Ladrillo y 'fast food', las inversiones de los herederos leoneses del emporio Coronita

El fallecido Antonino Fernández (i) y su sucesor al frente de Modelo, Carlos Fernández (d).

Antonio Vega

En noviembre del año pasado León, y más concretamente la localidad de Cerezales del Condado, saltaba a los titulares de la prensa de todo el mundo con una noticia falsa, la de que el fallecido Antonino Fernández, expresidente del cervecero Grupo Modelo, había dejado su herencia a repartir entre los habitantes de la localidad. Una noticia que sin ser cierta generó múltiples comentarios, sobre todo por conocer no sólo el destino de la herencia del ejecutivo cervecero, sino por saber a qué han dedicado las familias dueñas del primer grupo cervecero mexicano los fondos obtenidos tras la multimillonaria venta de la compañía realizada en 2013.

En ese año el primer grupo mundial de cervezas, AB InBev, compraba las acciones que le faltaban del Grupo Modelo a los herederos de sus impulsores, entre ellos los leoneses Pablo Díez y Nemesio Diez Riega (sin parentesco entre ellos). La operación estaba valorada en 20.100 millones de dólares y supuso la venta de las acciones en manos de las familias fundadoras al grupo anglobelga-brasileño. De las tres ramas que controlaban el gigante cervero -los Fernández, los Díez, y los Aramburuzabala- dos son de ascendencia leonesa.

Los descendientes de los pioneros que impulsaron al fabricante de la cerveza Corona (Coronita en España hasta el 2016) han dejado huella en sus localidades de origen desde hace muchos años. A Antonino Fernández, sobrino político del impulsor de Modelo Pablo Díez y presidente de la empresa entre 1971 y 2005, se le debe la Fundación Cerezales Antonino y Cinia de la localidad del Condado o la empresa social Solidaridad y Trabajo (Soltra), dedicada a proporcionar salidas laborales a personas con dificultades de inserción sociolaboral. Su antecesor, 'Don Pablo', fue quien financió la construcción del santuario de La Virgen del Camino.

El pasado mes de junio se conocía que una sociedad controlada por el Grupo Finaccess, propiedad a su vez del último presidente y director general de Modelo bajo el control de las familias fundadoras Carlos Fernández, se convertía en el principal accionista de la histórica inmobiliaria catalana Colonial. Su participación se elevaba al 13,76% de la empresa que fundamenta su negocio en el alquiler de oficinas en Madrid, Barcelona y París. A precios de mercado su apuesta por el 'ladrillo' español tiene un valor de unos 400 millones de euros. Fernández entro en Colonial en 2016 en una ampliación de capital y ocupa un sillón en su consejo de administración en la renovada inmobiliaria que se ha reconvertido en 'socimi', un tipo de empresa de alquiler con ventajas fiscales. Pero no son su única inversión en 'ladrillo', en los últimos años ha comprado dos edificios en Madrid, la sede IBM y otro edificio en la calle Serrano, cuyo valor a precios de mercado ronda los 200 millones de euros según sus propias cifras.

Carlos Fernández González, sobrino-nieto de Pablo Díez, usa como paraguas inversor al Grupo Finaccess, donde también tendrían sus fondos sus tíos los hermanos Pablo y Cesáreo González Díez, sobrinos del fundador del Grupo Modelo Pablo Díez. A través de esta compañía controla también la mayoría del capital de uno de los mayores grupos de restauración de Europa, el polaco AmRest. Se trata de una empresa que factura casi 1.000 millones de euros al año con 1.366 restaurantes en 13 países. En España este gigante opera, entre propios y franquicias, un total de 256 locales, sobre todo bajo la marca 'La Tagliatella'.

Fernández es también consejero del Banco Santander desde el año 2015, donde también había ocupado un puesto Antonino Fernández durante varios años. Tras la última ampliación de capital del banco para absorber el banco Popular el ejecutivo mexicano se ha convertido en el tercer mayor accionista del Santander del consejo de administración, sólo tras los dos Botín presentes en el mismo. Posee el 0,115% del capital del banco, un porcentaje que vale casi 100 millones de euros en bolsa.

A los empresarios Pablo y Cesáreo González Díez, sobrinos de Pablo Díez, les debe la provincia leonesa la Fundación Cepa, en la que también figura como patrono Carlos Fernández. Esta entidad de carácter social ha financiado, entre otras cosas, una programa de ayudas a estudiantes en la Universidad de León y recientemente han anunciado que financiarán la restauración del rosetón de la fachada principal de la Catedral de León. A los hermanos Pablo y Cesáreo González Díez les calculó Forbes en 2013, año de la venta de Modelo, una fortuna de 916 y 648 millones de dólares, hasta el punto de meterlos en sus famosas listas de los más ricos, aunque en los últimos años han desaparecido de esta singular clasificación.

La otra rama leonesa de los herederos del Grupo Modelo la encarna el 'Leonés del Año 2015', Valentín Díez Morodo. Hijo de Nemesio Diez Riega, es uno de los principales ejecutivos de México con múltiples puestos en consejos de administración como el propio Grupo Modelo, Aeroméxico o Banamex. En el 2015 se inauguró en Portilla de la Reina, localidad natal de Díez Riega, una fundación con su nombre y una Casa-Museo de homenaje a una de las figuras clave del desarrollo de Modelo. Al vender la compañía mexicana Valentín Díez Morodo anunció que permanecería, junto a los Aramburuzabala, en el capital de AB InBev con una participación valorada en 1.500 millones de dólares. Su última 'inversión' conocida es financiar, a través de la fundación leonesa, la película 'Onyx, los reyes del Grial', cuyo guión se basa en el polémico y cuestionado libro de Margarita Torres y José Miguel Ortega 'Los Reyes del Grial', que atribuye al cáliz de Doña Urraca de San Isidoro ser la copa que usó Jesús en la Última Cena que se narra en la Biblia.

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