Una detractora del carbón y las térmicas será la ministra de Energía del Gobierno de Sánchez

Teresa Riberam la nueva responsable del súperministerio de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático.

Luis Ordóñez / Lavozdeasturias.es / ileon.com

Una declarada 'anti carbón', Teresa Ribera, dirigirá desde el nuevo Gobierno central que preside el socialista Pedro Sánchez los designios del nuevo súperministerio creado bajo el nombre de Ministerio de Energía, Medio Ambiente y Cambio Climático.

Ribera es jurista y profesora universitaria y política española, ya ocupo entre 2008 y 2011 la Secretaría de Estado de Cambio Climático en el gobierno del leonés José Luis Rodríguez Zapatero y en la actualidad era directora del Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales, con sede en París.

La nueva ministra es una contundente defensora del cambio a energías renovables y de la descarbonización, no de forma paulatina sino tajante, y ese es un enfoque que choca frontalmente con las posiciones que defienden a priori no solo los socialistas leoneses sino todos los partidos en la provincia.

La cuestión del carbón en León, como en Asturias, no se trata tanto sobre la viabilidad de las explotaciones de la comunidad (la producción de las minas es ya marginal y el debate se centra en si las rentables tendrán que devolver las ayudas) ni tampoco sobre el cupo de mineral nacional en las centrales térmicas, sino sobre la misma viabilidad a corto plazo de las centrales en sí.

Y todos los mensajes leoneses a favor del mantenimiento máximo de las térmicas como consumidoras del mineral han contado con poca o nula consideración por parte de la nueva ministra en varios mensajes publicado en su cuenta en tuiter. Por ejemplo, ante las alianzas que Asturias intentó trenzar con otras comunidades como la de Castilla y León para defender el sector, Ribera señaló que eran un “marrón” que podría suponer “despilfarro de dinero público” a costa de “nuestra salud”.

Uno de los argumentos principales de los socialistas es que la descarbonización repentina dispararía los precios de la electricidad, y podría afectar al suministro de la industria, pero la nueva ministra afirma que es al contrario por “lógica” “más allá de los datos”.

En varios de sus mensajes, y también en otros retuiteados, es una constante la apuesta de Ribera por un abandono rápido del carbón (dado que es muy contaminante) como fuente de energía.

Además, está por ver cual es su posición respecto a la reindustrialización de las comarcas mineras afectadas por los cierres de las explotaciones mineras. Porque al menos la cuestión de la solidaridad con las comarcas afectadas por el cierre de las térmicas no conmueve a Ribera, que destaca que ante todo debe primar el “proyecto del futuro del país”. Ahora, habrá que esperar a ver si como ministra matiza este tipo de defensas de escasas semanas atrás o mantiene que las energías limpias y renovables, una de las apuestas del Gobierno Zapatero del que formo parte, deben ser las únicas en España.

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