La 'fiebre del oro' regresa a los antiguos yacimientos romanos del Teleno

La corona de Filiel. / Foto: Julio M. Vidal

AstorgaRedacción / iLeon.com

En la actualidad, con el precio estabilizado entre 32 y 35 euros, el último permiso otorgado por la Junta de Castilla y León se publicaba este lunes en el Boletín Oficial de Castilla y León. Una empresa con domicilio en Madrid, Fomento Hispania, SA, se ha hecho con los derechos mineros de investigación de oro de ocho cuadrículas ubicadas en el municipio de Lucillo. Se trata de una resolución de la Delegación Territorial de León que tiene una duración de tres años, que podrían prorrogarse en caso de que así se solicitara. La ubicación, en el entorno del pueblo de Filiel en orientación hacia Chana de Somoza.

Desde que en 2012 el precio del oro se disparó a los 47 euros/gramo, la zona del Teleno donde se encuentra el conjunto minero romano mayor del mundo, vive una nueva fiebre del oro, al menos, a nivel de solicitud de permisos de investigación para la realización de catas.

El interés que despierta el entorno de la sierra del Teleno tiene una cifra: las más de 10 millones de toneladas de oro escondidas entre la tierra y las piedras milenarias de la ribera alta de los ríos Duerna y Eria. Según el ingeniero e investigador del eje minero romano Las Médulas-Teleno, Roberto Matías Rodríguez, ese es el cálculo realizado por 'Río Tinto', la empresa minera de Huelva, en los años 70 cuando el precio del oro también subió. La riqueza de la zona es inmensa ya que 'Río Tinto' sólo investigó el área de Priaranza y Castrocontrigo, donde existen “10 toneladas de oro listas para ser sacadas apenas a cuatro o cinco metros de profundidad, que daría para explotar entre cinco y 10 años”, según explicó Roberto Matías en la conferencia que a principios de noviembre ofrecía en 'La Comunal' de Val de San Lorenzo.

Desde aproximadamente 2012, la Junta ha autorizado investigar la existencia de recursos auríferos cerca de Ponferrada o Santa Colomba de Somoza. También en febrero de este año se autorizó la búsqueda de oro en el Páramo y en 2015 se permitió otra solicitud de búsqueda del preciado metal en las comarcas de la Valdería, Valdejamuz y la Maragatería a favor de la Compañía Europea de Rocas y Minerales (CERM). Toda una fiebre del oro siglos después de que la mayoría de estas explotaciones fueran abandonadas, aunque de momento todas son permisos de investigación para valorar su posible explotación comercial con las técnicas de extracción del siglo XXI.

La Corona de Filiel

Una de las zonas a investigar, según los datos de coordenadas hechos públicos, se corresponden con la Corona y Castro de Filiel, uno de los más singulares de la provincia de León y donde las murias y el vaciado del monte evidencian que fue una explotación aurífera romana. Es decir, van a buscar oro donde hace dos milenios los romanos ya lo extraían.

El área de la Corona de Filiel, donde la Junta ha dado el último permiso publicado en el Bocyl, todavía guarda las huellas de la arrugia, la técnica romana de explotación minera que utilizaba la fuerza del agua para beneficiar el oro. Forma parte del impresionante sistema de minería hidráulica y que dieron como resultado los llamados popularmente cascallales o aluviones estériles de las excavaciones.

Este yacimiento arqueológico minero ha sido convertido en ruta de senderismo donde son perfectamente visibles los restos de los movimientos de tierra que horadaron los esclavos de esta zona astur para, con la utilización de agua y los sistemas de tamizado a base de piel de cordero no nato, rescatar el oro que llevaban después a Roma. La explotación es la típica a cielo abierto realizada por equipos cavadores que rompían el terreno arcilloso compactado con cantos rodados.

Las murias que se pueden observar en esta ruta de casi tres kilómetros, que ya puede ser visitada, son la foto fija de los restos de las explotaciones auríferas diseminadas por Maragatería, donde los cálculos realizados por algunos autores da unos 500 millones de metros cúbicos de tierra removidos en los valles del Duerna, Llamas y Espino, también en los aluviones de los ríos Turienzo, Peces y Jerga, como recoge Inocencio Ares en su libro 'Astúrica y el oro astur', editada por la Asociación Leonesa de Municipios Mineros (Almi) en 1996.

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