El cierre de la térmica de Compostilla, la traición de Endesa a sus orígenes

Construcción de la central térmica de Compostilla I. Foto Archivo Endesa

Antonio Vega

El anuncio es un hecho, si no hay un cambio en la política energética del país y en la que desarrolla de forma particular la compañía eléctrica Endesa la central térmica de Compostilla cerrará sus puertas en el año 2020. Así lo expusieron este martes en Madrid los máximos directivos de la eléctrica a representantes políticos bercianos que han calificado la decisión como “catastrófica” para la comarca.

Lo cierto es que los rumores sobre el cierre de Compostilla, ubicada en el municipio de Cubillos del Sil, tomaron carta de naturaleza cuando la compañía anunción que provisionaba en 2014 los fondos necesarios para el cierre de la central térmica, una de las mayores del país, para el año 2020. Alegaba entonces Endesa que ante la incertidumbre en torno al carbón nacional y la millonaria inversión necesaria para modernizar las instalaciones y que pudieran seguir en funcionamiento optaban por reservar el dinero necesario para su desmantelamiento (96 millones de euros).

La historia de la central térmica de Compostilla nace en 1945 en Ponferrada con el inicio de la construcción del primer grupo de la instalación energética, el germen de la recién constituída Empresa Nacional de Electricidad SA, (Endesa). El posible cierre en el año 2020 de la planta supondría la traición final de la compañía eléctrica a sus orígenes, tan vinculados al carbón y a las cuencas mineras de El Bierzo y Laciana.

Ponferrada fue el lugar elegido para la central construída con fondos públicos precisamente por la cercanía al carbón nacional, ya que suponía abaratar de forma considerable la cadena de suministro para la central eléctrica en un momento en que España vivía bloqueada tras la Guerra Civil. Precisamente una investigación de ileon.com demostró que el propio General Franco fue víctima de una atentado fallido el 28 de julio de 1949 con motivo de su visita a la inauguración de Compostilla a manos de los últimos integrantes de la guerrilla berciana.

La primera central térmica fue sustituida por Compostilla II, que entró en funcionamiento en el año 1972 en el municipio de Cubillos del Sil. Actualmente cuenta con tres grupos de generación activos ya que los dos primeros se encuentran en desuso. El pantano de Bárcena fue una consecuencia también de la construcción de la megacentral de Compostilla II. En el año 2006 Endesa anunció que buscaba modernizar la central implementando dos grupos de ciclo combinado pero desechó los planes en 2012 y en julio de este año renunció incluso a las autorizaciones.

En los últimos años Endesa también desechó seguir con el proyecto de captura de CO2 vinculado al proyecto de Ciudad de la Energía (Ciuden) que impulsó Zapatero. Pese a estar desde el principio en el proyecto de investigación la eléctrica optó por no seguir en la fase comercial instalando una planta anexa a Compostilla.

César Sánchez/Ical. Central térmica de Compostilla en Cubillos del Sil.

Falta de inversiones para cumplir la normativa europea

Una normativa europea -Directiva de Emisiones Industriales- sobre reducción de emisiones contaminantes y su aplicación española están detrás de esta cuestión. En el llamado Plan Nacional de Reducción de Emisiones para Grandes Instalaciones de Combustión se recogen las limitaciones que las térmicas tienen a partir de 2016 para cumplir los objetivos de emisiones contaminantes a los que se ha comprometido España.

Para que las centrales térmicas puedan cumplirlos deberán invertir fondos en su modernización y reducir sus emisiones antes del 2020, un proceso que deberían iniciar como máximo en 2017. Sólo así podrían mentener sus horas máximas de producción eléctrica. Antes de 2018 las centrales térmicas deben reducir entre un 50 y un 60% las emisiones de azufre y óxido de nitrógeno según las especificaciones de la Unión Europea o reducir su capacidad de producción En cualquier caso el límite temporal para adaptarse a la nueva normativa es el año 2023, año en que si no se cumplen los nuevos requisitos deberán cerrar. En todo caso las inversiones de modernización deberían entrar en funcionamiento como máximo el 30 de junio del 2020 para que pudiera seguir abierta. Endesa calculaba que modernizar Compostilla tendría un coste aproximado de 200 millones de euros

Abandono del carbón por Enel

Detrás del cierre de Compostilla II está también la política estratégica de Endesa en los últimos años. Cabe recordar que la compañía fue totalmente privatizada en el año 1998 y acabó en el 2008 como filial de la empresa pública italiana Enel. En los últimos años Enel ha desarrollado una orientanción hacia las energías renovables y ha iniciado un plan de cierre de la mitads de sus plantas térmicas en Italia. El máximo responsable de Enel, Francesco Starace, afirmó en junio que su compañía está desechando las grandes centrales eléctricas por la caída de la demanda y que quiere enfocarse en la generación de energía limpia. Un entorno en el que tampoco encajarían sus centrales en España como Compostilla ya que Enel posee el 70% del capital de Endesa.

El posible cierre de Compostilla se uniría al ya anunciado de la central térmica de Anllares en Páramo del Sil (Gas Natural Fenosa) y las dudas sobre lo que ocurra con la central térmica de La Robla, también propiedad de Gas Natural Fenosa. Un contraste con lo anunciado en Asturias, donde la eléctrica EDP sí ha anunciado inversiones para modernizar sus centrales y ampliar su vida útil.

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