La Junta dice que programar la fiesta del 23 de abril fuera de Valladolid “no es contra nadie” y pide “respeto” y “libertad”

El portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo.

Carlos J. Domínguez

“No es una fiesta contra nadie”. De este modo, el Gobierno autonómico de Castilla y León, formado por Partido Popular y Vox, responden a las críticas que especialmente desde la provincia de León se han ido produciendo ante la programación de eventos festivos que este año por primera vez se trasladarán a doce localidades de la Comunidad con motivo del 23 de abril, acabando con el habitual 'centralismo' en la campa de Villalar en Valladolid.

El portavoz del Ejecutivo, Carlos Fernández Carriedo, considera que son “respetables” las iniciativas de reacción por ejemplo anunciadas en León capital, como una manifestación contra los fastos de Villalar en la ciudad, una pitada masiva o la quema de un castillo cerca del lugar elegido para los actos oficiales e institucionales del Día de Castilla y León, la Plaza de San Marcos. Todo ello trufado de calificativos políticos, que consideran este formato de fiesta desde una “afrenta” a una “provocación” o una “ocurrencia”. Incluso en Ponferrada, en la comarca del Bierzo, sin mucha oposición política, las críticas las han vertido los hosteleros por lo que consideran “competencia desleal y rastrera”.

Por este clima creciente de crítica, Carriedo reclamó que éstos se puedan “disfrutar en libertad” por parte de “las familias, las personas, los ciudadanos” y cunda el mismo “respeto” hacia ellos si desean acudir a actos como la carrera popular, la entrega de premios, las casetas con tapas de pago o los conciertos de música de mañana y de tarde, todos ellos bastante descafeinados a causa de la controversia política y social que en León generan.

En el lado contrario, y tras acusársele a la Junta desde varias organizaciones políticas y sindicales en Valladolid de “desmantelar la fiesta en la campa de Villalar” con este formato de doce pequeñas fiestas en otras tantas localidades de la Comunidad, el portavoz lo ciñó a posicionamientos políticos, y recurrió a idénticas expresiones para defender que “respetamos que quien quiera también pueda aprovechar la fiesta para hacer política”. Y recordó que esa decisión de descentralizar por primera vez los actos festivos del Día de Castilla y León busca que quien desee celebrar el día no laborable del 23 de abril “lo aproveche sin hacer grandes desplazamientos” hacia el que hasta ahora era el único punto de celebración, Villalar de los Comuneros.

Carriedo: “No se puede romper el consenso estatutario”

Por otro lado, el Gobierno autonómico no quiso entrar hoy a valorar siquiera como posible el reciente anuncio de la cúpula del PSOE de León de reclamar a la Junta que convierta también en fiesta autonómica el 18 de abril “en conmemoración de la celebración de las primeras Cortes Leonesas hace 8 siglos”, hito histórico mundial. Entre otras cosas, porque “el 23 de abril no es la fiesta de los leoneses”, defendió Javier Alfonso Cendón, secretario provincial socialista.

Para Carlos Fernández Carriedo, esta dinámica más leonesista del Partido Socialista leonés, frente al autonómico, que un día antes exigía a la Junta protección “por Ley” para la lengua leonesa, obedece realmente a “problemas internos de un grupo político”. Y a su entender, esos problemas “no pueden justificar romper el consenso estatutario”.

“Que no sea un cauce para debilitarlo”, llegó a plantear el portavoz, que con su respuesta trasluce la negativa inicial de los socios de Gobierno autonómico a entrar a plantearse tales iniciativas, recordando que lo que establece el Estatuto de Autonomía de Castilla y León en vigor es fruto del “acuerdo y el consenso” político, y que deben regir cualquier cualquier modificación importante, como por ejemplo las festividades oficiales.

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