La vacas leonesas producen 200 millones de litros pero aún se compra leche de fuera
La falta de un movimiento cooperativo fuerte es una de las debilidades del sector lácteo y supone un fuerte déficit. Así lo manifestó hoy el profesor de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador de la obra 'El sector lácteo español en la encrucijada' publicado por Cajamar Caja Rural, Miguel Ángel Díaz Yubero, que hoy se presentó en la capital leonesa.
La obra, que cuenta con las aportaciones de 23 expertos, plantea la necesidad de lograr una estabilidad en los precios y potenciar las organizaciones profesionales y su relación con la industria, que actualmente -señaló- es más bien de falta de confianza mutua. La distribución es otro de los pilares del sector. En los últimos años, dijo, se ha implicado y se esfuerza por analizar la realidad. “El camino es la colaboración”, añadió.
Díaz Yubero aludió al gran potencial que tiene el sector en Castilla y León, donde se producen 850 millones de litros al año, 200 de ellos en la provincia leonesa, de los que 300 se consumen dentro del territorio. Al tiempo, la Comunidad compra otros 500 millones de litros procedentes de fuera. El consumo de leche es superior al de la media española, con 130 litros por persona y año frente a los 104 del resto del país.
Incidir en el valor añadido al producto es otro de los objetivos que los expertos marcan como fundamental. En Castilla y León, donde la modernización de la estructuras se presenta como una de las mayores ventajas, y la fabricación de quesos absorbe la mayor parte de la leche a la que se dota de ese valor añadido. Suplementos alimentarios y otras salidas que ofrece el mercado serían nuevos retos a asumir, señalan.
Avanzar en la integración de la cadena de valor y más a medio plazo asumir los compromisos medioambientales y de bienestar animal que cada vez exige más la propia sociedad son otros aspectos a tener en cuenta, señaló el profesor, a la hora de conseguir aprovechar el potencial del sector.
El presidente de Cajamar Caja Rural, Eduardo Baamonde defendió la conveniencia de concentrar la oferta con fórmulas de organización como unidades integradas, incorporar innovación y valor añadido al producto y trabajar en el ámbito de la internacionalización.
