Los hombres de la montaña señalan los puntos negros de Picos de Europa
Conocen la montaña palmo a palmo, la entienden y hasta la temen. Es su pasión y también su medio de vida. Guías, rescatadores y guardas se han reunido en el primer encuentro de profesionales de la montaña organizada por el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA), en La Morgal. El objetivo de este encuentro es poner en común las necesidades de cada una de las disciplinas, coordinar sus funciones en un rescate y además prevenir incidentes. Para evitar accidentes, los guías de montaña han elaborado un mapa de puntos negros en la montaña asturiana, que se traza, fundamentalmente, en torno a los tres cimas con más afluencia de aficionados en los Picos de Europa: Urriellu (Naranjo de Bulnes), Torrecerredo y Peña Santa de Enol. Identifican el riesgo y proponen actuaciones. Cada uno de los peligros lleva aparejado una intervención, con el organismo al que corresponde tomar la iniciativa.
El encargado de presentar este mapa de puntos negros ha sido Fernando Calvo, un guía de alta montaña con una amplia experiencia, que ha acudido al encuentro en representación de la asociación española de guías. Calvo ha dejado claro que no se trata de un mapa exhaustivo de toda la cordillera sino, más bien, de una serie de puntos calientes detectados por los profesionales en su quehacer diario. No existe, por tanto, un número exacto de localizaciones de riesgo, pero sí un listado de problemas que sería conveniente resolver.
Ejemplos de riesgo
Tres ejemplos muy gráficos muestran en qué ha consistido el trabajo. Los guías de alta montaña son conscientes de que en el Urriellu, en la ruta más habitual para los escaladores, hay un bloque suelto con riesgo de desprendimiento de piedras. Su consejo consiste en montar un operativo conjunto entre bomberos, guardias civiles de montaña, guardas y guías para realizar una labor de limpieza de la pared y eliminar los elementos peligrosos. Del mismo modo, han constatado que las reuniones en el corredor del Marqués, la ruta utilizada con más frecuencia para el descenso en Peña Santa de Enol --“la gran clásica de la escalada invernal”, según Fernando Calvo-- están en mal estado. Su propuesta, que ya ha sido consultada con la federación de montaña, es renovar todo el recorrido. Por último, los guías lamentan que el boletín de predicción de riesgo de aludes que lanza a Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) se circunscriba a Picos, ya que cientos de kilómetros de cordillera se quedan sin avisos. Su recomendación es dirigirse a Aemet para que amplíe su labor.
“Los guías somos testigos del día a día de la montaña y conocemos pequeños incidentes que otros profesionales de la montaña, por sus funciones no ven. Los rescatadores ya ven los accidentes. Nosotros podemos identificar los puntos de riesgo”, explica Fernández Calvo.
Análisis y prevención
El primer objetivo del encuentro de profesionales, aminorar los riesgos, se ha cumplido. Íñigo Sánchez, bombero-rescatador y uno de los organizadores de las jornadas, explica que había otras dos metas más: poner en contacto a todas las profesiones que trabajan en la montaña y coordinar la labor de cada una de ellas en caso de tener que colaborar en una evacuación. Así han intervenido desde pilotos de helicóptero, que han explicado cómo se acerca la nave a una pared, cómo situarse cerca de la aeronave o qué hacer con el herido, hasta coordinadores. “Es importante saber cómo tienes que comportarte en función del riesgo”, recalca Íñigo Sánchez.
Cuando el accidente ya se ha producido la prioridad es trasladar al herido. Pero estos especialistas también tienen que decir mucho de prevención y en el análisis de la situación. Este año en Asturias se ha detectado un incremento exponencial de los rescates, ¿a qué se debe? Íñigo Sánchez y Fernando Calvo coinciden en señalar que se ha registrado un incremento en la afición de los deportes relacionados con el montañismo, desde la escalada a las rutas, las carreras de montaña y el barranquismo. A más aficionados, más probabilidades de accidentes. Calvo apunta otro factor más: las nuevas tecnologías. “Ahora enseguida tiramos de móvil y llamamos a Emergencias. Antes para pequeñas cosas, como por ejemplo un esguince, te las arreglabas como podías, con la gente. Ahora siempre podemos pedir ayuda. Esto es un avance”, explica Calvo.
La única manera de frenar el incremento en las evacuaciones es con medidas de prevención y la más eficaz de todas es la educación. “La cultura del guía que lleva años extendida en Europa está llegando poco a poco a España”, explican los profesionales. Y también a Asturias que hace apenas unas semanas aprobó una Ley de Turismo Activo que por primera vez recoge expresamente la labor del guía de montaña. Calvo afirma que entre sus funciones no solo está acompañar a los aficionados con poca experiencia o que desconocen el terreno que quieren pisar. También son formadores, educadores, que muestran cómo desenvolverse y cómo equiparse.
Cobro de rescates
Un tema polémico que centró gran parte del debate en este primer encuentro fue el pago del rescate cuando la emergencia se ha producido por una imprudencia. En Asturias ya se ha cobrado, al menos, una de estas irresponsabilidades. Ni siquiera los especialistas se ponen de acuerdo sobre quién tiene que decir quién paga y qué es una imprudencia. “Los rescatadores antes que rescatadores hemos sido montañeros y escaladores y sabemos el peligro que entraña la montaña. Hay casos en los que la negligencia está muy clara. No puedes hacer la ruta del Cares en tacones. Pero esos casos son los menos. En la mayoría el límite está muy difuso”, explica Íñigo Sánchez, que recuerda que 2los primero es el rescate, que es un derecho de los ciudadanos“.
El razonamiento de Fernando Calvo es muy similar. Se pone como ejemplo a él mismo, que lleva toda la vida disfrutando de la escalada. “Tienes experiencia, sabes lo que haces y muchas veces corres riesgos que crees controlados. Pero qué pasa si sufro un accidente. Cometí una negligencia. Si alguien abre una nueva vía en condiciones adversas es un héroe, pero si en el intento sufre un accidente, ¿es un imprudente?”, se pregunta.
Íñigo Sánchez no se atreve a decir quién debe discernir cuándo se debe cobrar. Sin embargo, apuesta porque los aficionados se federen y cuenten con un seguro especializado que les ayude en casos de surgir cualquier problema.
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