Embutidos Rodríguez estima que la nueva fábrica, tras el incendio de hace un año, está al 80%

Imagen que presentan hoy las obras para levantar la nueva fábrica tras un año del incendio que la devastó.

Este fin de semana, el domingo concretamente, se cumple justo un año de la catástrofe, del incendio que redujo a cenizas la fábrica de Embutidos Rodríguez en Soto de la Vega, causando un enorme impacto económico, cuando la sala de despiece y parte del almacén fue pasto de las llamas.

Cinco días tardaron las llamas en apagarse, entre los lamentos de los propietarios, una familia que lleva tres generaciones en el negocio, y de los trabajadores, todos ellos de la zona.

El compromiso que airearon sus propietarios desde el día después del siniestro ha ido cumpliendo su hoja de ruta paso a paso, según destacah ahora sus accionistas, que tras las labores de desescombro, que se extendieron hasta el mes de agosto, comenzaron las obras ya que avanzan ahora en sus últimas etapas para levantar la nueva fábrica.

Cifran en el 80% de ejecución lo referido al montaje interior de maquinaria y equipos, según el consejero delegado Miguel Rodríguez. Y la inversión ha rondado los 22 millones de euros con una nueva sala de despiece, zona de envasado y almacén frigorífico y congelador. Se trata de tecnología puntera que permitirá ratificar con facilidad las homologaciones de los mercados internacionales más exigentes en materia de seguridad alimentaria, clave para la exportación con garantías.

Se trata de alcanzar el mismo nivel de actividad que había entonces, que rondaba los 4.000 cerdos procesados diariamente, 500 a la hora, entre ibéricos y blancos. Con esta inversión se mejorará la competitividad de la empresa y, por consiguiente, se abrirá su expectativa de negocio.

Hasta el incendio, además del mercado nacional exportaban productos a buena parte de la Unión Europea, Sudáfrica y Asia oriental.

La empresa señala que no habría sido posible conseguir cumplir los plazos prometidos si no hubiera un compromiso permanente de las instituciones, desde el Ayuntamiento de Soto de la Vega, en cuyo municipio lleva la fábrica casi cien años, hasta la Junta de Castilla y León (consejerías de Agricultura, Economía e Industria, Fomento y Medioambiente, pasando por la Diputación, Confederación Hidrográfica, Unión Fenosa y diversos servicios territoriales que han estado ágiles para que la tramitación no se dilatara y la actividad, y empleo consiguiente retornara cuanto antes.

Los propietarios garantizan que la actividad recuperará 250 trabajadores. En total la zona renovada necesitará de unas 250 personas para la sala de despiece y el almacén de congelado, que se suman al resto de la plantilla de Rodríguez hasta formar un grupo de 400 empleos directos. A ellos habría que añadir empleos indirectos en el transporte, limpieza, cartonajes, plásticos, etc...

También anuncian que continuarán con sus compromisos con Servicarne, cooperativa que provee de mano de obra en el sector cárnico labores especializadas, y los operarios se irán incorporando a medida que empiece a entrar en funcionamiento.

En cuanto a los proveedores, los acuerdos con granjas de Castilla y León, que facturarán hasta 4.000 cabezas diarias a la factoría, ya están cerrados, todo listo para que al final del verano se reabra el ciclo productivo.

Asia espera

Entre los clientes que están esperando los productos de Embutidos Rodríguez están los coreanos y japoneses, países en los que llevan siete años operando y que el incendio les había pillado en fase de crecimiento y expansión. “Los contactos con los clientes ya están cerrados, de modo que en cuanto podamos recuperar la actividad normal retomaremos la exportación”, señala Rodríguez.

La empresa espera recuperar las cifras de negocio de antes del siniestro, unas ventas anuales de unos 130 millones de euros, de los cuales buena parte proviene de la exportación, lo que la han convertido en una pieza clave del sector industrial de la provincia de León.

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