta paradójico que aún la detesten más después de muerta. Este es el sino de la figura de la presidenta del PP y la Diputación de León, que sus correligionarios ya pueden hacer lo que no habían podido lograr mientras estaba viva: ignorarla.

Tres años se cumplen hoy, sobre las 17:20 horas, del magnicidio de Isabel Carrasco Lorenzo, y la gran mayoría de los que la lloraron entonces hoy no quiere saber nada de su figura. No hay un sólo homenaje previsto para esta jornada sobre la que fue la mujer más poderosa del PP de León (y posiblemente de la provincia desde la reina Urraca y las infantas del Antiguo Reino de León).

Ni uno solo, leen bien.

Sí, tres años, pero lejos queda el 12 de mayo de 2014 en el recuerdo de sus correligionarios. La sorpresa, el dolor, las lágrimas, los abrazos en el lugar de los hechos; el frío funeral en la Catedral al día siguiente mientras el Congreso de los Diputados guardaba un minuto de silencio por ella. También el primer 'aniversario' en el que sí hubo un pleno de recuerdo en la Diputación Provincial y el PP encargó una misa. Pero ya en el segundo parecían querer olvidar lo más rápido posible: no hubo ni un acto en recuerdo de su persona.

1.096 días desde el suceso más macabro y aberrante sucedido en la capital del Viejo Reino que muestran descarnadamente cómo la política leonesa es un ejemplo de maquiavelismo. Se veía venir desde el primer día que una vez desaparecida Carrasco los miembros del PP se 'sacarían los ojos' más tarde o más temprano cuando todo pasara y se olvidara. La anécdota del ex senador del Partido Popular que se lamentaba misma la tarde de su asesinato de que nadie merecía “morir así” para añadir a continuación “pero era una hijadeputa” (frase literal presenciada por miembros de la redacción de iLeon.com), ya daba 'algunas' pistas de ello.

Se veía venir desde el primer día que una vez desaparecida Carrasco los miembros del PP se 'sacarían los ojos' más tarde o más temprano cuando todo pasara y se olvidara.

En el ínterin de estos tres años su inmediato sustituto en la Diputación, Marcos Martínez Barazón, terminó en la cárcel por la Operación Púnica. Aún se recuerda lo complicadísimo que fue encontrar al siguiente sustituto al trono provincial. Tuvieron que tirar del diputado más joven de la Corporación, el efímero Emilio Orejas. Y al final, en un giro más propio de la literatura que la política, la justicia poética hizo que tras las elecciones de 2015 (12 días después del primer aniversario de su muerte) el mayor perjudicado por la política de la 'reina' del Palacio de los Guzmanes, Juan Martínez Majo, terminara ocupando su puesto. Más aún, a día de hoy, Majo es el candidato más valorado por Madrid (y Valladolid) para presidir el PP leonés, tras la humillación de Antonio Silván en su intento de encabezar el autonómico que le propinaron Mañueco y Maíllo.

En el tercer año de la Era posCarrasco el que supo en el PP sacrificar un ojo esperando que le dieran como premio 'el doble' a sus enemigos es el que ha pervivido. “En el país de los ciegos, el tuerto es el rey”.

Eso sí, los que 'pueden' en el Partido Popular son los únicos que han recordado a Isabel Carrasco durante estos dos últimos años. La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, en el Congreso Nacional, y el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, en el autonómico de hace unas semanas. Sintomático, eso sí, que Herrera —que se despedía de la presidencia del PP de Castilla y León— fuera el único que la nombró... y que nadie creyera que ni Mañueco, Maíllo, Soraya Saenz de Santamaría y el propio Rajoy tuvieran un lapsus. Mejor que se 'queme' el que se retira que los que van a seguir en la 'pomada'.

El posCarrasquismo va a llegar...

¿Y mientras, qué ha ocurrido con los 'carrasquistas'? Que si bien el primer año mantuvieron un poco el recuerdo y el orgullo de haber sido los únicos que seguían fielmente a la presidenta del PP leonés, durante el segundo la cárcel de Martínez Barazón por una supuesta corrupción directa (aún pendiente de juicio en la Púnica) y la llegada de Antonio Silván como alcalde de León (y Majo como presidente de la Diputación) les hicieron tomar algo de distancia. Es durante el segundo año de su muerte (2016) con el juicio del asesinato a todo trapo mediático cuando comenzaron a abandonar el barco. Y a toda prisa cuando el proceso judicial llegó a tales cúlmenes de surrealismo histriónico que daban ganas de desaparecer del mapa.

El término 'carrasquista' en 2017 era pura sosa cáustica ya no sólo para el porvenir político, sino para la imagen personal de los que la apoyaron

La prueba del algodón de la estampida es una de las anécdotas más divertidas que han pasado en la redacción de iLeon.com por teléfono. De tantas que se puedan contar, destaca la llamada a las tres y media de la tarde de la mujer de un protagonista de una información en la que se le llamaba 'carrasquista': aunque estaba de acuerdo en que lo que se contaba en ese artículo era correcto, amenazó con una demanda si no se retiraba ese término. Exactamente esa palabra, no otra.

Dicen que cuando el barco se hunde, las ratas son las primeras en salir huyendo. Pero tiene una explicación, ya que son las que viven en las partes más oscuras, profundas y sucias de la nave; lo primero que se inunda cuando se abre una vía de agua. Y al PP se le abrió una tremenda el día del asesinato cuyo agujero aún se puede ver a día de hoy en su casco. El término 'carrasquista' en 2017 era pura sosa cáustica ya no sólo para el porvenir político, sino para la imagen personal de aquellos que se habían preciado en gallardear que se movían cómodamente entre las entrañas más malolientes del PP (pero muy lucrativas) que había armado su presidenta. De aquellos que se enorgullecían de haber sacado tajada de su filibusterismo administrativo y económico.

