Pasos judiciales para la plantilla de Everest, entre el despido total o una suspensión esperando un comprador

Carlos S. Campillo/Ical. Una de las acciones de los trabajadores de la editorial Everest por su futuro laboral, los ocho maratones de dos de ellos de forma seguida.

Antonio Vega

El final de la editorial leonesa Everest se acerca, al menos según ha sido hasta el momento la histórica compañía. Sumida en una grave crisis por los impagos a su plantilla, en huelga desde el pasado 9 de marzo, los actuales propietarios han solicitado al juzgado la liquidación de las tres empresas que conforman Everest y la aplicación de un ERE total para su plantilla según ha podido conocer ileon.com. La familia propietaria ha solicitado al juzgado y a los administradores concursales de sus sociedades que inicien el procedimiento para liquidar lo que hasta ahora se conocía como editorial Everest.

Pero el proceso es complejo ya que los sindicatos habían solicitado previamente al administrador concursal un ERE de suspensión temporal para la plantilla de las tres empresas -editorial, distribución e impresión- para salvaguardar los derechos de la plantilla ante la posibilidad de que llegue un inversor que adquiera al menos alguna de las partes productivas de la compañía. Esta curiosa petición sindical de un ERE de suspensión se ha realizado al encontrarse las tres empresas del grupo editorial en concurso de acreedores con la intención de facilitar una salida a su plantilla de 320 trabajadores y que no se queden colgados más tiempo en la incertidumbre. Un aspecto de la ley concursal que ha provocado que a la vez se estudien dos ERES.

Esta situación, “inédita en España” reconocen desde los sindicatos, supone que se abre un periodo de negociación en el juzgado para ver la solución definitiva para la empresa; es decir si se aplica el ERE de suspensión pedido por los sindicatos o el de extinción solicitado por los empresarios, amén de la liquidación de las sociedades que componen Everest. Fuentes sindicales apuntan a una posible negociación mixta que posibilite por un lado la extinción de contratos de parte de la plantilla y por otro una suspensión para el resto mientras se dilucida el futuro final de las empresas.

Everest arrastra una grave crisis financiera con el impago de 9 salarios a su plantilla, que creó el movimiento #SalvemosEverest reclamando una solución a sus impagos y situación en la empresa. Desde el pasado 9 de marzo llevan en huelga y con multitud de protestas, entre ellas los ocho maratones seguidos de dos trabajadores o el Camino de Santiago en bicicleta de otro, entre otras muchas.

En este espacio de tiempo también se ha conocido que la familia López Martínez-Varela, cuya actitud en todo el proceso han censurado tanto la Junta de Castilla y León como la plantilla, mantiene unas sociedad de inversión variable (sicav) con un patrimonio de 3,5 millones de euros. Lo que parece claro, según avanaza el tiempo, es que la editorial Everest -o lo que salga del proceso- no se parecerá en nada a la que hasta hora existía.

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