La sana hembra de oso pardo de seis años que murió estrangulada en un lazo ilegal en el Bierzo

Imagen del joven ejemplar de oso 'estrangulado' por el lazo ilegal y localizado el pasado domingo. / Foto Facebook Fundación Oso Pardo

A falta de conocer el informe definitivo de la necropsia que se le ha practicado a la hembra de oso pardo que apareció muerta en un lazo ilegal a a penas un centenar de metros de la localidad berciana de Cariseda, van conociéndose detalles del suceso que permiten certificar dos días después que se trataba de una hembra totalmente sana de unos seis años de edad y que la causa última de su fallecimiento fue efectivamente el estrangulamiento que le produjo el lazo, idéntico a otro aparecido apenas 50 metros del que acabó con la vida del animal.

En el estómago de la osa permanecían restos de manzanas y castañas, lo que permite concluir que no hacía mucho tiempo que se acababa de alimentar y, en general, presentaba un buen estado de alimentación de cara a la época de mayor rigor invernal en la zona y el tiempo de la hibernación, sumando en torno a unos 140 kilos de peso aproximadamente. Datos todos ellos que han de ser corroborados aún por la necropsia oficial que como siempre en estos casos se realiza en el Hospital Veterinario de la Universidad de León.

Además de las heridas provocadas en el cuello por el esfuerzo realizado por tratar de escapar de la trampa que resultó mortal, también a simple vista aparecieron diferentes heridas en un lado de su cuerpo, algo que se habría podido producir por el desesperado roce contra troncos y ramas cercanas para intentar salvar la vida, algo que no consiguió.

La hembra de oso pardo fue localizada muerta al mediodía del pasado domingo en la llamada senda de la presa del Molino, aguas abajo del río Cúa y muy cerca del cauce del río por agentes forestales de la Junta de Castilla y León, que además de tomar medidas para su liberación y traslado del cadáver rastrearon la zona, encontrando otro lazo ilegal de los que algunos cazadores utilizan para capturar jabalíes para su control de población, pero con una técnica que es ilegal hasta el punto de conllevar sanciones no sólo administrativas sino también puede que penales.

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