La cúpula completa del PP leonés en vida de Isabel Carrasco.

Y fue en el momento en que Antonio Silván, uno de los políticos que más detestaba Isabel Carrasco, intentó liderar el PP de Castilla y León cuando de repente... “llegó el posCarrasquismo”.

Que en el feudo leonés, Silván tuviera casi un 30% de voto en contra indicaba que algo había pasado. Y que incluso los intentos del nuevo líder autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, de evitar que su contrincante en las 'nueve provincias y una comunidad' se presentara al PP de León apoyando a Juan Martínez Majo no haya salido tan limpio como esperaba, también. Hoy mismo, hoy, 1.096 días después el posCarrasquismo vive su lanzamiento intentando torpedear esa operación de dos antiguos enemigos con 'Pasión de Gavilanes'.

En este mundo dominado por la posverdad, el posCarrasquismo parece llegar para dar espectáculo mediático y político del bueno en la maquiavélica capital leonesa.

Hasta la Justicia prefiere olvidarse del extraño y aberrante caso Carrasco

Lo más sangrante de todo es que la propia Justicia quisiera no saber absolutamente nada del caso Carrasco. Tan aberrante, extraño, surrealista, y con tantos giros de tuerca que dejaría en pañales a cualquier guión de serie de investigación paranormal americana. Ya no sólo es que hubiera policías que mintieran a la jueza de instrucción sobre el revólver asesino, que el agente jubilado que persiguió a la asesina confesa no se reconociera en la llamada telefónica que avisó del asesinato, que el abogado defensor de Raquel Gago desapareciera en medio del juicio para aparecer horas después de forma muy confusa y que el juez corrigiera al jurado en la sentencia inicial (y que lo hiciera nuevamente a petición del fiscal 'carrasquista'). Y como colofón de todo esto, que apareciera el 'Free-Gago' como un extendidísimo movimiento popular en León a favor de la inocencia de Raquel Gago, añadiendo que el resultado final en el TSJ de Castilla y León y en el Tribunal Supremo terminara siendo un espectáculo legal al contradecirse las tres instancias en la determinación de las penas de esta agente de policía local.

Una pesadilla mediática y procesal que al final también olvidó que Isabel Carrasco era la asesinada, porque desde el primer fallo judicial en la Audiencia Provincial de León el cruel destino lo convirtió de facto en el caso Raquel Gago.

Sólo los periodistas se acuerdan de Carrasco

En el fondo, sólo los periodistas se acuerdan hoy de Isabel Carrasco. Algunos incluso a los que les ponen sus editores la 'medalla' de ser el más experto del caso y que más “autoridad moral” tiene para hablar de ella, cuando en realidad sólo se pudo seguir la loca corriente de este rocambolesco suceso. Autoridad moral que los letrados que durante el juicio se arrogaban su defensa desearían hoy no haber salido en aquella especie de orgía informativa. Y sin embargo por mucho esfuerzo que le pongan el tema Isabel ya no vende como durante las sesiones del juicio en la Audiencia Provincial. Al público sólo le interesa lo que queda por aclarar respecto a la condena de Raquel Gago y su entrada en la cárcel.

Sólo hay una excepción, y no es Isabel realmente la protagonista sino la investigación de su caso de asesinato y el juicio en sí mismo, o más bien lo que no se hizo en el mismo. Ésta es el excelente documental 'Muerte en León' realizado por Justin Webster que ha desvelado agujeros importantes en el proceso que incluso llegan a 'tocar' a miembros de la Junta de Castilla y León. Un documental estrenado a bombo y platillo en Movistar+ que, curiosamente tras su segundo capítulo (y a falta de dos) tuvo un extraño 'parón' desde altas instancias y que dejó de promocionarse como al principio cuando se retomó su emisión. En él hasta el abogado de la acusación particular de Isabel Carrasco dejó dudas de cómo se había llevado adelante todo el asunto preguntándose qué mano ejecutora podría haber habido detrás de las principales acusadas, Montserrat y Triana.

A Isabel Carrasco Lorenzo hoy, tres años después de su espectacular muerte, la han olvidado tanto que ni siquiera se sabe, de forma pública, dónde están enterradas sus cenizas

Los sorprendentes descubrimientos del equipo de este alabadísimo documental de no ficción (y del que incluso se reclama una serie de ficción por el potencial del contenido) son muchos. Tantos que ya está rodando una versión para las pantallas de cine que ahondará más en los 'olvidos' de la investigación. Y promete dar más campanazos todavía.

En el tercer aniversario del asesinato de Isabel Carrasco los correligionarios sucesores del 'carrasquismo' buscan que no se los vincule con ella de ninguna manera; los enemigos prefieren ni mentarla; los amigos, los pocos que tuvo, prefieren esconderse bajo tierra; sus defensores ponerse de perfil y los periodistas navegar entre todo esto intentando atraer de nuevo la atención de una audiencia que más bien a día de hoy son sus propios compañeros de profesión. Cosas de la “autoridad moral”.

A Isabel Carrasco Lorenzo hoy, tres años después de su espectacular muerte, la han olvidado tanto que ni siquiera se sabe, de forma pública, dónde están enterradas sus cenizas.

A Isabel hoy la llaman olvido. Algo que puede no ser tan malo para conseguir la paz. O como dice la cita de Gibrán Jalil Gibrán: “El olvido es una forma de libertad”.

La Historia será la que diga quién la consigue... y quién se la merece.

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