Cientos de personas participan en la primera salida del Cristo de la Fortaleza en el Vía Crucis

ICAL Vía Crucis Penitencial de la Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada.

V. Silván/ Ical

Cientos de personas participaron en el Vía Crucis penitencial en el castillo de los Templarios de Ponferrada, que se celebra por segundo año consecutivo y que este año incorpora el paso del Crísto de la Fortaleza, réplica de la imagen cuyo origen está precisamente entre esos muros y que, simbólicamente, este lunes vuelve a su casa de la mano de la Hermandad de Jesús Nazareno.

La comitiva salió de la iglesia de San Andrés, con la cruz y el estandarte de la cofradía encabezando la marcha, seguidos del paso del Cristo de la Fortaleza y del Cristo de la Esperanza, que separaron su caminos al entrar en el castillo templario, en cuyo patio esperaban los fieles y autoridades, entre ellas el diputado del PP, Alfredo Prada, como Hermano de Honor de la Hermandad.

El Cristo de la Fortaleza, en su primera procesión, fue llevado por tres hermanos en un recorrido por las rondas del castillo, mientras que el Cristo de la Esperanza, llevado a hombros por mujeres -ataviadas con la túnica negra y la cara descubierta-, realizó cada una de las estaciones del Vía Crucis en el patio central del complejo amurallado, iluminado con antorchas y acompañado por la música de la banda.

Prada señaló que participa en este acto por invitación de las cuatro cofradías de Ponferrada para celebrar lo que él considera un “auténtico hito para esta ciudad y para la comarca del Bierzo”, el reconocimiento de esta Semana Santa como fiesta de Interés Turístico Nacional. Después de mucho esfuerzo y trabajo hemos lo hemos conseguido y hay que celebrarlo“, afirmó Prada, que felicitó a la Hermandad de Jesús Nazareno y a su mayordomo, Marco Antonio Morala, como impulsores de esa propuesta, y al alcalde de Ponferrada, Samuel Folgueral, por su colaboración.

Al finalizar, en el arco de entrada del castillo de los Templarios, el Cristo de la Fortaleza presidió por primera vez la solemne bendición del rector de la basílica de La Encina, Antolín de Cela, a todo el pueblo de Ponferrada.

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