Carlos Castro, de León al Massachusetts Institute of Technology (MIT)

El leonés Carlos Castro.

ileon.com

El talento no entiende de fronteras y prueba de ello es el joven leonés Carlos Castro, un ingeniero con vocación de cambiar el mundo, que dedica todo su potencial y esfuerzo diario a buscar soluciones tecnológicas y aplicarlas a la Sanidad, tanto para mejorar los diagnósticos, los tratamientos o la detección de enfermedades, con el único objetivo de mejorar la calidad de vida de los enfermos y hacer más fácil el trabajo de los profesionales sanitarios.

A sus 32 años, Carlos participa en un programa pionero del Massachusetts Institute of Technology (MIT), lo que podría considerarse la meca de la investigación mundial, en un proyecto denominado 'Leuko', que se trata de un dispositivo óptico que se puede colocar en el dedo, en la parte de piel cercana a la uña, y que permite, de forma nada invasiva, medir la cantidad de glóbulos blancos a cualquier persona y que está pensado, principalmente, para mejorar la vida de las personas que padecen cáncer y tienen que someterse a tratamientos de quimioterapia. No obstante, podría tener un sinfín de aplicaciones sanitarias.

“Concretamente lo hemos enfocado para la oncología, nos parece especialmente relevante su tratamiento, pero se podría utilizar para cualquier otro tipo de enfermedad, puede tener más aplicaciones”, asegura este joven investigador.

Un método para el que no son necesarios los pinchazos ya que no precisa de extracción de sangre para funcionar porque se basa en la toma de imágenes de los capilares de la cutícula del dedo, lo que permite extraer la información necesaria y prescindir así de las agujas.

Además, este dispositivo podría permitir que los pacientes oncológicos que, como explica el propia Carlos, tienen que someterse a un sinfín de pruebas médicas y que gracias a 'Leuko' podrían minimizar mucho este impacto e, incluso, podrían hacerse ellos mismos la medición de glóbulos blancos de su propio domicilio, igual que ocurre ahora con la medición de glucosa en los afectados de diabetes.

Carlos explica que esta idea surgió cuando comprobó que como consecuencia de la quimioterapia para acabar con el cáncer, muchos enfermos llegan a morir como consecuencia de los efectos secundarios de la propia terapia, no por la propia enfermedad, ya que los tratamientos que logran acabar con las células cancerígenas les dejan inmunodeprimidos.

“Se nos ocurrió la idea de buscar una solución y lograr medir los glóbulos blancos, que son los que determinan si una persona está inmunodeprimida, de forma mucho más rápida, sencilla y menos invasiva”, precisa.

Ya se han realizado las primeras pruebas en pacientes, concretamente en el Hospital de Fuenlabrada (Madrid), y los resultados están siendo “prometedores”. No obstante, han surgido algunas limitaciones, pero Carlos y su equipo creen que residen en el prototipo óptico con el que se ha realizado la medición por lo que han diseñado un nuevo instrumento que esperan mejore los resultados.

Las nuevas pruebas con pacientes se realizarán en los próximos meses, después del verano, y Carlos se muestra muy esperanzado de que los resultados mejoren considerablemente y 'Leuko' pueda ser una realidad y se incorpore al tratamiento del cáncer y por qué no, al de otras enfermedades. “El objetivo final ideal es que funcionara igual que un análisis de sangre, como un dispositivo portátil que los pacientes se puedan llevar a casa y controlarse ellos mismo” y así evitar hacerse tantas pruebas y acudir de forma tan frecuente al hospital.

Reconocimientos

Este proyecto, que ya le ha hecho merecedor de recibir la distinción de 'Innovador del Año 2015 menor de 35 años' y ser considerado uno de los diez jóvenes españoles capaces de cambiar el mundo, ahora le ha permitido ser seleccionado en una competición estadounidense la 'Rice Business Plan Competition', donde participan 40 equipos y donde se premia el proyecto de mayor compromiso social. Compiten trabajos de todas las disciplinas, no sólo orientadas a la salud, sino en todo tipo de proyectos científicos.

Las diferentes categorías de estos galardones se fallan entre el 14 y el 16 de abril, pero Carlos y su equipo también aspiran al Premio del Público, que puede votarse a través de Internet, aquí tienes el enlace. Este leonés se muestra “muy orgulloso” de ser finalista y está también “muy agradecido” al gran número de apoyos que está recibiendo desde su tierra natal, León, a la cuál regresa siempre que puede, porque aquí reside su familia. No obstante, necesita un último impulso para lograr este premio, más que merecido (AQUÍ PUEDES VOTAR).

De León a Massachusetts

El proyecto que realiza Carlos y su equipo, compuesto también por Ian Butterworth, Álvaro Sánchez Ferro y Aurelien Bourquard, se lleva a cabo gracias al programa 'M+Vision' que se desarrolla de forma conjunta entre la Comunidad de Madrid y el MIT para el tratamiento de la imagen médica, una disciplina en la que este leonés es especialista. Por esta razón, porque “encajaba” con su perfil decidió presentarse a las pruebas de selección y hacer las maletas para participa en esta investigación que puede cambiar en poco tiempo el mundo de la medicina. “Es una experiencia muy bonita porque participas desde que se crea un prototipo hasta que se convierte en un producto”.

Fue así como Carlos, que estudió en el colegio leonés de Maristas, dio el gran salto para llegar hasta la meca de la investigación, el MIT, una de las mejores escuelas de ingeniería de Estados Unidos y del mundo, y que ha sido catalogada mundialmente como la mejor en tecnología. El instituto cuenta con 76 premios Nobel entre sus egresados y profesorado, contando solamente aquellos cuya relación con el MIT haya superado un año de duración, y si se incluyesen todos serían hasta 80.

Tras concluir sus estudios en León, Carlos empezó Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universidad Politécnica de Madrid y el último curso disfrutó de una beca Erasmus en Estocolmo, donde también realizó un Máster en el Royal Institute of Technology antes de leer su tesis en Suecia. Al regresar a Madrid entró a formar parte de un grupo de investigación en imagen médica en la Politécnica y allí comenzó el Doctorado. “Me gustó Telecomunicaciones, pero prefería aplicarlo a algo que realmente le importara a la gente y que fuera algo que impactara en la salud, me llenaba más eso que dedicarme a hacer teléfonos móviles”, reconoce.

Una trayectoria meteórica de un leonés dispuesto a cambiar el mundo y mejorar la calidad de vida de los que le rodean gracias a su esfuerzo y trabajo diario. Su sueño, que 'Leuko' pueda formar parte pronto de la realidad diaria de los enfermos de cáncer y de otras dolencias, y conseguir de esta forma que mejore su tratamiento y esperanza de vida.

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