Borja Garnelo: “Nos tenemos que ir de España porque aquí importa más el fútbol y los sobres en B”

Borja Garnelo en el centro de investigación de Alemania en el que trabaja (fotografía cedida por el científico)

Ángela Bernardo

“Somos un país de imbéciles”. Así de rotundo se muestra Borja Garnelo, un investigador berciano que trabaja en el Centre for Organismal Studies de Heidelberg (Alemania), realizando su tesis doctoral. “En España importan más las playas, las fiestas, la construcción y la farándula, pero la gente ya no puede comer de eso”, añade. El científico, natural de Priaranza del Bierzo, es uno de esos 'jóvenes sobradamente preparados' que se unió a la fuga de cerebros hace sólo unos meses, cuando decidió dejar su tierra para trabajar en Alemania.

En el país germano, Garnelo se ha sentido bien acogido desde el principio. “Aquí estamos bien considerados porque estamos muy preparados, y desde luego, en Alemania sobra trabajo”. Una situación muy diferente a la que vive España, lamenta el científico berciano, “donde nos obligan a irnos después de haber invertido mucho en nuestra formación”.

Estancamiento, el gran problema de la universidad española

Borja Garnelo, licenciado en Biotecnología por la Universidad de León, conoce muy bien los entresijos de la universidad española, puesto que también realizó su máster en Biotecnología vegetal en la Universidad Autónoma de Barcelona, gracias a la concesión de una beca de estudios de la Fundación La Caixa. Afirma convencido que “el gran problema es el estancamiento y la inmovilidad de muchos profesores, que se han olvidado de enseñar”. Una situación muy distinta, explica, a la que se vive en Alemania o Bélgica (país donde realizó su Erasmus), donde los docentes son en general jóvenes investigadores con muchas ganas de hacer cosas.

A pesar de ello, Garnelo dice que “al salir fuera de tu país, empiezas a valorar mucho más lo que dejas atrás”. En ese sentido, el joven berciano recuerda con cariño su paso por la Universidad de León, a la que considera “su casa”, y en la que aprendió buena parte de lo que sabe. A muchos kilómetros de Vegazana, Garnelo ensalza la labor de muchos de sus profesores, “que le enseñaron el lado más humano de la ciencia”.

Confiesa que decidió estudiar Biotecnología “porque le gustaba el riesgo”, y que le aportó mucho participar en el asociacionismo universitario. “La ULE me ayudó a ser lo que soy ahora”, y agradece la paciencia de sus profesores del Área de Fisiología Vegetal, pues le enseñaron cómo trabajar en un laboratorio, tarea que ahora sigue realizando en Alemania.

El joven berciano cree, sin embargo, “que la Universidad de León debería apostar muchísimo más por la formación práctica, ya que no se destina dinero suficiente a esta enseñanza”. En la Universidad de Lieja primero, y en la Autónoma de Barcelona después, Garnelo dice que “existía una mayor predisposición para enseñar a los estudiantes”. En León tienes que “buscarte la vida” con cursos o entrando como alumno interno en algún departamento si quieres aprender realmente.

Tras cuatro años de licenciatura en León, Borja Garnelo realizó su último año en la Universidad de Lieja, en Bélgica. Su experiencia como estudiante Erasmus fue “realmente inolvidable”, puesto que supuso un cambio personal y académico que le abrió muchas puertas. “Poner que has estado de Erasmus en tu CV te hace ganar puntos”, ya que aprendes a salir de tu 'entorno habitual', y además, puede servirte para mejorar como persona, estudiante y científico. En Lieja, este joven pudo trabajar “con total libertad” en un laboratorio, lo que le facilitó el aprendizaje de un nuevo idioma y una cultura diferente.

Haber estado de Erasmus te hace ganar puntos en tu CV

Por estos motivos, Borja Garnelo considera “inaudito” que el ministro Wert quiera recortar las becas del programa Erasmus. “Tal vez él pueda viajar al extranjero por sus propios medios”, comenta irónico, “pero es denigrante que actúen con esa ligereza sobre una iniciativa europea tan importante para los estudiantes”. A los que hablan de la 'mala fama' del Erasmus, Garnelo les invita a irse un año como estudiantes a otro país. “Yo no viví 'la otra cara' del Erasmus, y tuve que trabajar muy duro para sacar adelante el curso, compatibilizando exámenes y trabajo en el laboratorio”.

“No voy a volver a España”

La decisión de irse a Alemania no fue fácil. “Hay mañanas en las que te levantas y piensas ¿por qué no vuelvo?, pero no hay marcha atrás”. Garnelo ve la situación de España con pesimismo, y cree que le compensa mucho más quedarse en Heidelberg, “a pesar de estar solo”. En Alemania, explica, te consideran y tratan a los investigadores como personas cualificadas. Eso no sucede en nuestro país.

Garnelo, que actualmente realiza su tesis sobre biotecnología vegetal, piensa que hay que explicar mejor a la sociedad qué hacen exactamente los investigadores. La 'mala fama' que tiene la biotecnología se debe a una gran desinformación entre la ciudadanía, continúa. “Por ejemplo, se relaciona la producción de transgénicos con las grandes corporaciones, y eso no es del todo cierto, ya que Cuba, un país muy alejado del sistema capitalista, apuesta por los organismos modificados genéticamente”.

Su trabajo se centra ahora en desentrañar la señalización química de algunas moléculas que forman parte de la pared vegetal. Esta estructura es característica de las células de las plantas, y tiene funciones muy importantes para estos seres vivos, ya que actúa como mecanismo de defensa frente a patógenos o en el transporte de agua. Sus estudios pueden considerarse dentro del campo de la 'investigación básica', aunque según Garnelo, “todos los estudios sobre pared celular pueden llegar a influir en la producción de biocombustibles”.

El grupo de investigación en el que participa Garnelo descubrió hace tiempo un receptor para pectinas (un tipo de azúcares bastante 'extraños' que forman parte de la pared celular), que podría jugar algún papel en la señalización química en esta estructura. La misión del joven berciano es desvelar durante sus tres años de tesis doctoral el rol de este receptor, y así unir una pieza más al conocimiento que tiene la ciencia sobre la pared celular de las plantas.

La fuga de cerebros no es lo mismo que la internacionalización de la que habla Vela

Tras estos meses en Heidelberg, Borja Garnelo cada vez está más convencido de que “la ciencia es internacional”. Sus palabras, lejos de parecerse al discurso repetido por Carmen Vela (secretaria de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación), diferencian la famosa 'fuga de cerebros' de la internacionalización de los científicos.

Garnelo piensa que “todo investigador debe salir de España, Alemania o China, para así conocer otras formas de trabajar y colaborar”. La ciencia, según este berciano, es sinónimo de movilidad. En España, sin embargo, no ocurre lo mismo que en otros países, donde es la propia administración la que impulsa esa internacionalización, con el objetivo de que los científicos puedan volver y aprovechar así sus nuevos conocimientos. La 'fuga de cerebros' no es internacionalización, porque “no vamos a volver a España”, concluye este investigador.

Aunque “no quiere que en diez años su vida se reduzca a una maleta”, Borja Garnelo tiene claro que su futuro está muy lejos de nuestro país. España no sabe ni quiere valorar lo que tiene, y está perdiendo a personas muy preparadas, en las que se ha invertido mucho en su educación, para que acaben trabajando para otros países. Mientras importe más 'el fútbol y la farándula', es poco probable que científicos como él vuelvan y aporten su esfuerzo a la economía española. Sus palabras son, sin duda, la viva muestra de la generación perdida que ha decidido emigrar desde el comienzo de la crisis.

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