Fiesta en el 'Falcon Crest' de raíces leonesas

Miriam Chacón / ICAL El actor Kurt Rusell junto a la actriz Goldie Hawn y su hija Kate Hudson, acompañada de Matt Bellamy, cantante de Muse, y los hermanos Álvarez, en el 150 aniversario de Vega Sicilia

Antonio Vega

Las históricas y reconocidas bodegas Vega Sicilia, controladas por la familia de orígenes leoneses Álvarez Mezquíriz, han celebrado a lo grande su 150 aniversario. Para ello han contado hasta con estrellas de Hollywood, como el actor Kurt Ruselll junto a su mujer la actriz Goldie Hawn y su hija Kate Hudson, a la que acompañó Matt Bellamy, cantante de Muse. Todo un despliegue de estrellas para celebrar a lo grande los 150 años de las famosas bodegas pero que contaron con una ausencia destacada, la de David Álvarez, el fundador del grupo Eulen que en 1982 se hizo con la propiedad y elevó sus vinos al máximo nivel recuperando un prestigio y nivel perdido aquel entonces.

La ausencia del magnate leonés se enmarca en la guerra total que mantiene con cinco de sus hijos por el control de sus millonarias empresas. Las más jugosas son precisamente el Grupo Eulen, con una facturación de más de 1.300 millones de euros en 2013, y el grupo bodeguero de Vega Sicilia (que incluye otras bodegas como Alión o la húngara Tokaj Oremus). Entre los activos de la familia también están la empresa cárnica leonesa Valles del Esla y mantenían acciones en la promotora de la estación de esquí de San Glorio, de las que ya se han deshecho ante las dudas sobre la viabilidad del proyecto.

La fiesta de Vega Sicilia se desarrolló este pasado viernes en la sede de las bodegas en Valbuena (Valladolid) y contó con la presencia de 700 invitados. Además de famosos, acudió la poderosa vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para hacer entrega de la Placa de Honor de la Orden al Mérito Civil, concedida a la empresa por el rey Juan Carlos en febrero y recogida por el líder de los hijos 'rebeldes', Pablo Álvarez Mezquíriz. Casualmente, este mismo viernes el Consejo de Ministros aprobaba un nuevo reconocimiento al 'pater familia', David Álvarez, al que otorgaba la Gran Cruz al Mérito Civil, una de las mayores distinciones en España. ¿Coincidencia o reparto de reconocimientos a las dos ramas enfrentadas de la familia?

Recientemente David Álvarez también ha sido reconocido como marqués de Crémenes, en uno de los últimos actos del rey Juan Carlos como moncarca titular. Un marquesado que, también curiosamente, no podrán heredar sus hijos ya que tiene carácter vitalicio y sólo podrá ser usado por el empresario leonés hasta su fallecimiento.

La cena de gala de Vega Sicilia fue servida por del prestigioso cocinero Joan Roca de El Celler de Can Roca y contó con una amplia representación del mundo político, empresarial, social, medios de comunicación y personalidades de la cultura, la gastronomía y el vino. Entre ellos el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, que estuvo acompañado por varios consejeros como Silvia Clemente (Agricultura), Pilar del Olmo (Hacienda) y Juan José Mateos (Educación), entre otros. La nueva ministra de Agricultura, Isabel García Tejerina tampoco faltó a la cita social que consiguió reunir a una selecta parte del sector vinícola con algunas de las bodegas familiares más antiguas y prestigiosas del mundo.

Una batalla judicial compleja y abierta

La división familiar ha pivotado por el control de sus dos principales sociedades, el Grupo Eulen (servicios) y El Enebro (paraguas empresarial familiar con Vega Sicilia y Valles del Esla). Aunque inicialmente los hijos 'rebeldes' (cinco de los siete que tiene) lograron quitar de la presidencia de ambas a David Álvarez, diversos procesos judiciales le restituyeron en el Grupo Eulen, que gobierna ahora mano a mano con su hija María José.

Lo último de este culebrón empresarial es que los hijos díscolos pidieron en junio en el Grupo Eulen (del que detentan un 30% del accionariado) el nombramiento de un consejero delegado independiente y la vuelta de un consejo de administración a la empresa. Actualmente David Álvarez y los dos hijos que comparten sus posturas detentan el 60% del grupo a través de una sociedad a la que acusan los rebeldes de ser un instrumento para impedir que con la herencia puedan hacerse con el control del millonario grupo multiservicios.

El otro frente, el de la sociedad El Enebro, se ha complicado tras la sentencia de la Audiencia Nacional de junio del año pasado -recurrida al Supremo por la parte díscola del clan- en la que se le reconocía a David Álvarez los derechos de voto mayoritarios en la empresa, actualmente en manos de sus hijos. Si se confirma la misma, volvería a ganar la partida a sus hijos y controlar las bodegas Vega Sicilia y Valles del Esla. Pero los hijos han realizado una compleja operación de intercambio de acciones en el seno de la sociedad que podría complicar la ejecución de una sentencia contraria y dejar fuera del control de David Álvarez las históricas bodegas de la familia. Un poco más de leña al ya azuzado fuego de los Álvarez.

Con todo, la clave final de esta batalla entre millonarios y multimillonarios puede ser -según El Mundo- el testamento de David Álvarez. A sus 87 años habría dejado todo atado para que sus herederos universales fueran los dos hijos que le han apoyado y limitar la herencia de sus hijos 'rebeldes'. Un giro argumental más para una historia que a veces hace palidecer la mítica serie americana 'Falcon Crest'.

Lo que sí parece olvidado en el clan a estas alturas son los veranos conjuntos en la casa familiar ubicada en la carretera de Lois, cerca de Salamón, en los que David Álvarez juntaba a la familia para las diferentes celebraciones familiares (como el 'bodorrio' de una de sus hijas en 2008) o su cumpleaños. Bien en su propia casa o en el Huelde de Crémenes la familia celebraba unida buena parte de sus eventos. No parece ahora que el agua del molino reconvertido en mansión pueda hacer olvidar las rencillas familiares. La guerra sigue abierta. Hasta el próximo capítulo.

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