Santa Bárbara, en retroceso hacia el geriátrico

Celebración de Santa Bárbara en Villablino este 2017.

Luis Álvarez

Desde hace ya más de una década, los actos de Santa Bárbara, en su lado religioso o lúdico de homenaje a los trabajadores de la minería han sido abandonados de forma progresiva y ya casi insultante, por los menores del medio siglo. De hecho este lunes en Villablino los más jóvenes asistentes a la ofrenda floral eran en gran parte los miembros de la corporación municipal.

Algunas cosas hemos estado haciendo erróneamente, cuando no hemos sido capaces a involucrar a esas generaciones jóvenes en el recuerdo y homenaje a sus propios padres o abuelos. Pues no hemos de olvidar, que pese al significado religioso de la festividad, no deja de ser un día de demostración de gratitud y recuerdo a todos los que nos precedieron en esas labores penosas de la minería. Y artífices en gran medida, por otra parte, de las buenas condiciones de vida de las que hoy disfrutamos.

La cuestión religiosa se apartó durante algunos años en el municipio, con corporaciones que no se involucraron en ellas, no parece por tanto ser esa la causa. Aunque la parroquia de Villablino, cuya advocación es Santa Bárbara, nunca dejó de celebrar como fiesta mayor el de su patronímica con ofrenda floral incluida desde que existe el monumento al minero.

Parece por tanto poco probable, que en ocasiones posteriores se pueda mejorar la presencia social en los actos de homenaje a la minería y sus gentes. No estaría mal intentarlo, aunque solo sea para que un día al año los abuelos ejerzan de tal y puedan contar a sus nietos las batallas o batallitas de sus andanzas laborales y sociales.

El monumento colocado en el Parque del Minero en Vibllablino es una obra del escultor palentino Ambrosio Ortega Alonso ('Brosio el pintor de los mineros'), que ganó el concurso convocado por el Ayuntamiento de Villablino en diciembre de 1980 después de una moción del concejal del Partido Popular, Vigilio A. González Rabanal dos meses antes. Su coste, que se pensaba financiar con una suscripción popular, fue asumido casi en su integridad por el Ayuntamiento, y ascendió a los 5.926.000 pesetas, de los que algo más del 90% correspondieron a los gastos de fundición de las tres figuras de bronce de dos toneladas cada una.

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