La casa más antigua de León que el PP aprobó tirar es del secretario de la Comisión de Urbanismo y Patrimonio

Detalle del estado en que ha quedado la vivienda.

C.J. Domínguez

Cuando aún colea la polémica a propósito del derribo de la casa que se tiene por más antigua de la capital leonesa, situada en la conocida carretera de los Cubos, junto a la muralla medieval, con el visto bueno del gobierno municipal del PP, con apoyo de Ciudadanos, y el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta, el asunto parecer tener aún más trasfondo.

iLeon.com ha podido contrastar de manera oficial y documentada que el propietario no es un propietario anónimo cualquiera. Se trata, de hecho, de un alto funcionario del propio Ayuntamiento leonés. Miguel Carpintero Suárez, además de ser técnico de la Administración General en el Consistorio, es el secretario de la Comisión de Urbanismo, Patrimonio, Infraestructuras y Desarrollo Sostenible, la que preside la concejala del PP Ana Franco como máxima responsable de esta área.

Además, Carpintero también es asesor técnico jurídico del Instituto Leonés de Renovación Urbana y Vivienda (ILRUV) del que también es presidenta y gerente la propia Franco, nombramiento que recayo en él por acuerdo plenario del 26 de junio de 2015, en el inicio de la actual legislatura. Este alto funcionario fue también asesor del Procurador del Común hasta el año 2010 (el defensor del pueblo de Castilla y León), dependiente de la Junta y con sede en León, en el que su hermana Alicia Carpintero es jefa del Gabinete de la institución.

Una herencia reciente

Miguel Carpintero, su hermana Alicia y una hermana más se reparten la propiedad del controvertido inmueble situado exactamente en la calle Carreras, número 25, la conocida casa de color amarillo que algunos expertos datan a finales del siglo XV o principios del XVII y que en cambio la concejala de Urbanismo, economista, fecha en el siglo XVIII.

La propia edil Ana Franco, también en entredicho por el proyecto de reforma de la Plaza del Grano de León, explicó tras materializarse el derribo prácticamente total del antiquísimo inmueble que desde febrero de 2016 se habían apreciado “graves fisuras que probablemente iban a provocar un desprendimiento” y que podía “haber provocado accidentes mortales”, causa última que justificó la decisión de echarla abajo en su mayor parte. Eso sí, en ese año y dos meses transcurridos el Ayuntamiento de León jamás impidió el paso de vehículos o peatones por la zona.

Cabe destacar, así mismo, que el visto bueno concedido en la Comisión de Urbanismo al derribo fue aprobado con los votos a favor del PP y de Ciudadanos, que compartía plenamente argumentos con la edil popular, la abstención del PSOE y el voto en contra de León en Común (IU), León Despierta (Podemos) y UPL.

Inhibido voluntariamente en todo el proceso

Este medio ha podido contrastar igualmente de manera fehaciente que en todo proceso administrativo que afectaba a su propiedad, el funcionario Miguel Carpintero se ha inhibido voluntariamente por razones de interés de cualquier toma de decisión; por ejemplo, no ejerciendo como secretario de la Comisión de Urbanismo del pasado 4 de abril, sesión en la que se aprobó. E incluso no atendiendo personalmente a algunos ediles a la hora de consultar todo el expediente sobre este asunto.

La propiedad, por herencia, fue inscrita a nombre de sus actuales propietarios el 10 de abril y como curiosidad, sobre ella pesa aún una hipoteca que data del año 1936, en garantía de 500,82 pesetas (3,01 euros), con 30 céntimos de euro de costas y gastos, préstamo que habría concluido en ocho años pero que aún no ha sido formalmente cancelada.

Patrimonio: “Conservar la imagen del conjunto histórico”

El derribo de la casa más antigua de León, de la que sólo permanece el muro de la planta baja o fachada, como había requerido la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta cuando autorizó tirarla el pasado 22 de febrero, para “conservar la imagen del conjunto histórico”, se inició el pasado fin de semana por parte de la empresa Decolesa que había tramitado la petición de derribo en nombre de los propietarios, afectando primero a una vivienda contigua situada en la calle Pelayuelo.

Los trabajos quedaron paralizados el domingo y se retomaron el lunes en esta antigua y original vivienda, que como indica el expediente municipal contaba con nivel de protección 5 dentro del Plan Especial de Ordenación, Mejora y Protección de la Ciudad Antigua, salvo la fachada que da a los Cubos, que eleva ese protección a nivel 3.

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