Un 'veneno' acabará con el verdín de la Plaza del Grano dos veces al año, según el proyecto oficial

Acto flores Plaza del Grano

El debate sobre el mantenimiento, o no, de la idiosincrasia de la tradicional y monumental Plaza del Grano de León tiene otro elemento distorsionador que enfrenta por un lado a quienes defienden su actual traza y condiciones de tipo tradicional y por otro a quienes abogan por la reforma de buena parte de sus más reconocibles características en base al proyecto oficial impulsado por el Ayuntamiento de León.

El problema estriba en que en algunos detalles, como el tapizado verde natural que nace entre los morrillos del típico empedrado de la plaza especialmente en épocas invernales y frías, existe una directa confrontación dependiendo de si se escucha a los expertos, como el arquitecto leonés Ramón Cañas que redactó el proyecto ganador ya impulsado, o si se revisa directamente ese mismo proyecto, porque lo que dicen son cosas totalmente contrarias.

El lugar se limpiará como cualquier otro punto de la ciudad una vez realizada la reforma del empedrado, destaca en varios puntos esta parte del proyecto oficial.

El Proyecto de Ejecución oficial al que siempre ha remitido el Ayuntamiento para que los ciudadanos y los medios de comunicación conozcan la verdad de lo que se pretende ejecutar en la Plaza del Grano, denominado 'Obras de recuperación y adecuación de los espacios públicos de la Plaza del Grano (programa el Camino de Santiago y la iglesia del Mercado en la ciudad de León)' reserva otro detalle de abierta contradicción referente a la atractiva vegetación espotánea que surge hoy entre los morrillos de la Plaza del Grano, el conocido y típico verdín.

En la rueda de prensa en la que la concejala Ana Franco pidió “que no se manipule la información”, instando a los “medios de comunicación a difundir la verdad”, el arquitecto Ramón Cañas concretó respecto a esa vegetación que se tiene por parte municipal el “planteamiento e intención de tener la asistencia de un paisajista, biólogo o forestal para hacer el análisis de poder semillar incluso esa propia tierra de manera que la misma especie tapizante que está cubriendo ahora se recupere lo más rápidamente posible para tener en invierno el mismo tapizado verde”.

Sin embargo, sobre el verdín el proyecto recoge de manera totalmente contraria su tratamiento. Después de reubicar las piedras sobre una capa inferior que sumará un 23,5% de cemento y rebajar su alomamiento, la memoria que ha servido para contratar las obras ya en marcha advierte que habrá que ponerle fin a esa capa tapizante natural.

Reza el documento que “será necesario dos veces por año aplicar en la totalidad de la superficie de los distintos pavimentos un tratamiento con biocida (según el diccionario, ”sustancia química que se emplea para matar organismos vivos o para detener su desarrollo“) para controlar la proliferación vegetal, sobre todo en las zonas sombrías y húmedas propiciadas por los árboles y la fuente, y las orientaciones septentrionales”.

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